Núñez Feijóo se defiende a sí mismo con la lista más votada

Magdalena del Amo.
Magdalena del Amo.

Estos días no damos abasto con tanta noticia. Asumiendo que esto pueda parecer una frivolidad, hay que reconocer que, periodísticamente, estamos viviendo un periodo político más que interesante, una especie de juego en el que cada cual pone sus normas para ganar la partida o, al menos, sacar lo máximo en el reparto del botín. Lo que pase en Andalucía está por ver. Si no se tratara de poner fin al régimen cuarentón socialista –cosa que los tres partidos que defienden la unidad de España y contra el golpe de Estado repitieron hasta la saciedad a lo largo de la campaña—, lo lógico sería que gobernara la lista más votada, pero no es el caso. Está claro que es al PP a quien corresponde liderar esta nueva etapa que se avecina, con el apoyo de Ciudadanos y de Vox. A ver si consiguen dejar para tiempos mejores su ambición personal y en un acto de generosidad y servicio –al fin y al cabo, la política es eso, al menos en teoría—, ponen su punto de mira en los ciudadanos. Si lo del domingo fue casi un milagro, no estaría mal que estos demiurgos de la cosa pública nos obsequiaran con el milagrito del consenso. Vox no tiene interés en entrar en el gobierno ni en puestos. Solo pone condiciones, medidas para empezar a limpiar un sistema ineficaz, corrupto y abusón. No están nada mal las diez primeras medidas.

Ayer, las turbas andaluzas de la izquierda más radical se hartaron de gritar, insultar, quemar contenedores y de aterrorizar a los vecinos y transeúntes. La orden venía directamente desde Madrid, del comunista antisistema Pablo Iglesias, que llamó a tomar la calle, y allí estaban para dar la batalla y que no se diga “las hordas violentas y vocingleras del ‘shosho’ parlante del ‘pisha’ Kichi”, que diría mi amigo Alfonso de la Vega. Había que asustar a la gente por haberse cansado de regalarles el voto y haber permitido que la Andalucía de la limosna pudiera iniciar el éxodo hacia la libertad. Por cierto, ¿cuándo van a empezar a llamar a toda esta gente inconstitucional? ¿No debería la Fiscalía actuar de oficio por incitar al odio y a la violencia? El artículo 510 del Código penal lo dice bastante claro. ¿O es que la izquierda tiene patente de corso? Parece que sí y, además, vitalicia. La verdad, ¡qué ganas tenemos de que cambien las cosas, que vuelva el orden y el sentido común!

A propósito de la lista más votada, Feijoo hizo hoy unas declaraciones que sorprendieron a propios y a extraños. Dijo que en Andalucía debería gobernar la lista más votada, es decir, Susana Díaz. Esta fue una de las noticias de la tarde y oí varios análisis. Mientras unos opinan que no quiere acercarse a Vox, del que dice que es un accidente electoral que no puede tener lugar en Galicia, otros creen que es contra Casado porque ocupa el lugar que a él le hubiera gustado si no fuera por el famoso dosier de Soraya que lo retuvo secuestrado al otro lado del Padornelo. Yo creo que la cosa no va por ahí. Creo que Feijóo, en sus declaraciones, se está defendiendo a sí mismo; está defendiendo su hipotética lista mayoritaria, pero a falta de un escaño para la mayoría absoluta, porque el PP, en Galicia, o tiene mayoría absoluta o no gobierna. Ocurrió en 2005, 37 diputados del PP frente a los 25+13 del PSdeG y BNG. Por un escaño tuvieron los gallegos cuatro desastrosos años de bipartito. “Se acabaron las mayorías absolutas”, repetía Anxo Quintana a lo largo de la legislatura. En el 2009 cambiaron las tornas y volvió el PP. Ahora, Feijóo tiene una mayoría holgada, 41 diputados, frente a los 14+14+6 de En Marea –que engloba a Podemos, Anova y otros cuantos partidos extremistas—, PSdeG y BNG. Pero tras el desgaste de dos legislaturas y su dinámica al coqueteo con el nacionalismo, sin serlo, a la inmersión lingüística –el español ha desaparecido, prácticamente, de las instituciones— y la famosa ley a favor de la visibilidad del colectivo LGTB, una ley absolutamente injusta y discriminatoria contra el resto de la sociedad no incluida en el colectivo, y otros asuntos, podrían hacer variar los números. Por eso digo que Feijóo está defendiendo su supuesta lista más votada. Cuestión de coherencia.

Hay que ver qué falsos son estos podemitas del Ayuntamiento de Madrid. Podemitas o lo que sean, porque ahora dicen que no son. ¡Y qué bien mienten! Pero bien, bien, y sin inmutarse. No siquiera les pica la nariz ni se ruborizan ni titubean. En eso parecen de la misma escuela que los socialistas. No diferencian la mentira de la verdad y alternan decir una cosa o la contraria según venga el aire. Este año, Carmena se ha vuelto partidaria del Belén y nos explica que como la Navidad es la historia de un niño, pues hay que potenciarla porque es una fiesta muy infantil. Esta señora sabe que el niño al que ella alude con ligereza es el Niño Dios, que cada año renace para renovarnos su mensaje de amor. Un niño que dio origen a una religión y a una cultura que son los cimientos de nuestra Europa y nuestra América y baluarte contra el laicismo feroz y la antirreligiosidad deformante que ella ejerce y quiere imponer. A mí me da vergüenza oírla. A ella y a su portavoz la asaltacapillas, a quien Osoro bendijo sin haberse arrepentido. “Pecados de juventud”, llama el monseñor a pasearse en tetas durante la consagración. Estos comunistas abogan ahora por los belenes. Seguro que este año los Reyes Magos los hacen venir de Oriente, como siempre, y ninguno será gay ni transexual. Algo es algo, aunque sea para cobrárselo. Las elecciones están cerca y urge redimirse. ¡Pero si tienen a cinco imputados, algunos de ellos condenados, uno incluso por abusar de una niña y otro por tráfico de drogas! También el aspirante Errejón anda en ello. Dice que a él no le salen tantos fascistas en Andalucía e invita a la reflexión. ¡A buenas horas!

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Por Magdalena del Amo
Periodista y escritora, pertenece al Foro de Comunicadores Católicos.
Directora y presentadora de La Bitácora, de Popular TV
Directora de Ourense siglo XXI
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Autor

Magdalena del Amo

Periodista, escritora y editora, especialista en el Nuevo Orden Mundial y en la “Ideología de género”. En la actualidad es directora de La Regla de Oro Ediciones.

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