Antonio Sánchez-Cervera: «De verdad, ¿es el coronavirus la causa real de la cancelación del Mobile?»

Antonio Sánchez-Cervera: "De verdad, ¿es el coronavirus la causa real de la cancelación del Mobile?"

A diario, con ocasión de la celebración del Mobile World Congress en Barcelona, una parte importante de las empresas que iban a acudir se borraban de la lista de participantes. Se producía un fenómeno similar a cuando las empresas se marchaban de Cataluña por la permanente y consolidada inestabilidad política y el desmadre callejero e institucional provocado por el independentismo. Barcelona está pagando por todo aquello y lo que queda por venir. Cuando el mercado pierde la confianza internacional, cuesta enormemente recuperarla. El negativo impacto reputacional será muy importante para la Barcelona venidera, de ahí que quizá 2019 fuera el último año del Mobile en una ciudad que dejó de ser pacífica, acogedora, multicultural y abierta al mundo.

Lo curioso es que esta Feria mundial de teleoperadores y plataformas digitales (Google, entre otras) de 2020, no se aplaza ni se suspende sine die sino que se cancela definitivamente para este año, es decir, no se celebra.

Es significativamente revelador también que el consejero delegado de la Organización, John Hoffman, dijera y haya dicho: “deseamos poder estar con todas las compañías y socios habituales en 2021…anhelamos estar aquí en Barcelona en el 2021…esperamos acoger a todos nuestros partners en el MWC del 2021 en Barcelona”. ¿Es un deseo, un anhelo, una inquietud? ¿Por qué no ha resuelto definitivamente la duda: estaremos aquí con toda seguridad en 2021? Insistimos, la Feria mundial se ha cancelado, no se ha aplazado ni suspendido.

A colación de lo que escribimos: ¿Por qué se cancela el Mobile taxativamente? Hay que tener en cuenta que la susodicha Feria no se suspende ni se aplaza para otras fechas en el año que vivimos como sucede, por ejemplo, con la Cumbre deportiva de Pekín SportAccord 2020 (19 al 24 de abril), donde se ha manifestado que se celebrará en esas mismas fechas en otro lugar, teniendo en cuenta que se trata de Pekín.

Y continuamos preguntándonos: ¿Por qué se mantiene el Salón del Auto de Ginebra del 5 al 15 de marzo de este año? ¿Por qué muchas de las empresas que iban a acudir a Barcelona, exhiben sus novedades en el Integratd Systems Europe de Amsterdam, en plena crisis sin resolver del coronavirus en Europa con 50 afectados en 11 países (Alemania, Francia, Reino Unido, entre ellos)? ¿Por qué se aplazan a octubre de 2020 y no se cancelan los torneos de las Series Mundiales de rugby a siete de Singapur y Hong Kong? ¿Por qué la FIA aplaza y no cancela, a la espera de encontrar otra fecha, el GP de China de F-1? ¿Por qué el comité organizador de los Juegos Olímpicos de Tokio no se planea posponer o cancelar los mismos y habla de rumores irresponsables?

Obviamente, nunca sería admisible como causa de cancelación el precio de los stands en una Feria millonaria.

Y, ¿por qué el Gobierno español, a través de la vicepresidenta Carmen Calvo, afirma públicamente que no son razones de salud pública en España las que han motivado esta decisión?; y la ministra de Industria, Comercio y Turismo, ingenuamente creemos, insta a las empresas que decidieron no acudir a explicar esta decisión de por qué declinaron asistir a este evento y sí acuden a ferias similares en otros países. Con todos mis respetos, señora ministra, que se lo van a decir…

Hay mucha duda, demasiada incertidumbre a pesar de las buenas palabras y mejores intenciones de los organizadores del Gran Evento para la Barcelona de 2021. Esperemos que la causa de la cancelación o, una de ellas, no haya sido que los organizadores hayan escuchado temerosos las palabras pronunciadas por la alcaldesa de Vic en el Parlament sobre el supuesto nacionalismo catalán: “hay que poner fin a la costumbre muy presente en determinadas zonas del país de hablar castellano a cualquier persona que por su aspecto físico o por su nombre no parece catalana”. La verdad es que tenía que haber añadido aquello de… la fea costumbre y ser consciente de que los ministros de Sanidad de los Veintisiete estaban acordando medidas para combatir todo tipo de estigmatización o racismo hacia la comunidad china…pues por su aspecto físico o por su nombre la verdad es que no parecen catalanes.

Y a todo esto, se anuncia con urgencia que el Gobierno para generar unos ingresos adicionales con los que cuadrar las cuentas públicas, va a aprobar en los próximos Consejos de Ministros, la llamada Tasa Google, la misma impuesta por Francia y de la que Macron ha tenido que congelar a cambio de que EE.UU. no imponga más aranceles, tasa ésta, por cierto, de la que los clientes son los que se exponen a salir más perjudicados. No hay que olvidar que el peso de las empresas norteamericanas es muy grande y no queremos ni imaginar, dada la situación agrícola de nuestro Campo, que se impongan nuevos aranceles a nuestros productos como consecuencia de esa tasa que el Gobierno francés ha tenido que frenar.

Así pues, Barcelona se queda sin congreso tecnológico para 2020, entrando la interrogante de lo que podrá suceder en 2021. En España, de la que Barcelona forma parte, no se ha declarado una alerta sanitaria. La CE no ha impuesto restricciones aéreas. No hay ninguna indicación de la OMS ni del centro de control de Europa ¿Qué ocurre, pues? Entre otras cosas, que los organizadores, bien asesorados y curándose en salud, de cara a las reclamaciones que vendrán, insisten en que lo de la Feria se ha cancelado por una fuerza mayor, primando la salud y la seguridad por encima de la existencia de una psicosis de epidemia de miedo, que han seguido siempre las recomendaciones de las autoridades sanitarias (¿españolas, chinas, europeas, de la OMS?), que la prioridad ha sido la salud, que el record de muertes y contagios se incrementan cada día, desconociéndose el alcance de la epidemia.

Mientras tanto, prematuramente, Donald Trump, cuya sombra es alargada, invita a un viaje de Estado a los Reyes de España.

¿Acordarán finalmente el Gobierno de España y la Generalitat de la Comunidad Autónoma de Catalunya un referéndum de autodeterminación sin contar con el resto de los españoles? Esta es la verdadera interrogante que, sobre todo, los ministros de Podemos han de despejar con Iglesias a la cabeza de la negociación, porque la otra, la cancelación del Mobile, está clara para quien la quiera ver.

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