Desde finales del año el coronavirus, que tuvo como epicentro la ciudad china de Wuhan, se ha convertido en un tema obligatorio en las conversaciones. Más de 187 países afectados por el COVID-19, con más de medio millón de contagiados en el mundo y 23.000 muertos hasta el viernes 26 de marzo, han disparado las alarmas en las empresas para poder seguir funcionando a pesar de lo que la pandemia permite.
Compañías en distintos países han reaccionado y lanzado paquetes de medidas, sin ignorar las recomendaciones de prevención de la Organización Mundial de la Salud y de las autoridades locales, para procurar precisamente que el proceso productivo no se detenga en su totalidad.
Las grandes marcan han debido adaptarse a esta realidad, tanto para seguir con su presencia en un mercado algo recortado, pero también como una muestra de solidaridad para el consumidor que por tantos años les ha sido fiel. Y es que en estos tiempos de contingencia, los cliente les están exigiendo o a las empresas una visión más amplia de su propósito, relacionado con el bien que aportan a la comunidad en la que operan.
Es importantes mantener la marca relevante para su audiencia. Es así como muchas han aprovechado la coyuntura del coronavirus para reinventarse, poner en marcha planes que ayudan a sus clientes y consumidores y para que, al final, todos remen en la misma dirección: cortar la cadena de contagio y tratar de frenar la pandemia.
Unas marcas, sobre todo las que utilizaban manos en sus logos, los han rediseñado, para estar en sintonía con las recomendaciones sanitarias de evitar al máximo el contacto social, como es el lavado adecuado de las manos. Otros, los han puesto al servicio de iniciativas que luchan por conseguir una cura para la enfermedad. Y algunos, han puesto sus esfuerzos en dar insumos médicos y/o alimenticios según sea el caso.
Marcas y empresas también han servido como plataforma para impulsar iniciativas que ayudan a la gente a pasar la cuarentena en sus hogares, al tiempo que ponen a su disposición el delivery como una opción para que sus productos se mantengan en el mercado, pero, al mismo, tiempo facilitan la vida del consumidor. Todas estas estrategias juegan a favor de quien las implementa.
Aquellas compañías que entiendan que en esta crisis también puede haber una oportunidad de trabajo y de ayudar a sus clientes y consumidores estarán posicionando mejor su marca dentro del nicho de mercado en el que se desenvuelven.
