“Una nación que intente prosperar a base de impuestos es como un hombre con los pies en un cubo tratando de levantarse estirando del asa” Winston Churchill
No recuerdo de quién es esta frase: “Un comunista es alguien que ha leído a Marx. Un anticomunista es alguien que ha entendido a Marx”
Las nuevas generaciones. Esas personas que están en la horquilla de edad de 18 a 50 años tan solo conocen del comunismo lo que han oído o leído – si es que leen – La historia del comunismo es una historia de tiranías y totalitarismos que ha dejado un reguero de muertes, ruina y desesperación. No ha habido ni un solo país comunista que no haya sido un fracaso y que no lo sea. El comunismo en boca de Lenin es: “Todo el poder para los soviets más la electrificación del país” Electrificación que, en todos los casos, ha terminado electrocutando al país y a sus ciudadanos.
Últimamente el gobierno socialista comunista de Pedro Sánchez ha tomado una deriva a la que podemos calificar, como mínimo, de inquietante. Una deriva que – parece mentira – ha pasado desapercibida para los medios de comunicación o, si no ha pasado desapercibida, la han silenciado; unos por su entrega al gobierno y otros – no todos – por cobardía. Las señales han sido y son claras y diáfanas a los ojos de quienes quieran ver las maniobras en las que están el PSOE a través de Zapatero, Iglesias por su sumisión a ese régimen perverso de Maduro y Sánchez con su entrega sin condiciones a quienes le mantienen en el poder y le van indicando el camino a seguir, que no es otro que el de un cambio de régimen. La partitura de estos personajes alcanzó su nota más alta el otro día con la entrevista Delcy-Ábalos y la después conocida conversación de esa vicedictadora con Sánchez. La última entrega de esta deriva de gobierno hacia un régimen totalitario ha sido el viaje de Zapatero a Venezuela – no sabemos cuántos van ya – coincidiendo ¡qué cosa! con el ministro de exteriores de Rusia. El trio no puede ser más oscuro y tenebroso: Maduro, Zapatero y Serguéi Lavrov el ministro ruso de Exteriores. Uno no puede menos que sentir inquietud a la vista de semejante triángulo. Este triángulo está unido en sus vértices por Venezuela, Rusia y España (PSOE) y las medianas se entrecruzan en el baricentro donde anidan cuatro personajes sin escrúpulos: Sánchez, Zapatero, Maduro e Iglesias. Un triángulo, el de las Bermudas, es famoso porque allí han desparecido barcos y aviones sin conocerse las causas. Este triángulo comunista, de momento, ha hecho desaparecer la democracia de Venezuela y Rusia y, si no andamos avisados nosotros los españoles, puede que, esa democracia que tanto nos ha costado y nos está costando, desaparezca con la llegada de un nuevo régimen a imagen de quienes con este gobierno forman el triángulo. La diferencia entre el de las Bermudas y este triángulo, es que, en este triángulo sí sabemos las causas que pueden hacer desaparecer nuestra monarquía parlamentaria por un régimen socialista comunista. La causa es solo una: Entregar a España en manos de quienes quieren destruirla para que Pedro Sánchez duerma todas las noches en el colchón cambiado de la Moncloa