ANÁLISIS DE JORGE GÓMEZ PENA (CEO DE HS INTELLIGENCE)

Otra vez, las dos Españas

Otra vez, las dos Españas

Ayer, en uno de esos días en los que uno dedica tiempo a sus recuerdos, escuché la versión de Serrat del famoso poema de Antonio Machado “Españolito”. Una de sus estrofas dice así:

Españolito que vienes
al mundo te guarde Dios.
Una de las dos Españas
ha de helarte el corazón.

Nuestro genial Machado escribió este poema en 1924, supongo que en un intento de reflejar en un poema la convulsa situación de esos años. Recordemos que nuestro país estaba gobernado en aquellos momentos por el dictador Miguel Primo de Rivera que en ese año, por ejemplo, desterró a Miguel de Unamuno a Fuerteventura, después de despojarlo de su cargo de vicerrector de la Universidad de Salamanca y de su puesto como decano de la Facultad de Filosofía y Letras de la misma. Pues bien, hoy, casi cien años después, nuestro querido poeta se vería en la obligación de escribir el mismo poema, para lamento de todos los españoles. Nada ha cambiado, seguimos divididos, polarizados, sin remedio, sin solución.

La política se ha convertido en una puesta en escena para conseguir el objetivo (nuestros voto), estableciendo estrategias donde la mentira y la manipulación pasean cogiditas de la mano. Hace años los desprecios, los insultos se proferían en privado. Hoy, nuestros representantes políticos lo hacen en los medios, abiertamente, en las redes sociales, contribuyendo a generar situaciones de crispación entre la población.

Nuestros representantes fomentan, desde todos los posicionamientos ideológicos, la falta de respeto, la confrontación permanente, no escuchar a los demás, ni si quiera atender a los que no piensan como nosotros, en la difusión de una especie de “pensamiento único” que establece que democracia es solo aquello que yo pienso que es y que los demás, los del otro bando, son necios que no merecen nuestra atención o respeto. Así las cosas, desde posicionamientos rígidos e intolerantes si eres de izquierdas solo puedes ser un “rojo de mierda” (perdón por la expresión) y si eres de derecha solo puedes ser un “fascista de mierda” (otra vez perdón por la expresión.

Allí donde se suscita una conversación al respecto, me preocupo de repetir una frase recalcando que “una de las cuestiones más importantes en democracia es respetar, que no compartir, a los que piensan lo contrario a nosotros, es un signo de madurez democrática”. El respeto es un elemento imprescindible en la convivencia. Se debe respetar para que nos respeten. Hoy en día, sin embargo, en la política impera la agresión verbal, o incluso física, la disputa, el acoso, la falta de ética. Se han generado dos bandos e irremediablemente debemos posicionarnos en uno. Si amas a tu país o tu bandera eres un fascista, si realizas escraches (nueva forma de definir el acoso) estás utilizando tu libertad, si entras a una iglesia y te levantas la camiseta para enseñar los pechos estas haciendo uso de tu libertad (sin pensar en la de los demás).

Parece que solamente podamos pensar aquello que nos marcan nuestros dirigentes, que ejercen influencia sobre el electorado apelando a sus pasiones, a sus intereses, pero no a la inteligencia. Curiosamente no nos damos cuenta que cuando hacemos una profunda reverencia a alguien damos la espalda a otro, en política y en la vida en general.

Todos los días somos testigos de una colección de disparates inconcebibles. Aunque he de decir que una parte de la izquierda es manifiestamente especialista en la desinformación, el insulto y la manipulación. Actúan con patente de corso, sin tener que pedir perdón a nadie. Solamente tenemos que leerlas declaraciones del Sr. Monedero (yo soy respetuoso con usted y le califico de señor) en las que afirmó que los manifestantes de estos días eran “pijos, gilipollas y hemofílicos”. ¿No quiero ni imaginarme que hubiese ocurrido si esto lo hubiese declarado un político de la derecha?. El mismo Monedero diría que se le desterrasen a Fuerteventura.

Hace unos días escuchaba una entrevista a Alfonso Guerra en la que mantenía que lo mas importante que creían haber hecho en la Transición era hacer desaparecer las dos Españas y que estos políticos actuales habían vuelto a resurgir algo ya enterrado. Hemos vuelto a resucitar la Guerra Civil, el enfrentamiento entre rojos y azules, las fosas comunes y los enterramientos en las cunetas (producidos en los dos bandos). Me parece inverosímil que mientras hacemos todo esto nos dediquemos a establecer un clima parecido al de aquella época que tuvo consecuencias tan desastrosas para nuestro país. Parece que desenterremos unos muertos para hacer hueco a los siguientes.

Desde mi insignificante posición pediría a nuestros representantes que abogaran por el respeto y una disputa dialéctica inteligente. Si se esfuerzan quizás lo logren, a no ser que no dispongan de la inteligencia para ello y entonces lo mejor es que se fuesen a su casa directamente y nosotros que reflexionásemos a la hora de votar.

Respeten a los demás, respétense a ustedes mismos, respétennos a nosotros. Les recuerdo la frase que dejó para la historia Amadeo de Saboya: “Si fueran extranjeros los enemigos de España, sería el primero en combatirlos; pero todos los que con la espada, con la pluma y con la palabra, agravan y perpetúan los males de la nación, son españoles”.

Jorge Gómez Pena, CEO de High Strategies Intelligence (HSI)

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