Creí que era de dominio público, pero veo que algunos acaban de enterarse de que Podemos es un partido masónico, creado y dirigido desde las mismas instancias que en otro tiempo propiciaron la puesta en marcha de la guillotina y otras maneras de matar a poderosos y disidentes. ¿Alguien duda que masonería es sinónimo de violencia y caos?
Los cambios históricos no se producen al azar, sino propiciados y dirigidos desde la sombra, utilizando brazos ejecutores visibles y bien elegidos por el sistema; un sistema que tiene dos caras, es decir, extrema derecha y extrema izquierda se juntan en un mismo vértice, por aquella máxima del sabio “los extremos se tocan”. Pablo Iglesias Castro-Chávez es uno de estos muñecos de los del mandil, con un perfil de fábrica más que idóneo: demagogo, manipulador y amoral, que maneja muy bien los cuatro conceptos y frases que lleva en la chuleta, que explaya ante cabezas más bien huecas y confusas. El de la coleta es un depredador político dispuesto a saciar su hambre y sed de poder a cualquier precio. Es un fenómeno mediático experto en el oficio de la charlatanería. Es un monstruo, que se ha colado en las mentes de muchos, y que estamos engordando entre todos. Sus amigos agitadores de las teles, por el espectáculo del share; y sus enemigos, porque al darle micrófono a discreción, lo agrandan.
Ahora bien, quien ha creado el monstruo, lo ha amamantado y lo sigue engordando es, por un lado, un Partido Socialista corrupto, descompuesto y en decadencia; y por otro, un Partido Popular a quien los españoles dieron mayoría absoluta, para que salvase a España de la crisis, el paro, la corrupción y el laicismo radical, es decir, del hoyo en el que las dos legislaturas socialistas nos habían sumido. Pero ocurrió que, ¡de lo dicho, nada!, y tras las elecciones del 20-D gobernó la incertidumbre que desembocó en nueva vuelta a las urnas el 26-J. ¡Vamos a ver!
Pero es honrado decir en el análisis que Rajoy nos trajo a Podemos, como Batista llevó a Fidel y la corrupción de copeyanos y adecos llevaron a los Chávez y Maduros, mucho más corruptos que los anteriores, sin ningún tipo de cultura y moral, al palacio de Miraflores. Pablo Iglesias y los suyos quieren clonar en España sus regímenes totalitarios. Los seguidores y votantes de este partido de extremísima izquierda ignoran que, si alguna vez llegara a gobernar, prohibirán las manifestaciones, las protestas y las reivindicaciones. El hambre, la falta de trabajo y de papel higiénico tendrán que padecerlas en silencio. Y al que discrepe, ¡a la cárcel! Pero no habrá prensa libre para informar. Pablo Iglesias ha dicho bien claro que no debe haber medios de comunicación privados.
Un amigo de facebok, bajo el nickname de Hussein Neptuno Niño me dice en un comentario: “… No se consigue alimento fácilmente en ninguna parte de mi país; no hay luz en la nación y, además, racionan y no invierten en tuberías de agua. Estoy cargando con baldes de agua… lo cual nunca me había tocado ni en mi pueblo. La corrupción comunista nos dejó sin nada… Se están muriendo los niños en clínicas, y los hospitales no consiguen antibióticos. Para conseguir un kilo de azúcar tienes que comprarle un bulto a un contrabandista, pero debes tener el salario de un año. Hay cubanos por todo el país vigilándonos. Es un caos. No consigo arroz ni leche. En Venezuela se adelantó el Apocalipsis. Últimamente escribo menos porque tengo que trabajar muy duro para poder comer. Esto está pasando en mi país. Te mando un vídeo de lo último que está pasando en varios estados”.
No hay que olvidar que estos podemitas españoles asesoraron a aquellos dictadores y antidemocráticos venezolanos, y que compartían oficina con los etarras evadidos. Francamente desolador.
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Por Magdalena del Amo
Periodista y escritora, pertenece al Foro de Comunicadores Católicos.
Directora y presentadora de La Bitácora, de Popular TV
Directora de Ourense siglo XXI
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