“Creemos que la política de tipos negativos podría hacer más daño que beneficio a las economías y los mercados, debido a su impacto en los bancos, las compañías de seguros y los fondos de pensiones, así como también un posible efecto adverso en el consumo”. Así de rotundos se muestran desde PIMCO, en un escenario en el que la gran mayoría de bancos centrales han adoptado la política de bajos tipos como ‘new normal’.
“Los persistentes tipos bien negativos o bien muy bajos, junto a la expansión del balance de los bancos centrales, probablemente continuarían beneficiando a los activos de riesgo durante un tiempo, ya que los inversores se ven forzados a una “búsqueda de rendimiento”. Sin embargo, creemos que esta política podría ser dañina en el medio y largo plazo”, subraya Nicola Mai, gestor de carteras y analista de crédito soberano en PIMCO.
En España, también se alerta de esta situación de tipos negativos. Funcas (Fundación de las Cajas de Ahorros) ha instado al Banco Central Europeo (BCE) que ponga fin de forma ordenada a la política de tipos negativos porque genera numerosas distorsiones en la economía y en el sector financiero, aunque en su origen contribuyera a sanear a los bancos y a salvar la economía de la Zona Euro, recoge Reuters.
Según Funcas, los intereses negativos en los que lleva instalada la Zona Euro desde junio de 2014 hacen que estén en juego aspectos como la sostenibilidad de la deuda corporativa, el contagio entre deuda soberana y privada, el aumento de la banca en la sombra, la acumulación de liquidez y numerosas distorsiones en los mercados financieros.
La política de tipos negativos no afecta sólo al sector financiero, sino que se refleja en el conjunto de la economía si se prolonga demasiado, por lo que el estudio considera urgente hacer un seguimiento del impacto en distintos sectores de la economía y cómo puede afectar a la estabilidad financiera.
Principales riesgos
PIMCO detalla las tres principales consecuencias perjudiciales de la política de tipos negativos, que califica de “una moneda con dos caras”:
- Dañan al sistema bancario. A media que la política de tipos se vuelve negativa, los bancos empiezan a obtener menos retorno de sus activos, mientras que el interés que pagan por los depósitos generalmente se queda justo encima de cero. Cuando los beneficios descienden, los bancos otorgan menos préstamos a empresas y hogares, o elevan el interés que cargan por estos depósitos.
- Desencadenan desafíos significativos para otras partes del sistema financiero. Esto incluye a los sectores de pensiones y seguros, que ofrecen retornos nominales y rentas mínimas garantizadas para el futuro. Pero esto es difícil de cumplir cuando los intereses se vuelven negativos, porque no pueden generar suficiente rentabilidad.
- Los tipos negativos nominales podrían no reducir el ahorro, sino incrementarlo. Los economistas se refieren a este concepto como ilusión monetaria, puesto que lo debería importar, al menos si la gente fuera completamente racional, no son los tipos nominales, sino las variables reales, ajustadas a la inflación.
- Igualmente, desde Funcas advierten de que la política de tipos negativos no afecta sólo al sector financiero, sino que se refleja en el conjunto de la economía si se prolonga demasiado, por lo que el estudio considera urgente hacer un seguimiento del impacto en distintos sectores de la economía y cómo puede afectar a la estabilidad financiera.
Seguros
Otro de los sectores afectados por la política de tipos negativos es el de los seguros. La última encuesta mundial de Natixis (PA:CNAT) Investment Managers, realizada a 200 CIO y miembros de equipos de inversión, desvela que las empresas de seguros de todo el mundo buscan alternativas para ocupar el vacío que ha dejado la baja rentabilidad de la deuda en la última década, a consecuencia de unos tipos de interés increíblemente bajos, en empresas de seguros de vida, propiedad, contra accidentes y reaseguradoras.
Una década después del inicio de la crisis financiera, los inversores siguen teniendo importantes dificultades debido al entorno de baja rentabilidad, lo que provoca un aumento de las obligaciones y un desequilibrio prolongado en el tiempo.
En consecuencia, las empresas de seguros están dispuestas a correr más riesgos de liquidez en busca de un mayor rendimiento, y tres cuartas partes (el 75%) declara que es esencial contar con clases de activos alternativas, y más de la mitad (el 53%) afirma que cada vez utilizan más alternativas como sustitución a los ingresos fijos.