Francisco Iglesias Carreño: «¿Caminamos hacia el último cuarto (¼)?»

Francisco Iglesias Carreño: "¿Caminamos hacia el último cuarto (¼)?"

La franqueza merkeliana de quién, no olvidemos es profesionalmente titulada, en grado Dra. en Física (estudió Física en la Universidad de Leipzig en el periodo de 1973 a 1978, donde se doctoró en el año 1986 con la tesis doctoral titulada «Influencia de la correlación espacial de la velocidad de reacción bimolecular de reacciones elementales en los medios densos», que obtuvo la calificación de «sobresaliente».), nos ha traído hacia el presente, casi pareciendo de sopetón, a la auténtica realidad circundante, no exenta, claro está, de las necesarias, puede que hasta obligadas, aplicaciones del “método científico” (los persistentes ensayos de prueba y error, y las correcciones subsiguientes para sacar las optimizaciones más verosímiles) -.- que tanta veces hemos realizado en las prácticas de laboratorio y también, como aplicación mediata, en otros eventos y aconteceres más amplios -.-, nos han situado observablemente-.- en la medida y forma que somos medidores al ser interactivos con el sistema-.-, en donde ya sí que estábamos, pero con una situación compresiva adicional más amplia, enjundiosa y realista, e indudablemente verazmente cruda, de lo que está pasando, así es si así parece, en todo nuestro entorno social convivencial que, visto lo visto, es un todo universalizado, el cuasi mundo globalizado, conformado pluralmente de múltiples teselaciones de varias dimensiones.

Esta civilización nuestra que, en términos amplios, considerábamos desde la occidentalidad española, por ende europea y hasta, por su hábitos, de categorización mundial , como estructurada y, a mayores, total y plenamente sedimentada -.- con el sentido que teníamos adquirido, a través de proceso histórico, de tal concepto más que universalizado -.- que pomposa y graciablemente auto-proclamábamos como de copropiedad de los individuos y de los grupos de nuestros entornos convivenciales { o sea anclada geográficamente (tanto física como, antropológica y socialmente)} , parece haber pegado un trastoque descomunal, pudiera ser que gravemente a-solidario , que puede dejar hechas trizas esa, tal vez idílica, situación de la cual, y no con cierta ingenuidad, veníamos de viaje casi todos, ya que oteamos ahora los amplios contrasentidos que se esbozan por doquier, donde cada cual está esgrimiendo, en la versatilidad de la red, una riestra de situaciones, tal vez acaso datos, más o menos objetivos y puede que hasta imprecisos, con sus configuraciones numéricamente tablísticas y sus datos referenciales de asideros, que dan la impresión van caminando, por mor de la realidad circundante a la que hemos sido impelidos y presumiblemente empujados, hacia esa posición, llamémosles (con)vivencial, que se nos ha transmitido, vía expositiva alemana, cual anunciada mediata y muy próxima selección natural de lo antinatural impuesto, o sea al otro lado del espejo darwinístico, en ese discurrir poblacional incierto del último cuarto (1/4) restante.

Ahora pasan secuencialmente por delante de nuestra mente, como en una acción calidoscópica de imágenes, todos aquellos planes, proyectos e intenciones que, en el tiempo pasado (desde aquellos inicios que se aseguraban transicionales del año 1975, por no irnos a momentos anteriores), nos indujeron a suponer, y para todos que ilusionadamente augurábamos, posibles caminos de futuro y a que , en alguna imaginada estimación, tuvieron un momento de personación, tal vez de proyección e incluso de concreción, en muy diversas materias y que, como conjunto articulado (e imagen proyectiva del Estado Español), debieran haber mostrado, y en forma práctica, su comprobada eficacia, contrastada efectividad y acrisolada reciedumbre, como algo más que sólido y de consistencia enteramente firme, en el momento presente, el de ahora que atribulamos, en que nos es, visto está, absolutamente preciso y necesariamente obligado disponer de los bienes que, con evidente ausencia, aún no tenemos y parece que, en ese adolecer de insufrible pesar, ostensiblemente carecemos, hasta punto tal, y tan explícito, de que aquello de nuestra prosapia experiencia nos está haciendo depender, ¡vivir para ver!, de la consideración estimativa de cada ciudadano español y en el amplio espacio de todo el territorio físico de la España Nación.

Esa realidad, que se anuncia, en el tan tecnificado centro de Europa, está en movimiento, viene ya de viaje (¿no es así?), con ese apresurada dinámica arrolladora, la del caminante discurrir poblacional hacia el último cuarto (1/4), que no ha necesitado más incidencia específica que el desencadenamiento de una, muy y alta, actividad biológica, ligada al descontrol activo de uno de los ´coronavirus conocidos ´(en sus mutaciones asociadas a la secuencia de ADN y ARN, que nos identifican como especie y como individuo), y que ahora es el objetivo que concita la información mundial y sobre el cual, véanse las redes, caminan en paralelo tanto la “verdad científica” como el voluminoso glosario de la pos-verdad, y otras gamas de situaciones intermedias, conformando externamente un ´totum revolutum´ donde casi todos son expertos en: “ el desconocimiento más amplio sobre la materia en cuestión”, ello de inicio a fin, y de la que, en un par de ´visages´ a las redes, nos han imbuido de: (1ª) una preparación en saber biotecnológico inusitado, (2ª) una autoproclamación propia del de la verdad científica y (3ª) un adiestramiento masterizado de los comportamientos sociales, y todo ello incluido en el más que generoso gratis que no conlleva peaje alguno.

Estamos a 14 de marzo, una fecha que se nos hacía, a largo tiempo (en aquellos paseos interactivos que hacíamos por el Campus Universitario de la Cesaraugusta urbe), como altamente trascendente e importante en el mundo en general y en el de Física en particular, para algunos el “día de la Física”, pues no en vano en la data del 14-3-1879, en la ciudad de Ulm (Reino de Wurtemberg), y con ello volvemos al centro de Europa, nació el hijo de Hermann Einstein y Pauline Koch, de nombre Albert, cuya trayectoria humana y científica sigue dando: (1º) lecciones de comportamiento, (2º) enseñanzas del hacer imaginativo y (3º) ejemplo de indomable persistencia, situaciones que ahora, precisamente ahora, nos vienen bien, estupendamente bien, cuando ´todo el mundo´, creyentes y no, está a la busca de ese ´Arca de Noe´ con la que hacer la ´feliz singladura´ ante el impacto brutal de la epidemia (pandemia según la OMS) que nos conturba y cerca por doquier, y que cual ´hora final´ (donde apocalípticamente Stanley Kramer nos dibujó un mundo perdido descrito por el ingeniero Nevil Shute Norway ) nos insta a elevar los pensamientos más fraternales, ya que aspiramos a que tal singladura poblacional, y no como la del submarino nuclear Scorpion de la ficción fílmica, no solo sea del último cuarto poblacional (1/4) y sí, ¡ y siempre!, con el “carpen die” más pleno, del completo de la humanidad.

Decía el ciudadano Dr. Einstein Koch (D. Albert), en un poster que presidio nuestras horas de trabajo, aquella frase que siempre nos ha acompañado: “No hagas nada contra tu conciencia, ni aunque ella te lo pida”. En este mundo nuestro, tal cual es, el proceder en conciencia, con rectitud y honestidad, debe ser la guía que alumbre a todos, en todos los caminos y hacia todos los lugares. Deseamos fervorosamente que nadie, y por ningún motivo, lo haya olvidado.

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Lo más leído