¿Cómo se atreven a criticar al ministro Marlaska por ir a cenar mientras sus hombres se jugaban, al menos su integridad física, intentando sujetar a esos descerebrados violentos y protegiendo a la población? ¡Cómo! Si Marlaska ronda la perfección. Fíjense que es socialista, progre y gay. ¡Es imposible que una persona con esos dones no esté cerca de la infalibilidad com los Papas!
Carmen Calvo y Meritxell Batet cenaban también en la entrega de los premios Planeta mientras Cataluña ardía. Debe ser que, a este gobierno, los sucesos inadmisibles que suceden en Cataluña y que el inefable Pedro Sánchez no ve lo suficientemente graves como para actuar, les abre las ganas de comer. Lo que ciertamente demuestran es la tremenda falta de sensibilidad de estas personas hacia quienes se juegan todos los días la vida protegiendo a los ciudadanos de la avalancha de unos bárbaros enloquecidos y hacia los propios ciudadanos.
Por sus hechos los conoceréis, dicen los Evangelios. Esos son los hechos de unos ministros y un presidente en disfunciones que sacan a la luz, por si alguien todavía está en la inopia y no se ha percatado, la ruindad y mezquindad de este gobierno cuya única preocupación es alcanzar el poder a costa de lo que sea, incluido el abandono de las fuerzas de seguridad y de los ciudadanos que está sufriendo las salvajadas violentas de quienes, en el conocimiento de que el presidente en disfunciones, señor Sánchez, no va a hacer nada para no disgustar a los de ERC y al PNV de los cuales va a necesitar sus votos. No se puede ser más miserable.
