Mr. Corbyn, usted pensó que se encontraba en España. Ese fue su gran error que le ha conducido a la derrota frente a Mr. Johnson.
Mr. Corbyn ha perdido por goleada frente a Mr. Johnson, y lo ha hecho al cometer un error tremendo. Un despiste geográfico monumental: creyó que estaba en España cuando estaba en Inglaterra. En la creencia de que estaba dirigiéndose al pueblo español, Mr. Corbyn ofreció como promesas estrellas de su campaña más gasto público y nacionalización de empresas. Estos mensajes que, para el oído del pueblo español, suenan a gloria, para el oído del pueblo inglés sonaban a socialismo – comunismo rancio, decimonónico, arcaico y trasnochado. Y esto es así porque el pueblo español está fundamentalmente por los subsidios, las subvenciones y el nacionalizar todas las malditas empresas del Ibex 35 que son las culpables de la situación social, económica y territorial que sufrimos en España. Los españoles somos amantes fieles del trinca a costa del Estado y por eso amamos todo lo que suene a gratis y la nacionalización de las empresas en la creencia de que, una vez nacionalizadas, trabajaremos menos. Si Mr. Corbyn se hubiera presentado a las elecciones en España con sus propuestas, hubiera arrasado, pero estaba en Inglaterra. Uno no se explica cómo Mr. Corbyn pudo confundir Inglaterra con España y a los ingleses con los españoles. Los anglosajones en general y los ingleses en particular saben desde su más tierna infancia que han de labrarse el futuro con su esfuerzo, su trabajo, su dedicación y su mérito; palabras que el pueblo español ha tirado a la cuneta desde que sus políticos compran votos con subsidios, subvenciones y ayudas varias. Lo siento Mr. Corbyn, usted debió darse cuenta de que no estaba en España, sino en Inglaterra. Para haberse dado cuenta bastaba con mirar el sempiterno paraguas colgado del brazo, la niebla londinense, el ancestral “five o`clock tea” y los datos del paro de Inglaterra (4%) y de España (14%). Lo siento Mr. Corbyn.
