El Ejecutivo anula las autopsias y ordena anotar las muertes por coronavirus sin test como “no confirmadas”

El Gobierno miente y maquilla la cifra de muertos por coronavirus, que son muchos más de los que dice

El Gobierno miente y maquilla la cifra de muertos por coronavirus, que son muchos más de los que dice

Son culpables. El mismo Gobierno que desoyó las advertencias de la OMS sobre el peligro de la ‘peste china’, el que saturo irresponsablemente las manifestaciones feministas del 8M y no tomó medida alguna por cicatero interés electoral, manipula ahora las cifras de muertos y miente.

Los registros que a diario ofrece el Ministerio de Sanidad sólo recogen las muertes con coronavirus confirmado, es decir, aquellos enfermos a los que se les ha realizado una prueba diagnóstica.

Desde hace meses abundan los certificados de defunción en que se atribuye la muerte a una neumonía, apuntando a un «posible» Covid-19, pero ese fallecido no cuenta para Sanidad.

Desde la Asociación Española de Profesionales de los Servicios Funerarios tienen claro que las estadísticas oficiales no reflejan el número de muertos real a consecuencia de la enfermedad y, según sus cálculos, hay un 40% más de fallecidos.

«En la Comunidad de Madrid por ejemplo, había (la noche del martes) 3.603 fallecidos oficiales, y, sin embargo, nosotros contabilizamos 5.850. En Aragón, 138 oficiales y los compañeros sumaron 195».

Eso explica José Antonio Alguacil, a quien Sónsoles Ónega -miembro destacado de la Brunete Pedrete– quitó este 1 de abril la palabra cuando decía que las autoridades están ocultando a los fallecidos.

La diferencia es notable y obedece al hecho -trampa mortal, cabría decir- de que las instrucciones de los Ministerios de Sanidad y Justicia sobre la certificación de las muertes por coronavirus determinan que se deben registrar como «Covid-19 no confirmado» todos aquellos casos que no cuenten con «confirmación analítica».

A ello se suma que las autopsias se han eliminado, que los test son muy limitados y que la saturación sanitaria impide la capacidad analítica.

El ministro de Sanidad, Salvador Illa, ha asumido que no conocemos cuántos muertos está dejando el coronavirus, pero defendió que el cómputo se realiza «conforme a los protocolos».

Evidentemente, pero un protocolo ordenado por su Departamento que rebaja sustancialmente el número de fallecidos.

«Toda persona que ha sido diagnosticada como coronavirus y fallece es contabilizada como una persona fallecida por causa del coronavirus».

Faltaría más, ministro, pero el problema está en que todos aquellos que no han sido diagnosticados como enfermos de coronavirus y desgraciadamente mueren, no computan.

Esa es la trampa mortal.

Los protocolos del Gobierno impiden conocer el número real de fallecidos y alimentan las sospechas de que los criterios del Ejecutivo socialcomunista buscan aligerar la estadística de muertos a causa de la enfermedad.

Es la forma que tiene Pedro Sánchez de descargar de víctimas mortales los registros oficiales. Patético.

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