«¡Quítate de aquí que me pongo yo!»

"¡Quítate de aquí que me pongo yo!"

Los encargados de protocolo andan de cabeza y sin tiempo para hacer un cursillo de reciclaje que les ponga al día con urgencia. ¡Tantos cargos, tantos egos y tan poco espacio para colocarlos!

¡Es de locos!, claman por los pasillos de las vicepresidencias, de los ministerios, de las secretarías de Estado, de las subsecretarías, de las direcciones generales.

Añaden los expertos de las reglas que la mayoría de los ocupantes de los oropeles no tienen nada que administrar y muy poco que dirigir, por lo que se pasan el día haciendo como que hacen, apretando el timbre en demanda de cafés, inventando palabros, sacando brillo a las vacías carteras y volviendo tarumbas a los conserjes, ordenanzas y demás personal fijo con trienios, moscosos y días de libre disposición. En resumen: un pandemonio.

Además de ampliar el banco azul en el Congreso de los Diputados hasta dejar cada puesto en unas medidas más propias de los trenes expresos de antaño y desbrozar obstáculos para el acceso del argentino Pablo Echenique Robba a su escaño comunista, los servicios de mantenimiento han tenido que hacer hueco a la cincuentena de asistentes a la mesa de la comisión de secretarios, secretarias y subsecretarias y subsecretarios de Estado, previa al Consejo de Ministros, que preside la vicepresidenta primera del Gobierno de España, Carmen Calvo Poyato. Y ello después de acomodar a los 23 miembros y miembras del Consejo de Ministras y Ministros que toman asiento los martes en torno a la magna mesa de raíz de nogal de Pepe Naharro que acoge semanalmente al Ejecutivo. Con haber supuesto un notable ejercicio de logística ejecutado a la perfección en tiempo record y a satisfacción de la mayoría de los incumbidos, lo más difícil –señalan los instaladores- ha sido tirar y levantar tabiques, cuartos de baño, frisos, artesonados, cornisas y alfombras para acoger a tanto huésped interino como ha entrado por la puerta. Y todo sin interrumpir el servicio. Vamos, que ha sido como hacer lo que encerraba la célebre frase que pronunció Adolfo Suárez González y escribió Fernando Ónega López: “se nos pide que cambiemos las cañerías del agua, teniendo que dar agua todos los días”. Es lo que ha supuesto acomodar al Gobierno más grande de la Unión Europea, tras convertir en ministerios direcciones generales con sus competencias traspasadas a las Comunidades Autónomas para que, como ha escrito el director de ABC, Bieito Rubido Ramonde, “unos políticos infantiles jueguen al Monopoly con nuestro país”. Menos mal que los 25 millones de aumento de gasto anual en carteras ministeriales son de dinero público, que no es de nadie, como proclamó Calvo Poyato en los primeros años que pisó moqueta. Será por esto por lo que quienes llegaron para regenerar la política están tan felices de haberse conocido y lucen apolínios con sus vaqueros descoloridos y sus lustrosos coches oficiales. Sus sueldos, regalías e infraestructuras de apoyo a la vacua tarea que tienen se pagan con los euros que crecen en las ramas de los árboles, regados con agua reciclada de la marca Greta Thunberg, sociedad familiar con sede en Estocolmo que regenta en España la titular del ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera Rodríguez.

Las reformas de acondicionamiento están a punto de finalizar, pero lo más difícil está siendo el día a día. Un verdadero calvario para los jefes de protocolo, para los ascensoristas, para los conserjes. De repente coinciden en la puerta un vicepresidente segundo con uno o dos ministros o ministras que tienen despacho en el mismo edificio pero en distinto piso, y entonces surgen los contratiempos, los tu primero, por favor; no, no faltaría más, primero tu; por aquí, señor vicepresidente, por aquí señora ministra, señor ministro, haga el favor. Usted va al primer piso, ¿verdad? Y usted al segundo. Es que las obras aún no han finalizado y andamos de cabeza. Perdone las molestias.

Y entre el público asistente que hay en el vestíbulo y va a pedir una subvención, denunciar una desigualdad o abrazar a las nuevas y nuevos inquilinos e inquilinas, se produce confusión, alguna risita disimulada que captan los aludidos y aludidas, y mala uva a raudales. Un verdadero sin vivir, créame usted, enfatiza trémulo mi diligente interlocutor, que añade que todo esto no es nada comparado con el lío que se produce diariamente por la señalización. Resulta que los nuevos rótulos de los ministerios troceados, de las direcciones generales ascendidas a ministerios y de las secretarias, subsecretarias de Estado, direcciones y subdirecciones generales y resto de cargos de nueva planta que todo eso genera no están aún listos a pesar de que los servicios correspondientes han recurrido a varias empresas externas, como las reputadas Rótulos Ayllón y Rótulos Plastineón, que trabajan a destajo. El resultado es un galimatías que genera enorme barullo al público general, y cabreo a los proveedores de mercancías en paquetes de cartón suministrados por la destructora Amazon, en particular.

— ¡Oye!, ¿dónde está la vicepresidencia 2ª: derechos sociales y Agenda Luxindex 2030?
— Aquí desde luego no. Creo que en el Paseo del Prado. Y no es Agenda Luxindex 2030. Es solo Agenda 2030.
— Pues aquí pone Luxindex. ¿Y dónde dices que está esa vicepresidencia?
–¡Ya te he dicho que en el Paseo del Prado!
–Pero he estado allí y pone Ministerio de Sanidad.
— Ya, pero es que aún no han cambiado los putos carteles.
— ¡Joder!, pues vaya leche. Ahora tengo que volver hasta allí y está el tráfico que te cagas.
–Ya, es lo que hay.
–Por cierto, ¿y el Ministerio de Consumo queda lejos?
–¿Qué, me quieres examinar, colega? El de Consumo creo que está también donde el de Sanidad, en el Paseo del Prado, pero no te lo sé decir seguro.
–¡Cojonudo! Así mato dos pájaros de un tiro porque también le llevo un paquete a ese ocupa.
–Mira, vas a tener suerte. ¡Qué jodía!

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Autor

Jorge del Corral

Hijo, hermano y padre de periodistas, estudió periodismo en la Escuela Oficial de Madrid. Ha trabajado en cabeceras destacadas como ABC y Ya. Fue uno de los fundadores de Antena 3 TV. Miembro fundador de la Asociación de Periodistas Europeos (APE) y del Grupo Crónica, creador de la Academia de las Ciencias y las Artes de Televisión (ATV) y fundador de la Unión de Televisiones Comerciales (UTECA). Un histórico de la agencia EFE, donde fue subdirector y corresponsal en Roma.

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