Rafael López Charques: «Pacto trampa»

Rafael López Charques: "Pacto trampa"

Nuestra nación está revuelta y preocupada, y más lo estará, pues cuando se logre dominar al virus chino y desaparezca la pandemia, cosa que nadie sebe cuándo ocurrirá, el país estará económicamente ahogado.

Ante esta situación la ocurrencia que ha tenido “cum fraude” es la convocatoria de unos nuevos Pactos de la Moncloa o un Pacto de Reconstrucción. Como cuando se celebraron los primeros él tenía cinco años, y lógicamente no pudo figurar en ellos como cabeza visible, es posible, dada su vanidad, que quiera realizar estos para pasar así a la historia.

Si el motivo es el apuntado que no se esfuerce, ya lo ha conseguido. La historia lo recordará como el peor gobernante del país en la Edad Contemporánea, incluido Fernando VII que ya es decir. El antecesor de su partido en su cargo le estará agradecido, pues ha hecho cierto el refrán “otro vendrá que bueno me hará”.

Aunque las comparaciones son odiosas, a veces son inevitables. Mientras el presidente francés reconoce humildemente que “la situación ha revelado fallos e insuficiencias”, “procedimientos lentos e inútiles”, nuestro no querido aspirante a líder se jacta orgullosamente de que está “profundamente impresionado con la inspiradora capacidad de resolución del gobierno”, al tiempo que arremete contra los demás “la oposición ofrece como única polémica no estar a la altura de la mayor emergencia sanitaria”. Comparen los índices de incidencia de la enfermedad en Francia y España, y saquen sus conclusiones.

Hablábamos de un pacto y mucho tememos que “lo que mal empieza mal acaba”.

El jefe de un partido de la oposición ha hecho público su malestar por haberlos convocado durante una rueda de prensa. Creemos que tiene toda la razón, eso no son formas, que siempre se deben mantener; por un mínimo de educación que llame personalmente a los responsables de cada partido y les comunique lo que pretende. Otro le ha dicho que si no aclara de antemano los temas de los que pretende tratar y pactar, no irá.

De entrada pensamos que los Pactos de la Moncloa fueron necesarios para transformar un país, que había vivido durante cuarenta años bajo un régimen autoritario, en uno democrático. Lograron aunar en un único objetivo a antiguos enemigos, que en muchos casos se habían enfrentado en las trincheras.

Ahora la situación es totalmente distinta, ciertamente muy grave y sus consecuencias las arrastraremos durante bastante tiempo, pero nada tiene que ver con la de los anteriores pactos.

Los gobiernos están para gobernar, para solucionar los problemas dando la cara, no para intentar escudarse en unos y otros, que es lo que hace el nuestro. Si se sienten incapaces de la labor, dimitan.

Estimamos que este pacto que quiere alcanzar es un pacto trampa. Una vez logrado, si la situación se reconduce, se arrogará el hecho de que poniéndose al frente de todas las fuerzas políticas de la nación, solucionó la situación, ¡qué bueno soy! En caso contrario se hará la víctima inocente, despotricando contra las otras fuerzas, que insidiosamente, al tener conocimiento de las acciones a realizar, les fue muy fácil torpedearlas. Lo comentado es lo que nos lleva a pensar que es un pacto trampa, pues su patrocinador espera que siempre ganará.

Ya que le gustan los pactos, sería conveniente que nos aclarase cual tiene él con el coletas. Es posible que sea ir preparando el terreno para que el último nos lleve al paraíso terrenal, como ya está haciendo. Puede que un comienzo sea que el CIS, que está a sus órdenes, nos diga que las dos terceras partes de la población aprueba una censura previa de la información, por parte del gobierno, que siempre nos dirá la verdad. ¿Alguien se lo cree?

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