Ordenan rastrear las convocatorias de caceroladas frente a las casas de ministros

El Gobierno PSOE-Podemos usa ya al CNI como si fuera su Gestapo

El pacto con los proetarras de Bildu definitivamente claro el grado de indignidad en el que están dispuestos a hundirse Pedro Sánchez y su banda

El Gobierno PSOE-Podemos usa ya al CNI como si fuera su Gestapo
Pedro Sánchez PSOE), Pablo Iglesias (PODEMOS) y el CNI. PD

Las cosas como son. Que el PSOE llegara a un acuerdo con Bildu el mismo día en que unos proetarras atacaron el domicilio de la dirigente socialista vasca Idioa Mendía no añade más miseria a un pacto ya de por sí repulsivo, pero probablemente deja definitivamente claro el grado de indignidad en el que están dispuestos a hundirse Pedro Sánchez y su banda.

A medida que el Gobierno socialcomunista se descompone, intensifica su control sobre los ciudadanos y aumenta su presión sobre los derechos y libertades de quienes protestan contra el socialcomunismo.

Cuando la sociedad se levanta democráticamente contra sus gobernantes y se extiende la protesta, el poder se retrata. Es la prueba del algodón democrático.

Y este que preside Pedro Sánchez está dando muestras de un talante peligroso.

El Ejecutivo se ha tomado muy a pecho la protección de las viviendas de sus altos cargos durante las caceroladas ciudadanas de protesta.

Hasta el extremo de que en el operativo diseñado por el Ministerio del Interior juega un papel fundamental la información aportada por el Centro Nacional de Inteligencia, que evalúa a diario la evolución de las caceroladas para determinar si es necesario reforzar los dispositivos policiales en las viviendas de los ministros, como ya ocurre en el chalet del vicepresidente Pablo Iglesias.

Revela Pelayo Barro en OKdiario, citando fuentes de Interior, que el Gobierno ha encargado a un equipo operativo del CNI una completa «vigilancia» ante el aumento de protestas y caceroladas en las proximidades de las viviendas de altos cargos del Ejecutivo.

El plan es anticiparse a convocatorias, detectar su origen y ‘objetivos’, identificar a cabecillas de las protestas y calibrarlas para poder diseñar un operativo acorde con el nivel de la ‘amenaza’. Una labor que se desarrolla principalmente en internet y en redes sociales.

El papel del CNI en este operativo es insólito, toda vez que, en los cinco días de protestas frente a la vivienda de Iglesias, no se produjo incidente alguno, más allá de los ruidos que provocan los golpes contra el menaje de cocina que portan los manifestantes.

En el caso de las protestas frente a la casa de Iglesias, la Guardia Civil no advirtió peligro alguno y fue el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, quien tomó la decisión de blindar el chalé.

Sorprende que el CNI, una de cuyas atribuciones es la de obtener, evaluar y difundir información para prevenir cualquier amenaza o peligro contra los intereses de España, se dedique a identificar a los portadores de cacerolas por si se presentan en las inmediaciones de las casas de los ministros.

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