Escaño cero – Y la mayoría habló


MADRID, 9 (OTR/PRESS)

Algo está cambiando. Y ese algo que está cambiando es que la «mayoría silenciosa», de la que forman parte miles de ciudadanos tanto en Cataluña como en el resto de España, de repente han dicho «basta». Decir «basta» no está siendo solo salir a la calle para decirle a Puigdemont que una inmensa mayoría de catalanes no quieren romper con España, es que también una inmensa mayoría de ciudadanos de repente se están sacudiendo ese complejo inculcado por los nacionalismos periféricos de que el resto de los españoles les agravian, viven a su cuenta, o no respetan suficientemente su cultura.
Todo ello es falso, claro está, pero es un «sambenito» que hemos llevado el resto de los ciudadanos españoles. Hasta ahora. Y ya era hora de que nos lo quitáramos.
De manera que por fin esa mayoría silenciosa se ha manifestado, ha perdido el miedo, sí el miedo, porque en Cataluña había muchos ciudadanos que tenían miedo. Miedo a que se les señalara por «tibios», por no ser suficientemente «patriotas», miedo a manifestarse en contra de la independencia de Cataluña. Miedo a perder el trabajo, o el negocio, o a ser relegado por los amigos. Miedo ante el clima creado por ese grupo de políticos aventureros que forman Artur Mas, Puigdemont, Junqueras, los de la CUP, etc, etc. Y no digamos el miedo a sacar una bandera española. Pero el domingo miles de personas también superaron ese miedo y salieron a la calle con banderas españolas, senyeras y banderas de Europa.
No seré yo quién me entretenga con la «guerra de cifras» sobre los asistentes a la impresionante manifestación de Barcelona. Es evidente que había miles y miles de ciudadanos, tantos que si aún les queda un resquicio de sensatez, Puigdemont y Junqueras deberían de dar marcha atrás.
En la manifestación de Barcelona hemos visto a miles de ciudadanos que hasta ahora temían singularizarse y que callaban ante el «golpe sedicioso» que están perpetrando Puigdmeont, Junqueras y la CUP, con el consentimiento de Podemos.
Creo que merece la pena que reflexionemos sobre la manifestación en Barcelona y sobre las palabras de Mario Vargas Llosa y de Joseph Borrell.
Me quedo con la afirmación de Vargas Llosa de que de todas las «pasiones» la peor es la nacionalista, y su llamada a recordar que las grandes tragedias del siglo XX han sido provocadas por los nacionalismos. Me quedo también con su deseo de que Barcelona vuelva a ser la gran capital cultural de España.
Me quedo también con el discurso inteligente de Borrell, recordando a los empresarios y banqueros que eso que dicen y hacen ahora debían de haberlo dicho y advertido hace tiempo.
Borrell también puso el dedo en la llaga sobre los medios de comunicación públicos que como bien dijo han tenido un comportamiento que es una «vergüenza democrática».
Y lamento, sí lo lamento profundamente, que los dirigentes políticos en sus discursos en los últimos días no hayan mostrado un ápice del acierto, inteligencia y la solidez de las intervenciones de Vargas Llosa y de Joseph Borrell.
Sobraba el histrionismo gestual del líder del PP en Cataluña, Xavier García Albiol, y faltaba Miquel Iceta. Es lo que tienen el PSC y el PSOE, que se mueven siempre entre dos aguas. Por una parte Iceta invitó a los militantes socialistas a asistir pero sin embargo a él no se le vio.
En todo caso lo importante es que Puigdemont sea capaz de leer lo que supone la manifestación de Barcelona, y esperemos que también el resto de los líderes políticos lo hagan. Ojalá.

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