Sánchez manipula el CIS para hacernos creer que podrá gobernar sin los golpistas.

Magdalena del Amo.
Magdalena del Amo.

Pedro Sánchez, si la derecha no suma, espera volver a reeditar el pacto con los independentistas que quieren romper España y el Podemos venezolano que mata al pueblo de hambre, que dispara contra los jóvenes y que está secuestrando adolescentes. Esto es así y no hay que dudarlo. Pero es necesario repetirlo una y otra vez hasta que todos los españoles lo tengan bien grabado en sus cabezas. Hay que contrarrestar la propaganda de esta izquierda salvaje –no sé si hay otra— que domina todos los medios de comunicación, valiéndose de periodistas apesebrados moral y mentalmente corruptos, que cuentan mentiras a sabiendas para beneficiar a un gobierno con más vocación de sátrapa que el propio Maduro. Dice el loco este de Venezuela que si se presentara a las elecciones en España las ganaría, porque el pueblo español apoya su política. No es de extrañar que lo piense, viendo cómo hace unos años triunfaron aquí sus políticas, de la mano de Iglesias, Monedero y Errejón, esos que tenían la oficina puerta con puerta con los de la ETA, esos que cobran dinero de los venezolanos en paraísos fiscales. No es de extrañar que piense el loco militar, otrora conductor de autobús, que aquí somos todos comunistas, viendo ahora que Sánchez, más a la izquierda incluso que Podemos, más guerracivilista y mucho más dictador que todos ellos juntos, va viento en popa en las encuestas del CIS. ¡Mayoría absoluta casi! A tenor de esto, Maduro debe pensar que los españoles queremos inmolarnos en la pira en una suerte de suicidio colectivo. Por fortuna, la realidad es muy diferente. Así lo veo, y espero no equivocarme.

Estos días veo a la derecha un poco desubicada e incluso desmoralizada: al votante en general, y a los periodistas de esta cuerda en particular. Todo va tan deprisa, las noticias se solapan tan rápidamente, que no queda más remedio que hacer un histórico de las últimas tres semanas. Todos le echábamos en cara al okupa Sánchez que no convocara elecciones y que siguiera apegado al sillón de Moncloa con su mochila cada vez más pesada: una tesis falsa, el puesto y sueldo de Begoña sin tener título, negarse a comparecer en el Senado a dar explicaciones por los gastos de viajes y otros temas, uso excesivo del Falcon incluso para acudir a conciertos, uso del helicóptero para fardar en la boda del cuñado, su chuleo con los mandatarios internacionales, sus negativas a preguntas, sus amenazas con querellas a los medios, su ejecutivo (una ministra de las cloacas y el resto con patrimonios no declarados), sus afrentas al Rey, sus fotos de manos y pies, su rendición ante los golpistas dejando al Estado por los suelos, su afición a visitar tumbas, su tabarra con la exhumación de Franco, sus amenazas a la Iglesia, sus frases huecas e impostadas, su libro plagado de mentiras, en fin, su extensa labor como mayordomo de George Soros, que esa es otra. ¡Y decir que estamos en sus manos!

Hago un paréntesis con Soros. Acaba de publicar Ok Diario – bienvenido a la conspirología— que el magnate húngaro está en todas las movidas desestabilizadoras y nocivas para la humanidad y lo conecta con personajes como Rockefeller. Pues claro, llevamos años diciéndolo. Según este medio, Soros le habría entregado medio millón de euros al Centro Henry Dunant del Diálogo Humanitario, que avaló a Daniel Innerarity, el famoso RELATOR elegido por Sánchez para negociar con Torra la autodeterminación de Cataluña. Se trata del mismo sujeto que hace años eligió Zapatero para negociar con ETA. Todo esto –que forma parte de los 21 puntos—, lo estaba negociando Sánchez a espaldas de los españoles. Nos enteramos cuando se les descubrió el pastel. Y es que, entre mafiosos, siempre se acaban traicionando.

El falsísimo filántropo Soros –hay que repetirlo a ver si cala— entregó en los últimos diez años unos diez millones de dólares a la Asociación de derechos humanos de España (ADHDE). Es curioso y digno de tener en cuenta –para que no nos la cuelen— que, en general, en esta época del eufemismo y la ingeniería verbal, cuanto mejor suena el nombre, más intenciones aviesas encierra. A este chiringuito pertenece la venenosa loba disfrazada de cordera, Carmena y, ojo al dato, el magistrado Ricardo de Prada, del equipo cloaquil de Garzón, la ministra Delgado y demás mafiosos de la judicatura— que fue quien detonó la moción de censura al incluir la falta de credibilidad de Rajoy en su declaración, frase que, aparte de estar descontextualizada, nadie la habría encontrado de no haber sido enviada a los medios afines, de manera destacada. El agitprop fue efectivo y dio sus frutos a los pocos días. A día de hoy, y en vista de estos ocho meses de martirio, creo que España fue vilmente traicionada por la izquierda, ¡y por la espalda!, una vez más.

Vuelvo a Sánchez. Todos exigíamos elecciones para lanzar a este okupa a la sauna gay de su suegro, o mejor al exilio. Tras el resultado de las andaluzas nos vinimos arriba y empezamos a vislumbrar un cambio posible, aplaudimos las palabras de Guerra, Leguina y de Felipe González, nos ilusionamos con la manifestación de Colón e incluso pensamos que veríamos allí a socialistas, abogamos por otras concentraciones organizadas con más tiempo, apoyamos una moción de censura, o incluso dos, sobre todo –y aunque no se ganaran— para obligar a los barones socialistas a retratarse. El resultado fue que Sánchez no aguantó el ultimátum de los barones –esa es mi teoría— dispuestos a salvar sus baronías autonómicas aunque fuera a costa de echarlo por segunda vez, y convoca elecciones. (Hay quien cree que, en vista de lo bien que le está saliendo todo, ya lo tenían previsto. No creo ni una cosa ni la otra). Entonces empiezan a darle manivela al CIS y a firmar decretos a destajo para despilfarrar el dinero que no hay, con el único fin de comprar a los ciudadanos por unas cuantas monedas falsas, ni siquiera de plata. ¿Es esto legal? ¿Es legal que Sánchez utilice la Moncloa y las instituciones para hacer su campaña? ¿Si es legal, el Estado está completamente desprotegido y a merced de cualquier cantamañanas, tal es el caso.

