Victor Entrialgo De Castro: «Faltan 10 días»

Faltan diez días para las elecciones y el personal que no espera de ellas una canonjía o una covachuela, está hasta más arriba de Halloween. La democracia no es multiplicar las elecciones sin fin, asambleísmo de facultad. Eso es el fin de la democracia y de la autoridad.

La gente sigue sin saber por qué los separatistas han llegado tan lejos; por qué la sentencia echó el freno al final; por qué las televisiones se empeñan interesadamente en manipular la realidad hasta crear una realidad absurda y paralela a la que es preciso escapar para no dañar la experiencia sensible; por qué el gobierno ha intentado cargarse la transición, el periodo de libertad y prosperidad más largo de la historia de España; por qué las fuerzas políticas llevan demasiado tiempo sin alcanzar pactos en interés general.

Vivimos un tiempo en el que el clima ha cambiado, la historia se terminó, la sociedad es líquida, triunfa la posverdad, todo es ligereza y la presidenta de las Cortes permite que entre gente en camiseta. El final de la historia no significa que no vayan a pasar cosas. Provocaciones y violencias seguiremos viendo muchas que atentarán con nuestra experiencia sensible y en las que la democracia, como en Cataluña, seguirá renunciando a su legítima defensa.

Lo que estamos viviendo con el populismo, el podemismo y el separatismo de Pujol, sus masoveros, y todos sus lodos y fontaneros, Tardá, Rufián, Rahola, La Cup, Iglesias e Irene Montero, todo eso es pasajero, revival, kumbayá, política vintage, mentiras para rebaños, franquicia de antigüedades.

Pero ésta es la sociedad líquida, permeable, donde el ciudadano del siglo XXI tiene que nadar sin ahogarse y a la vez poder desahogarse.

Hasta aquí la verdad. Nos queda únicamente la posverdad que nos sirven en bandeja Donald Trump, Pedro Sanchez y Pablo Iglesias. La verdad ya no es un objetivo, ni un valor, ni un medio, si no me permite alcanzar mis fines.

La posverdad es la mentira de toda la vida pero Trump lo llama marketing político, Pedro Sánchez, CIS y censo electoral y Pablo Iglesias “Manual del perfecto revolucionario”.

Es el enésimo infructuoso intento de acabar con el liberalismo político, una doctrina según Marañón, con sólo dos principios. Estar dispuesto a entenderse con el que piensa de otra manera y no pensar jamás que el fin justifica los medios sino que son los medios los que justifican el fin

Faltan 10 días para las elecciones en un periodo en que el Estado ha renunciado a la autoridad y el personal está hasta más arriba de Halloween.

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