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Unen a la ineptitud, la vileza. Y prosperan, porque cuentan con la complicidad de un rebaño de periodistas paniaguados, cadenas de televisión que se enriquecen jugando contra la democracia española y un país mesmemoridado y cada día más flojo.
Manu Cavanilles, asesor de estrategia y comunicación en La Moncloa, a las órdenes del todopoderoso Iván Redondo, mano derecha e izquierda de Pedro Sánchez, ha escrito en su cuenta personal de Twitter un comentario ignominioso y rastrero que le inhabilita para seguir ejerciendo su cargo público -pagado con el dinero de todos los españoles-.
Tras conocer que el secretario general de Vox, Javier Ortega Smith, estaba infectado de coronavirus, Manu Cavanilles tiro de siniestra ironía para escribir el siguiente comentario:
«El coronavirus se ha contagiado de Ortega Smith».
No se puede caer más bajo ni ser más miserable.
Pues si el CORONAVIRUS se ha contagiado de @Ortega_Smith no habrá quien derrote a esta virus. ?????FUERZA JAVIER!!!!??????????
— INMA S.R.???? (@MeigaSr) March 10, 2020
El vil comentario del asesor monclovita, que forma parte del equipo de Sánchez desde que le asesorara en las primarias socialistas, no puede tener otra consecuencia -y ha de tenerla ya- que su cese inmediato.
Manuel Cavanilles (Barcelona, 1967) y tiene un amplio historial en el mundo de la publicidad.
Su fichaje por Redondo confirmo para los expertos de que Moncloa vive en una campaña electoral permanente y que si hay que ir a las urnas la maquinaria pública está lista.
Cavanilles trabaja en el edificio de Semillas al que recientemente se incoroporó Jaime Miquel, hasta hace poco el sociólogo de cabecera y hombre que leía las tendencias de las encuestas para Podemos
Por decencia, y también por una elemental cuestión de humanidad, el tuit de Cavanilles le retrata y le inhabilita para cargo público alguno.
Cabe esperar que el Gobierno no se ampare en ninguna justificación o matiz -como que se trata de una cuenta personal- para no proceder de inmediato a su cese. Sin contemplaciones.
Si queremos dignificar la vida política, el Ejecutivo tiene que predicar con el ejemplo y prescindir de una persona que ha vertido un comentario tan innoble sobre el estado de salud de un parlamentario que sólo merece en estos momentos la solidaridad y el deseo de una pronta recuperación.
El coronavirus está poniendo a prueba la resistencia de nuestro sistema de salud y también de nuestro sistema económico, pero, al mismo tiempo, pone a prueba también la altura moral de nuestra clase política.
Es por ello que el Ejecutivo está en la obligación de situarse al nivel que demanda la actual situación y purgar a quienes son incapaces de entender que no se puede, bajo ningún concepto, vomitar un comentario tan ruin.