Es un Elfo. Si lo es, si lo es, es un elfo. Con su disfraz rojo y verde y su gorro sonajero de muchos colores no era un ser normal, no caminaba normal, no posaba normal, no decía una verdad, insultaba al Presidente que había.
Se alió cuando apareció con otros elfos extravagantes, unos separatistas y otros en camiseta, chuleó a media España con un utilitario que se transformó en Falcon para acudir con su encantada mujer a conciertos y con aquella imbecilidad repetida por los imbéciles de qué parte de no sé qué no entiende, cuando el que no entendía nada era él. Se le veía venir, pero ni su partido ni los demás hicieron nada para evitar el desastre que se avecina.
Llegan las Navidades con este atorrante de okupa en la Moncloa mientras vivimos pesadillas y alucinaciones propias de un tiempo mágico, de país mágico, de un realismo mágico, todo de cuento, pero de mucho cuento.
Un Estado torpe y lento, elefantiásico, en el que ninguna Administración se ocupó de defender de los enemigos de la Constitución, en la que el propio presidente de los Elfos quiere unirse a los enemigos. Una Sentencia del Tribunal Supremo que dice que el Golpe separatista fue una ensoñación y que fueron “unos jodidos elfos” los que declararon la independencia de Cataluña.
En ese Estado los prófugos de la justicia hacen turismo judicial, giras y declaraciones en televisiones de potencias extranjeras que se deleitan con la división de España con la colaboración de autoridades comunitarias o de otros Estados que se mofan del Estado español o sencillamente niegan el apoyo y cooperación judicial que los tratados exigen, sin obtener la contestación diplomática que se merecen.
La ignominia instalada en todos nuestros poderes públicos y la de televisión española en particular nos regala entre tanto la retransmisión en directo de las andanzas del “Chicle y del Cocomocho”, dos de los más peligrosos delincuentes de la Nación española, uno de ellos aún prófugo de la justicia, por gentileza de comisarios podemitas y sanchistas.
Repitiendo la propaganda de nuestros enemigos en un extraordinario ejemplo de servicio público “el Coletas y el Chulapo de la Moncloa” socavan los fundamentos de la Nación dando pábulo a ultrajes, mentiras y todo tipo de ataques contra la Constitución, mientras los españoles esperan atravesar la Navidad sin más sobresaltos.
Por mucho menos que la que está armando este Elfo malvado en España, la Nación mas poderosa del mundo va a sentar a su Presidente en un juicio político en el Senado para que dé cuentas a toda la Nación, con la acusación de haberle pedido al estado ucraniano información sobre las empresas del hijo del exvicepresidente de Obama y candidato demócrata Joe Biden.
Todo eso, al lado de las traiciones a la patria y el bululú que está montando en España este Elfo indocumentado y desaprensivo de Pedro Sanchez, resulta infantil y ridículo. Comparado con llevar al poder a quienes persiguen la ruptura de una Nación con mas de cinco siglos de historia, lo de Trump son fruslerías. Eso sí que merecería un impeachment como Dios manda para los traidores a la patria. Este Elfo merecería volver al pais de donde en mala hora salió y las penas del destierro, la prisión y el ostracismo.