INDEPENDENCIA ESTREÑIDA
Puigdemont declaró la independencia
pero es una independencia estreñida,
pues no la tenían bien digerida
y hay que empujarla con mucha potencia.
Tanta retención produce dolencia
pues lleva muchos años constreñida,
y es casi dolorosa la salida
y requiere gran dosis de paciencia.
La secesión con tanto estreñimiento
se ha convertido ya en cosa muy fea,
y a la gente le causa desaliento
porque se temen que acabe en diarrea.
Por favor, Puigdemont, tómate una purga
y no molestes más con esta murga.
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Por Salvador Freixedo
Último libro del autor:
«IGLESIA, ¡DESPIERTA!»
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