Rafael López Charques: «El abrazo del oso»

Rafael López Charques: "El abrazo del oso"

Utilizamos esta expresión para referirnos a muestras de cariño traicionero, que como mínimo anulan nuestra libertad y derechos, cuando no nos ahogan.

Cuando ocurre tal hecho, la responsabilidad es de ambas partes. Una por actuar taimadamente. Otra por pasarse de lista, confiar excesivamente en sí mismo y minusvalorar el peligro que se le avecina.

En nuestra patria o matria, (no se molesten las defensoras del lenguaje inclusivo),
se ha escenificado recientemente un abrazo, aireado por toda la prensa, que ha sido un claro ejemplo del “abrazo del oso”.

Nos referimos, como suponemos habrán intuido, al achuchón que se dieron dos líderes políticos, después del acuerdo que alcanzaron para gobernar el país. Por un lado era previsible que ocurriese, pero por otro parecía difícil, dadas las recientes manifestaciones de los protagonistas en los últimos días.

Efectivamente, en este teatro de lo absurdo en el que muchos de nuestros políticos, o quizás mejor dicho personas que viven de la política, porque de lo primero tienen poco, han convertido sus andanzas, nos encontramos hechos curiosos.

En primer lugar, el “interino”, que hasta hace pocas fechas no desperdiciaba ocasión para despotricar contra los morados y su jefe, ahora va contento con ellos como compañeros de viaje.

Por su parte el “coleta”, siempre tan firme teóricamente en sus principios, los ha arrinconado un tanto porque lógicamente el sillón es el sillón, y ha aceptado lo que le ha ofrecido el “doctor cum fraude”. Debemos aclarar que si anteriormente se había apartado, solo fue un gesto cara a la galería, para quedar bien, como víctima que se auto sacrifica por el bien común, pues en su lugar había colocado a una persona que iba a ser la voz de su amo.

Ahora sigue el juego y la pregunta es ¿quién apretará más? La respuesta es difícil, pues los dos tienen mucho que tapar.

Al “interino” le ha estallado estos días un viejo asunto que su partido tenía pendiente en el sur del país. Se ha apresurado a indicar que no es cosa personal suya, y tiene razón. Sin embargo al parecer algunas personas directamente implicadas están en su gabinete y por otra parte, si aplicamos las reglas que él adujo con su antecesor en el cargo, debería dimitir, como él exigió y gracias a lo cual llegó al puesto actual. Pero tranquilos, no se preocupen, que no lo hará.

A su vez el “coleta” también tiene problemas. Recientemente una alta carga de su partido, muy vinculada a él, ha sido denunciada por una trabajadora suya, por cuestiones laborales, y una asociación por contratación irregular. No sabemos si las denuncias tienen fundamentos o no, pero nos inclinamos a creer lo primero, pues de lo contrario sería meterse en un buen lio; que unos particulares denuncien falsamente a una persona con gran peso político es peligroso para ellos. Según la prensa, en base al código ético del partido, la denunciada debería ser expulsada del mismo. ¿Alguien se cree que será así? Ya les anunciamos que no.

Estos dos personajes son los que se han dado el abrazo. Solo falta por saber, quien resultará ser el oso y quien el incauto que ha caído en sus brazos.

Nos atreveos a aventurar que el oso será el “coleta” pues sabe actuar muy bien, presentarse como el que está dispuesto a todo por los demás y que son otros los que rechazan sus sinceros ofrecimientos. Lógicamente el que caerá, o mejor dicho ya ha caído en sus brazos es el “interino”, pero no le importa, está contento porque así tiene bastantes posibilidades de seguir sien quien es, y ese es su único objetivo, figurar y poder seguir diciendo yo soy el presidente del gobierno.

Mientras tanto, el país se desmorona, aunque alguno en su fuero interno posiblemente lo desee, para sobre sus cenizas levantar su sociedad ideal.

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