Antonio Casado – Dañino tacticismo


MADRID, 5 (OTR/PRESS)

Glosar el fracaso de la clase política, si se repitieran las elecciones por ignorar el doble mandato político-aritmético alumbrado por las urnas, sería como descubrir que el sol sale por el Este y se pone por el Oeste. Lo que no sirva para abolir la interinidad a la luz de es mandato es tacticismo de partidos poco dispuestos a poner el interés general por cima de lo demás.
Ahí caben las dañinas intenciones de quienes dicen rechazar una nueva llamada a las urnas sin hacer lo necesario por evitarla. El PP y el PSOE pueden darse por aludidos. A ambos es de estricta aplicación, por encima de las razones que unos y otros alegan para culpar al adversario de una eventual repetición electoral por falta de respaldo parlamentario a sus respectivos candidatos. El que fracasó en la Legislatura tonta del 20-D y el que fracasó en la vigente Legislatura tonta «bis».
No funcionó el pacto PSOE-Ciudadanos para la investidura de Sánchez en marzo de 2015 porque ya antes de comparecer sabía que le faltaban escaños para conseguirlo. Lo mismo hizo Rajoy con el acuerdo PP-Ciudadanos. Tampoco funcionó. En uno y otro caso fue como jugar la final sin haber superado las semifinales. Sin embargo, el mandato de la política y la matemática estaba de parte de la ultima intentona, la de Rajoy, porque se asentaba en 170 diputados (a solo 6 de la mayoría absoluta), mientras que la de Sánchez se asentaba en 131. Con el «no» de los socialistas, el pacto Rajoy-Rivera solo podrá aplicarse si Sánchez acaba entendiendo que no es el PP sino el Estado el que está llamando a las puertas de Ferraz.
Nada nuevo por ahí. El líder socialista no solo se ratifica en el «no» a Rajoy («no es de fiar», dice), sino que hace un llamamiento a las «fuerzas del cambio» para tantear en la «generosidad» y la «humildad» de dichas fuerzas el camino hacia un Gobierno alternativo al PP. Ni lo uno ni lo otro se despacha en los partidos en liza cuando se trata de ceder en aras de un bien superior. A saber: PP y PSOE van a cara de perro, Ciudadanos es incompatible con Podemos, PSOE nunca dará facilidades para que Podemos le robe su espacio y los personalismos están a la orden del día en este absurdo atolladero.
Los vectores del bloqueo no han cambiado sustancialmente. Después de la fallida investidura del candidato del PP puede decirse que Rajoy ha hecho los deberes. Se presentó a la investidura sabiendo que no tenía los apoyos necesarios. Se tiró a una piscina vacía, esperando que se la llenasen después de saltar. Pero el grifo lo controla Sánchez y sigue diciendo en todos los idiomas que a Rajoy y al PP, ni agua.
Hay muy pocas esperanzas de acabar con el vacío de poder antes de que las elecciones vascas y gallegas puedan alumbrar un nuevo escenario y el Comité Federal del PSOE asuma el resultado de un debate interno durante el mes de septiembre, ya sin el silenciador que sus líderes regionales se han impuesto últimamente.

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