Francisco Muro de Iscar – Un mercado profesional ineficiente


MADRID, 15 (OTR/PRESS)

Todos dicen, y deben ser conscientes de lo que dicen, que el futuro es la educación y que sólo por ese camino podemos construir una sociedad eficiente. Pero luego nadie hace lo que dice. La crisis económica ha reducido de forma importante la inversión en educación -tenemos uno de los porcentajes más bajos de la Unión Europea-, pero, contra pronóstico, los resultados son mejores o se mantienen constantes y desciende, entre otras cosas, la tasa de abandono escolar, lo contrario de lo que sucedía cuando había más dinero. ¿No influye la inversión en la educación? Por supuesto, pero el problema principal del sistema educativo español no es la falta de recursos, sino lo mal que se invierten. Parece como si gastar en educación fuera siempre bueno, cuando lo importante, y lo que debíamos vigilar, es invertir bien y aprovechar cada euro como si no hubiera más. En la educación en general es algo que no se hace; en la Formación Profesional es un desastre histórico y una rémora para nuestro desarrollo económico; y en la Universidad hablar de eso es una provocación.
Pero lo que sucede en el mundo universitario tiene luego consecuencias importantes cuando esos graduados o licenciados tienen que buscarse la vida en un mercado cada vez más complejo y competitivo. La Universidad no forma profesionales ni en la mayoría de los casos mira cómo está, y cómo va a estar el mercado laboral dentro de cinco o diez años. Pero ese mercado recluta a sus miembros de las aulas universitarias y necesita profesionales preparados que no siempre son los que produce la Universidad. Más de 5.500 grados y máster para luego no ofrecer lo que demanda el mercado laboral. Una insensatez.
Ahora mismo, en casi todas las profesiones hay exceso de titulados. No en todas. En Medicina hay una situación crítica porque se está produciendo una masiva jubilación de profesionales -se calcula que un 40 por ciento del total lo hará en estos años- y algunas autonomías están obligando a los médicos a jubilarse a los 65 años, cuando podrían hacerlo a los 70 y la tasa de reposición ha estado congelada durante los años de la crisis. Además, el número de MIR que salen de cada convocatoria es insuficiente porque algunas autonomías reducen el número de plazas. Y, finalmente, como en la mayor parte de los casos, los nuevos médicos solo pueden incorporarse al mercado con precarios contratos temporales, el resultado es que cada año entre 2.000 y 3.000 médicos optan por emigrar. se calcula que se han ido 10.000. Nos hemos gastado mucho en su formación y luego les echamos y se los regalamos a los países de nuestro entorno.
Es posible que los robots acaben haciendo algún trabajo que hacen ahora los profesionales (los médicos saben de eso desde hace tiempo), pero eso es lo menos preocupante. Lo que no se puede es desatender el mundo educativo y profesional de la forma que lo estamos haciendo. Poniendo por delante los intereses partidistas. Favoreciendo contratos temporales low cost, sueldos insultantes y ninguna promoción. Seguro que faltan recursos para la educación, pero estamos despilfarrando cientos de millones de euros que invertimos en graduados universitarios a los que en lugar de ofrecerles una oportunidad, les condenamos a instalarse en la precariedad.

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