Contrario a lo que se pueda pensar, emprender planes de formación dentro de una organización no solo beneficia a los empleados sino también a las empresas. ¿La razón? Para ambos constituye la mejor inversión para potenciar el presente y enfrentar los retos a futuro.
En cualquier caso, para que las empresas y los empleados puedan beneficiarse de las ventajas que proporciona la formación continua y alcanzar los objetivos deseados, es necesario que el plan de formación que se diseñe cumpla ciertas condiciones que han sido esbozadas por expertos y que podemos resumir en tres puntos:
-Integrarse en la estrategia de la empresa y de su plan de acción.
-Contar con el apoyo y compromiso de la dirección de la empresa y de los trabajadores.
-Adaptarse a la realidad de la empresa y su cultura.
El plan deberá realizarse en función de ciertas bases para su correcta elaboración, tales como la identificación de las necesidades reales de formación, la fijación de los objetivos y la determinación de los medios y métodos que se procederán a utilizar.
De manera que la formación facilita a la empresa su adaptación a los cambios del mercado y del entorno; y favorece la incorporación de nuevas tecnologías, así como nuevos sistemas de gestión y organización.
También ayuda a consolidar y transmitir la cultura, valores y misión de la empresa, lo que le permite disponer en los puestos de trabajo de personas capacitadas e integradas en la cultura de la organización.
Además, implementar un plan de formación contribuye a aumentar la productividad de la empresa, mejorar la cualificación y la recualificación de los trabajadores, incrementar el nivel de competitividad y rentabilidad de la empresa, así como la calidad de los productos y/o servicios, y potenciar la investigación e innovación en nuevos productos.
Igualmente, favorece los procesos de gestión de calidad en las organizaciones, permite una mayor flexibilidad y capacidad de adaptación de la fuerza laboral e incrementa el compromiso del personal con la empresa.
En el otro lado de la moneda están los empleados y para ellos la formación otorga las siguientes ventajas:
-Adquisición de nuevos conocimientos, destrezas y habilidades
-Facilita la integración social del trabajador
-Favorece su satisfacción, motivación y su integración en la empresa
-Posibilita el conocimiento de nuevas tecnologías y formas de trabajar
-Mejora las posibilidades de traslado y promoción dentro de la empresa
-Mejora el nivel de eficiencia en su área
-Permite prepararse para la asunción de responsabilidades, la toma de decisiones eficientes y la resolución de problemas.
Así que un plan de formación constituye una valiosa inversión cuyos frutos se pueden apreciar a mediano y largo plazo en las empresas que apuestan en su implementación.