Más que palabras – Socialistas, ombliguismo y endogamia


MADRID, 17 (OTR/PRESS)

Tiene un discurso claro y exquisito en la formas donde se percibe que ha sido cocinero antes que fraile, o lo que es lo mismo casi todo lo que se puede ser tanto en política de partido -al que se afilió en 1977- como local, autonómica y nacional -desde secretario, general de los socialistas ascos a Lehendakari- antes de convertirse en la cara y la voz del Congreso de los Diputados, el presidente de la XI legislatura, la más corta de la democracia. Patxi López es un hombre curtido en la cosa pública y un socialista «pata negra» que sabe cómo hacer de la necesidad virtud y al que es difícil ver desencajado, salvo cuando se le nombra la división interna de su partido. «Me avergüenza el ruido interno y todo lo que estamos viviendo en el PSOE», me dijo poco después celebrarse aquel comité federal de la vergüenza donde le cortaron la cabeza a Sánchez. En aquel momento ya se rumoreaba que él podría dar el paso y presentarse a las primarias. «Me lo estoy pensando hay muchas cosas a valorar y mucho en juego», afirmó.
Ahora su candidatura ya es oficial y lo que cada día está más en el aire es si Pedro Sánchez entrará en el juego además de Susana Díaz para liderar el partido. El concepto de «Pedristas, sin Pedro» está ganando adeptos cada día y lo cierto es que la mayoría de los barones críticos con la gestora ahora dicen, abiertamente, que sería mejor para no dividir a la militancia que Sánchez se integrara en la candidatura de López, cosa que de momento el descarta. «Está muy cabreado con Patxi, cree que le ha traicionado y no quiere ni oír hablar de esa posibilidad», me comentaba una persona muy próxima al que fuera secretario general.
Sea como fuere las aguas en el PSOE están mucho más calmadas y no solo porque el tiempo lo cura casi todo sino gracias a la buena gestión que, en opinión de todos, está haciendo el presidente de la gestora Javier Fernández cuyo discurso en el comité federal del pasado fin de semana fue de una altura política indiscutible, de lo mejor que se ha escuchado en mucho tiempo en la calle Ferraz.
En el mismo el asturiano habló de que la cruda realidad para los socialistas, es que han perdido la «confianza» de la sociedad española, por culpa de sí mismos, por su «endogamia», por ese «ombliguismo», por ese «fuego interior» que les «bloquea» y «paraliza su acción exterior».
«Hace tiempo que la agenda del partido no camina de la mano de la agenda del país», lamentó Fernández, quien añadió que los ciudadanos ya no saben por qué «discuten» o «por qué se pelean» los socialistas, pero sí entienden que no tienen «nada que ver con ellos», y que sus preocupaciones «van por un lado» y la de los españoles, «por otro». Por eso el presidente de la dirección interina conminó a sus compañeros a reflexionar, para hacer que «la agenda del partido vuelva a caminar de la mano de la agenda de España» y discuta sobre temas que interesan a todos como el empleo, el reforzamiento del Estado social, la lucha contra la desigualdad, el modelo territorial o la construcción europea.
Si hacen caso al presidente de Asturias y la pelea de aquí a las primarias se convierte en eso, en un debate sobre el proyecto del partido y no sólo en torno a unas personas que miran y protegen, en exclusiva, su pequeñísimo ombligo partidista, el PSOE podrá levantar cabeza. Si no es así y la guerra fratricida continúa el espacio político de la izquierda lo ocuparán otros y el sorpasso finalmente será un hecho. Se lo juegan todo y lo saben. Otra cosa será como actúen y eso está por ver.

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