Con esta cuarta parte, damos por finalizada la información sobre la Red 5G que estuvimos publicando en las últimas semanas.
La implementación de la tecnología 5G va contra la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño, que establece que los Estados “se comprometerán a garantizar al niño la protección y el cuidado que sean necesarios para su bienestar, desarrollo y adoptarán medidas para combatir enfermedades teniendo en cuenta los peligros y los riesgos de la contaminación ambiental. También atenta contra el Código de Núremberg, que se aplica a todos los experimentos en humanos, requiriendo para ello el consentimiento voluntario. La Asamblea Mundial de Normalización de las Telecomunicaciones de la Unión Internacional de Telecomunicaciones declaró en el 2012 que había que informar al público sobre los efectos potenciales de la exposición a campos electromagnéticos e invitó a los Estados miembros a adoptar medidas adecuadas para garantizar el cumplimiento de las recomendaciones internacionales. Por su parte el Parlamento Europeo constata que los límites de exposición a campos electromagnéticos son obsoletos y que no se tiene en cuenta la evolución de las tecnologías de la información y la comunicación y sus alcances, así como las recomendaciones de la Agencia Europeo de Medio Ambiente o normas de emisión más exigentes adoptadas por países como Bélgica, Italia o Austria. Constatan a su vez que no abordan la cuestión de grupos vulnerables, como las mujeres embarazadas, los recién nacidos y los niños en general.
El comunicado enviado a la ONU, a la OMS, a la UE, al Consejo de Europa y a los gobiernos de todas las naciones se sintetiza en las siguientes medidas:
1. Tomar medidas inmediatas para detener el despliegue de la red 5G en la Tierra y en el espacio con el fin de proteger a toda la humanidad, especialmente a los no nacidos, bebés, niños, adolescentes y mujeres embarazadas, así como al medio ambiente.
2. Cumplir la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño y la Resolución 1815 del Consejo de Europa, informando a los ciudadanos, incluidos docentes y médicos, sobre los riesgos para la salud (para adultos y niños) de la radiación de radiofrecuencias, y por qué y cómo deberían evitar la comunicación inalámbrica y las estaciones base, particularmente en centros de cuidado diurno, escuelas, hospitales, hogares y lugares de trabajo.
3. Favorecer e implementar telecomunicaciones cableadas en lugar de inalámbricas.
4. Prohibir a la industria de telecomunicaciones inalámbricas que persuadan a los funcionarios a través de sus lobbies para que tomen decisiones que permitan una mayor expansión de la radiación de radiofrecuencias, incluidos los 5G basados en la Tierra y en el espacio.
5. Nombrar inmediatamente, sin influencia de la industria, grupos internacionales de científicos expertos en CEM y salud independientes y verdaderamente imparciales y sin conflictos de intereses, con el fin de establecer nuevas normas internacionales de seguridad para la radiación de radiofrecuencias, que no se basen únicamente en los niveles de potencia, que consideren la exposición acumulativa y que protejan contra todos los efectos sobre la salud y el medio ambiente, no solo sobre los efectos térmicos y no solo sobre los efectos en los seres humanos.
6. Nombrar inmediatamente, sin influencia de la industria, grupos internacionales de científicos con experiencia en CEM, salud, biología y física atmosférica, con el propósito de desarrollar un marco regulatorio integral que asegure que los usos del espacio exterior sean seguros para los humanos y el medio ambiente, teniendo en cuenta la radiación de radiofrecuencias, los gases de escape de los cohetes, el hollín negro y los desechos espaciales y sus impactos sobre el ozono, el calentamiento global, la atmósfera y la conservación de la vida en la Tierra. La tecnología terrestre y la espacial debe ser sostenible para adultos y niños, animales y plantas.
El llamamiento fue firmado por representantes de África, Asia, Australia, Europa, América del Norte y América del Sur. Se pedía a los organismos a los que va dirigido que respondiesen antes del 1 de diciembre de 2018, detallando las medidas que iban a tomar para proteger a la población contra la exposición a la radiación de RF, especialmente la 5G.
El plazo finalizó y, tras una moratoria de meses, se levantó el veto y el 5G se ha empezado a implementar. Los primeros países en aceptar esta tecnología fueron Estados Unidos, Uruguay, Corea, Sudáfrica, Italia, Reino Unido y, por supuesto, España. Buen dato para conocer dónde empezará a incrementarse el cáncer de cerebro y el resto de las enfermedades y síndromes que acabamos de enumerar.