Escaño Cero – No está el horno para bollos


MADRID, 7 (OTR/PRESS)

Las cosas como son, claro: el responsable de todo el «vodevil» que del intento de que el ex ministro Soria ocupara plaza en el Banco Mundial tiene un responsable que no es otro que Mariano Rajoy.
Rajoy tiene fama de ser muy leal con sus amigos y eso le honra, pero se olvida de que su primera obligación como gobernante es para con los ciudadanos y ni por ética ni por estética puede favorecer a un amigo como su ex ministro colocándole nada menos que en el Banco Mundial.
Rajoy ha tenido que recular porque el malestar era más que patente en su partido, en realidad al presidente le estaban dejando solo los suyos en un momento en que en el debate político que hay en la sociedad muchos se preguntan por qué el presidente no da un paso atrás y permite que sea otro dirigente del PP quien intente optar a la presidencia del gobierno.
Pero yendo al fondo de la cuestión lo cierto es que Rajoy y su amigo Soria parecen no haber comprendido que después de los años terribles de la crisis, después de que miles de familias hayan quedado en el camino, después de los recortes sufridos en sanidad y educación, dependencia, en definitiva en el Estado de bienestar, a los ciudadanos les resulta insoportable que un ministro pudiera tener dinero en Panamá, y más insoportable aún que además pudiera ser «premiado» con un puesto en el Banco Mundial.
Es verdad que José Manuel Soria no está acusado de ningún delito pero en política la estética es parte de la ética.
José Manuel Soria lleva muchos años en política, ha ocupado muchos cargos y parecía ser incluso el delfín de Mariano Rajoy, pero aparecer en los «papeles de Panamá» han dado al traste con su carrera política y lo mejor que puede hacer es descubrir que fuera de la política también hay vida.
Si me apuran lo peor del nombramiento fallido de Soria ha sido una vez más la falta de sensibilidad y de empatía mostrada por Rajoy respecto a sus conciudadanos, es decir a toda la sociedad.
En estos años de crisis no ha habido un gesto, una palabra ni por parte del Presidente ni de sus ministros, en el que se dieran por enterados del sufrimiento inmenso de la gente. Esa falta de empatía les ha pasado factura además de su manera de gestionar la crisis.
Y esa misma falta de empatía, de sensibilidad a la hora de actuar es lo que a Rajoy le ha hecho cometer un error de bulto, una metedura de pata incomprensible como el fallido nombramiento de José Manuel Soria para ocupar plaza en el Banco Mundial.
Un político que como ministro que ha tenido que dimitir por aparecer en los «papeles de Panamá» y por no haber dicho la verdad al respecto no puede representar a España. Así de simple.
Resulta increíble que con toda la experiencia política que acumula Rajoy en sus espaldas no se dé cuenta de que no está el horno para bollos y que la sociedad no va a permitir que la tomen el pelo.

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