Escaño cero – La utilidad de Podemos


MADRID(OTR/PRESS)

Llevo días leyendo atentamente las propuestas de Pablo Iglesias e Iñigo Errejón para el futuro de Podemos. De la misma manera que no me pierdo ninguna de las declaraciones de ambos líderes «podemitas» amen de las de sus seguidores.
La primera conclusión es que Podemos sufre de los mismos problemas que el resto de las formaciones políticas. Quizá se habían sobrevalorado a ellos mismos y también los demás les habíamos sobrevalorado, pensando que realmente eran diferentes.
Pero al final la política es como es y es difícil que en los partidos no surjan diferencias y liderazgos contrapuestos.
Lo que es más que evidente es que el modelo de estructura partidista y de proyecto político de Pablo Iglesias difiere, y mucho, del de Iñigo Errejón. La cuestión es si ambos van a ser capaces de llegar a un acuerdo. Sin duda lo intentarán porque es mucho lo que esta en juego pero desde luego no será fácil porque los asuntos que les separan no son menores.
Mientras Iñigo Errejón parece convencido de que para cambiar las cosas hay que jugar con las reglas de juego existentes dentro de las instituciones, Pablo Iglesias no le termina de coger el punto a hacer política dentro de las instituciones.
Toda estas diferencias ha llevado a Podemos a perder la magia con la que conquistaron tantos votos en las pasadas elecciones. Están gastando tiempo y energía en sus debates internos mientras su acción política resulta irrelevante. Porque no basta con hacer grandes proclamas y hacer discursos incendiarios sino que hacer política significa llevar a cabo acciones concretas que mejore la vida de los ciudadanos.
Ya no cuela el discurso de que los demás son todos muy malos y unos «vendidos» al gran capital y que PSOE y PP son lo mismo. No es que ese discurso fuera convincente pero lo cierto es que ha sido superado por la realidad. Y la realidad no es otra de que el PP no está teniendo más remedio que cambiar alguna de sus políticas por exigencia del PSOE. El último «gol» socialista ha sido conseguir que el Gobierno apruebe un decreto ley, enmendado y pactado con el PSOE, claramente favorable a los intereses de todos los estafados por las «cláusulas suelo» en vez de decantarse por los intereses de los bancos. Además los socialistas han conseguido pactar la renovación del Tribunal Constitucional alejando a Andres Ollero de la posibilidad de convertirse en presidente del Alto Tribunal. Por otra parte el PSOE ha firmado un acuerdo con los sindicatos para defender ante el Congreso una renta mínima de la que dispongan todos los ciudadanos que no tienen ingresos. Y suma y sigue.
El caso es que Podemos está fuera del juego político y que más allá de manifestaciones, proclamas y gestos su peso político no se hace notar.
No sé si Podemos tiene dos almas que habitan en un mismo cuerpo. Puede ser que si y entonces de lo que se trata es de saber si pueden o no seguir habitando juntas o si por el contrario al final resultara dos formaciones políticas diferentes.
Podemos creció gracias a los errores del PSOE, a su falta de liderazgo (el liderazgo de Pedro Sánchez fue reiteradamente rechazado en las urnas por los ciudadanos) y sobre todo a su incapacidad de ofrecer un proyecto político claro en asuntos tan espinosos como la cuestión territorial.
A poco que el PSOE se recupere y que continúe teniendo una acción parlamentaria eficaz como la que ha puesto en marcha, Podemos lo tendrá más difícil. Por eso es importante lo que suceda en su gran conclave de Vista Alegre y sobre todo sobre quién va a recaer el liderazgo de la formación porque es evidente que no es lo mismo un Podemos made in Iglesias que made in Errejón.

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