Jose Mateos Mariscal: «El sueño alemán»

Jose Mateos Mariscal: "El sueño alemán"

El exiliado mira hacia el pasado, lamiéndose las heridas; el inmigrante mira hacia el futuro, dispuesto a aprovechar las oportunidades a su alcance.” Isabel Allende

Soy Jose Mateos Mariscal, trabajador autónomo en en mi país, España, perjudicado por una crisis económica. Perdí todo: mi piso, mi coche, todo menos mi dignidad. Después de desahucio en desahucios la crisis me transportó a Alemania con mi mujer y mis dos hijos

Salir del hogar donde hemos crecido por muchos años representa la oportunidad de perseguir el sueño de un futuro mejor para nosotros y nuestra familia, pero también significa que pronto estaremos dejando atrás todo lo que conocemos para dar paso a nuevas y mejores o peores ñexperiencias.

Te explico el fenómeno de la emigración: en España en los últimos diez años nos hemos convertido en un pueblo de emigrantes modernos ,por no tener futuro, por desahucios , por ser parado de larga duración . Un pueblo donde las familias están divididas. Donde los abuelos no ven crecer a sus nietos y los nietos no gozan de la alegría que es tener abuelos. Donde los hermanos toman caminos distintos y pasa mucho tiempo entre un encuentro y otro. Donde para los amigos es casi un ritual organizar despedidas. ¡Y cuánto duelen las despedidas! Tenía razón el poeta francés Edmond D´Haracourt cuando dijo que “partir es morir un poco, porque es morir a lo que se ama”.

Emigrar es similar a morir y volver a nacer, dormir y despertar en un lugar desconocido o quizás haber recibido un golpe que te hizo perder el conocimiento, para luego ir asimilando todo poco a poco, así me he sentido, y en ese trajinar solo me ha tocado comparar lo nuestro con lo del nuevo país, comparo costumbres, cultura, modismos y hasta como caminan. Afortunadamente son personas como tú y como yo de carne y hueso con fortalezas y falencias, con criterio y sentimientos que a pesar de nuestra condición, me han recibido con los brazos abiertos.

Para todos aquellos que no han salido de su tierra, y se atreven a criticar a todos aquellos que una vez con un poco de valentia, o de miedo, de esperanza, y sobretodo con mucha fé en Dios, se atrevieron a dejar esta tierra por vias diferentes para buscar nuevos horizontes y un futuro mejor, pero siempre con el corazón puesto en nuestra tierra natal. »

Pagando así el alto precio del «Sueño Aleman» que es estar lejos de sus seres queridos a los cuales muchas veces ni vuelven a ver y peor aun sin poderles dar el último adiós

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