Lo del despilfarro estaba previsto, y que se iba a reeditar el plan E de Zapatero y parte del abecedario, más guiños a las feministas, también. Contábamos asimismo con las exageraciones del CIS, aunque, a decir verdad, no creí que llegara al punto de querer hacernos tragar que como va tan bien, tan bien, tan bien, y todo el mundo suspira por sus huesos, va a poder formar gobierno solo o, como mucho, con Podemos y que, por tanto, no serán necesarios los independentistas para nada. Y aquí es donde radica una de las trampas. La base socialista que castigó a Sánchez en Andalucía, en la persona de Susana Díaz por el tema de Cataluña, podría volver al redil al haber desaparecido el peligro. Si no va a pactar con los que quieren la independencia, qué problema hay para no salir en masa a votar a Sánchez que, además, si va tan bien en los sondeos, será porque, en el fondo, no lo estará haciendo tan mal. Y si encima nos deja caer una limosnita, pues todos tan contentos.

Lo que me llama la atención es que los analistas estén cayendo en la trampa infecta tendida por Tezanos. No entiendo que, en unos días, la gran esperanza se haya convertido en desesperanza, solo porque unos datos dan como favorito en los sondeos a aquel que los paga con el dinero de todos. ¿Qué esperábamos, que le dieran subida a VOX, que es el “pain on the neck” de izquierdas y derechas? Como tampoco entiendo que se hable de lluvia fina que va calando en la gente; en ese caso, mejor habría que hablar de lluvia ácida que envenena. Ante esto, hago dos consideraciones: Partiendo de que no se trata de unas elecciones más, sino que nos jugamos el futuro de España, si el CIS tuviera razón, eso querría decir que vivimos en una sociedad completamente manipulada, perdida, sin horizonte, sin capacidad de discernimiento, que traga la bazofia que le sirven las teles del sistema, que solo le interesa que le suban unos euros la pensión o el sueldo, que no le importan los valores y que tiene completamente diluidos los conceptos del bien y el mal –aunque esto sea relativo—. Todo esto es lo que piensa Sánchez y su equipo de ministros corruptos y demás gente del aparato. ¿Pero tienen razón? Me hago más preguntas, porque la cosa es muy grave: ¿Les importa a los ciudadanos que España se rompa? ¿Han olvidado los españoles estos ocho meses de chantaje de los separatistas? ¿Quieren los españoles que Sánchez les conceda el indulto a los golpistas que declaran estos días en el Supremo por el golpe de Estado? ¿Están dispuestos los españoles a que Cataluña sea la comunidad que más dinero recibe, para tenerla apaciguada y siempre al borde de la amenaza? ¿Han olvidado los españoles que Sánchez es un mentiroso, qué mintió sobre su tesis? ¿Quieren los españoles volver al pasado y desenterrar a los muertos de la guerra civil? ¿Quieren los españoles esta guerra que se han inventado en hombres y mujeres? ¿Están los hombres de España dispuestos a asumir que son maltratadores por naturaleza y a que se les niegue la presunción de inocencia? ¿Ven bien los españoles que tengamos las fronteras abiertas para que se cuelen todos los africanos? ¿Les gusta a los españoles que las violaciones y asesinatos perpetrados por musulmanes no se denuncien ni se castiguen? ¿Están de acuerdo los españoles en que eliminemos todas las cruces? ¿Están de acuerdo los papás y mamás en que gente de la LGTBI sean los que inicien a sus niños en la sexualidad, incitándoles que se toquen entre ellos y les enseñen a masturbarse? ¿Están de acuerdo en que no se pueda estudiar en español en todas las comunidades?

Las respuestas a estas preguntas me llevan a una conclusión muy positiva y a la segunda consideración. La gente es normal, mucho mejor de lo que creemos, tiene sentido común y, sobre todo, instinto de supervivencia. Los ciudadanos son conscientes de esta agonía de meses, que está a punto de acabar. Quizá no conozcan la noticia día a día, ni sepan quién es Soros, quizá no sean conscientes de todas las mentiras, del juego sucio y del peligro que supone un gobierno de Sánchez, pero intuyen. Puede ser que yo sea una ilusa o que la necesidad de autoconvencerme me lleve a esta conclusión, pero creo que, de la misma manera que el alma y el arrojo de España se puso de manifiesto cuando en otros tiempos estuvimos en peligro, ahora aflorará de nuevo y hará caso omiso a las promesas y mentiras de este equipo de okupas que llegaron para destrozar España y convertirla en una colonia de los globalistas que quieren controlar el mundo. El peligro es muy real, pero hay esperanza.

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Por Magdalena del Amo
Periodista y escritora, pertenece al Foro de Comunicadores Católicos.
Directora y presentadora de La Bitácora, de Popular TV
Directora de Ourense siglo XXI
✉ periodista@magdalenadelamo.com

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Autor

Magdalena del Amo

Periodista, escritora y editora, especialista en el Nuevo Orden Mundial y en la “Ideología de género”. En la actualidad es directora de La Regla de Oro Ediciones.

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