Manuel del Rosal: «De la gerontocracia a la parvulocracia»

Manuel del Rosal: "De la gerontocracia a la parvulocracia"

“La ambición de poder es una mala hierba que solo crece en el solar abandonado de una mente vacía” Ayn Rand, filósofa y escritora estadounidense de origen ruso.

Gerontocracia es la forma de gobierno en la que el poder reside en los ancianos.

Han sido milenios los que el mundo ha estado regido por los ancianos. Desde la tribu más perdida en la noche de los tiempos hasta las civilizaciones más relumbrantes fueron gobernadas por ancianos. El anciano ha sido siempre considerado sabio por su experiencia acumulada, por su sabiduría y por su templanza a la hora de tomar decisiones. Ciñéndonos a los tiempos modernos, muchas naciones han estado gobernadas por ancianos y durante estos gobiernos el mundo ha marchado razonablemente bien. Con la llegada del culto a la juventud el anciano fue relegado para dejar paso a quienes, por sus menores años, eran considerados más aptos para el gobierno. Actualmente la mayoría de los gobiernos occidentales están formados por personas en los cincuenta arriba o abajo. La crisis pasada y la que se nos anuncia coincide con gobernantes jóvenes que – según estamos viendo – son incapaces de solucionar los problemas que están marcando el devenir de los países. Es curioso, además que a los mayores se les excluya, no ya de los gobiernos, de cualquier decisión más o menos relevante. Es una característica de las sociedades modernas actuales tirar por la borda toda la sabiduría, el conocimiento y la experiencia acumulados durante toda una vida que podrían ayudar a solucionar los problemas a los que nos enfrentamos. Claro que estos nuevos gobernantes frisando en los cincuenta, están atenazados por quienes verdaderamente manejan las marionetas tras las bambalinas, y a estos los sabios no les interesan, mucho menos que la ciudadanía acceda al conocimiento. La sabiduría y el conocimiento hacen casi imposible la manipulación, la ignorancia la facilita. Es por eso por lo que los poderosos de siempre han echado a la cuneta a quienes puedan aportar sabiduría y conocimiento. Y ahora han descubierto una nueva forma aún más perversa de manipulación de masas: “Usar y utilizar la inocencia de los niños para tener manipulada a la opinión pública. No se puede ser más perverso”

Si al gobierno de los mayores se le llama gerontocracia, al de los niños se le debería llamar parvulocracia. ¿Y a qué viene todo esto? Pues viene a que los que manejan las cuerdas de las marionetas tras las bambalinas del poder han descubierto que un niño o una niña tras un atril y dando un discurso, puede provocar una catarsis en la masa que los oye extasiada y hacer que se entregue incondicionalmente al mensaje. Se avecina la parvulocracia, es decir, el gobierno de los niños, Pero no crean que serán los niños los que gobernaran, serán los mismos de siempre que, tras la inocencia y el impacto mediático del mensajero (el niño o la niña), esconderán la misma ambición de poder, la misma codicia, la misma injusticia, el mismo desprecio a una ciudadanía que se entregará a ese mensaje emitido a través de la inocencia de los niños.

Los poderosos y sus esbirros son perversos, pero no es esto lo preocupante, lo preocupante es la indiferencia con la que el ciudadano los acepta.

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