Manuel del Rosal: «Infames aplausos en el Congreso»

Manuel del Rosal: "Infames aplausos en el Congreso"

La palabra político significaba, en su origen primitivo, ciudadano; y hoy, gracias a nuestra perversidad, ha llegado a significar el que engaña a los ciudadanos” Voltaire, historiador y filósofo francés.

Mientras España se debate en la incertidumbre económica, la infame política, la amenaza del coronavirus, el descontento de los campesinos, la bajada a mínimos de mínimos de las bolsas, el récord de mujeres asesinadas; el gobierno se preocupa tan solo de contentar a quienes le sostienen en el poder. Esos que le han permitido aprobar el techo de gasto y le aprobarán los presupuestos. Ni al gobierno, ni a los que con sus votos o abstenciones le apoyan, les importa España. El ejemplo de la miseria y la infamia de los que participan en este aquelarre para desmantelar España, han sido los estentóreos aplausos que el gobierno y sus cómplices se dieron a sí mismos tras la aprobación del techo de gasto. ¿Por qué aplaudían hasta poner rojas las palmas de sus manos? ¿Aplaudían por haber controlado el coronavirus? NO ¿Lo hacían por haber reducido los asesinatos de mujeres? NO ¿Por haber solucionado los problemas del campo? NO ¿Acaso por haber reconducido la economía? NO …Entonces ¿por qué aplaudían? Aplaudían porque han dado el primer paso para garantizarse, al menos cuatro años, de vivir de la mamandurria del Estado. Se aplaudían a sí mismos, se felicitaban a sí mismos, se miraban los unos a los otros satisfechos de haber iniciado el camino que los puede llevar a disfrutar de todas las prebendas y sinecuras que les van a proporcionar sus escaños en el Congreso durante cuatro años, al menos. ¿Y España? ¿España? ¿Qué es eso de España? ¿Y los españoles? ¿Los españoles? Los españoles recibirán las migajas del banquete pantagruélico con el que van a llenar sus orondas barrigas insaciables de privilegios, poder y beneficios.

Desde el presidente Sánchez hasta el último de los que van a beneficiarse durante, al menos cuatro años, de ostentar el poder y, derivado de él, los privilegios que se les niegan a los ciudadanos; aplaudían como posesos, babeaban de placer en una demostración más de como a estos políticos solo les importa ellos mismos y priorizan por encima de España y los ciudadanos, sus canonjías. Con el espectáculo vergonzoso, bochornoso, untuoso y grasiento de sus mezquindades, ambiciones, falta de escrúpulos, ruindades representado con los aplausos como si de una sinfonía de vileza, bellaquería y villanía se tratara dirigida por la batuta de Pedro Sánchez, han dado una muestra más de su falta de sensibilidad hacia los problemas que amenazan a España y a los españoles. La sensibilidad de sus señorías no les llega más arriba de sus orondas, ufanas y rollizas barrigas, de modo que, enquistada allí, la sensibilidad no alcanza a subir hasta el corazón y el cerebro. Y estos son los que nos van a gobernar durante cuatro años, al menos. Mientras, los españoles nos dividiremos -como dijo Machado – entre los que mueren (nosotros los ciudadanos) y los que bostezan apoltronados en sus escaños (los políticos)

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