MADRID, 18 (OTR/PRESS)
La muerte de Rosa, una anciana de Reus que murió abrasada en el incendio que destruyó su vivienda, ha conmocionado a la opinión pública. Las circunstancias del siniestro, provocado por la caída de una vela con la que la pobre mujer se alumbraba al tener cortado el suministro de electricidad, ha generado una ola de indignación que va más allá del amplio eco que reflejan las redes sociales.
Gas Natural le cortó la luz por falta de pago y el Ayuntamiento de Reus se lava las manos aduciendo que la compañía no les había notificado, como es preceptivo, la decisión de suspender el suministro de electricidad. La compañía también echa balones fuera asegurando que Rosa no figuraba en la lista de personas vulnerables en riesgo de exclusión, lista que controla el Consistorio.
El caso de Rosa es una más de los cientos, miles de historias de personas desahuciadas por la crisis y los recortes en las ayudas sociales. Familias enteras. La crisis que ha empobrecido a millones de españoles, en muchos casos se ha cebado con los ancianos. Es una población muy vulnerable porque muchos malviven con pensiones pequeñas y no es infrecuente que, además, tengan que compartir esos pocos euros con alguno de sus hijos a los que avalaron una hipoteca que no pueden pagar por haber perdido el trabajo. El drama que supone la exclusión social debería encabezar la agenda de nuestros políticos. Es un problema real, inaplazable. Desazona ver como en el Parlamento se dedican horas y horas a discursear, a veces sobre cuestiones banales, mientras tanta gente espera sin esperanza una ayuda social que o no llega o ha sido recortada. Decir estas cosas no es demagogia. Es llamar a las cosas por su nombre. La trágica muerte de Rosa debería hacernos reflexionar para establecer prioridades en las agendas sociales y políticas. En España y en pleno siglo XXI da vergüenza tener que escribir que una anciana ha muerto abrasada por las llamas en un incendio provocado por una vela con la que se alumbraba porque le habían cortado la luz. Pero ha sucedido.