La falta de confianza significa que Pérez de los Cobos no actuó de chivato

Empieza el desfile del Gobierno ante los jueces

Empieza el desfile del Gobierno ante los jueces

Grande Marlaska es grande realmente, grande en chanchullos. La mentira siempre pulula a su alrededor como las moscas en torno a la carroña. Lo cierto es que el que un día concitó los parabienes de los ciudadanos de bien en su etapa de juez, se encuentra como pez en el agua militando en el lado oscuro. ¿A qué pensará dedicarse cuando la bicoca de ministro se le acabe? Lo que estamos viendo desde el inicio de la legislatura lo va a dejar tan manchado que, como juez, no le auguro un buen futuro, a no ser que la dictadura comunista se implante sin remedio y, en ese caso, sí sería un activo, por su currículum de escasos escrúpulos. O quizá piense acabar rico, riquísimo, como algunos socialistas y podemitas que, aparte de billetes, oro y esmeraldas a buen recaudo en paraísos fiscales, participan de los dividendos del narcotráfico. El fango y el secreto unen, y así están. En vista de los hechos, tenemos derecho a pensar lo peor. ¿Estará siendo chantajeado Marlaska por aquello de “ese es maricón”, confidencia de la actual Fiscal General del Estado, Dolores Delgado, al excomisario Villarejo? Eso explicaría muchas cosas.

Algunos dicen que aún es pronto para pedir explicaciones y ajustar cuentas, pero ya empiezan a asomar los primeros indicios de delito entre los gestores de la epidemia. Los juzgados, ralentizados por el estado de alarma, dan las primeras señales de vida y apaciguan las voces del pueblo que pide justicia. No sé si va a haber jueces suficientes.  Paciencia, que empieza el desfile de los presuntos responsables de la expansión del coronavirus. ¿Se llegará al señor X?

La lista de llamados a declarar se inaugura con el delegado del Gobierno en Madrid, José Manuel Franco, que deberá comparecer ante la titular del Juzgado de Instrucción nº 51 de Madrid, Carmen Rodríguez Medel, en calidad de investigado –antes imputado— el 5 de junio, por un posible delito de prevaricación. Asimismo, la Secretaría General de la Delegación del Gobierno debe presentar varios documentos que han ido “poniendo y quitando” de su web, a conveniencia, según fechas, referente a las autorizaciones y prohibiciones de concentraciones y manifestaciones entre los días 5 y 14 del pasado marzo. La juez reclama también el oficio del Ministerio de Sanidad  de fecha 3 de marzo sobre las medidas en relación con la situación provocada por el virus, así como el comunicado de la dirección de Salud Pública sobre las concentraciones durante el periodo de epidemia, la difusión de todos los documentos, con sus cauces y fechas.

Todo este turbio asunto se ha descubierto por la investigación que la Guardia Civil de Madrid llevó a cabo, a petición de la titular del Juzgado de Instrucción a la que acabamos de aludir que, aparte de lo expuesto, también incluye la actuación del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, dirigida por el doctor Fernando Simón que, por cierto, ha dicho que no teme ser investigado. Esto le ha caído al Gobierno como una bomba, y Maslaska encarnado en el dragón de siete cabezas ha devorado al Jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Madrid, Diego Pérez de los Cobos, por “falta de confianza”. Un gran honor para un coronel de la Benemérita ser destituido, por cumplir con el deber y, además, por alguien colocado a dedo por un presidente como Sánchez. La falta de confianza significa que no actuó de chivato, tal y como le gusta a Marlaska, acostumbrado a la podredumbre del excomisario Villarejo y adláteres. ¿No sabe el ministro que la Policía judicial está al servicio del Estado y no del Gobierno y que la comunicación en estos casos es estrictamente con el juez? Y además, en este caso, De los Cobos no tenía la información.  No es, sin embargo, el primer mando que fulmina el ministrillo. Recordemos que Sánchez Corbi, el máximo responsable de la UCO, unidad de la Guardia Civil encargada de perseguir la corrupción, el narcotráfico y el crimen organizado también fue cesado, además de siete mandos más de menos rango. No quiere tenerlos cerca, por algo será.

Diego Pérez de los Cobos no se va solo. Tras la purga de Marlaska, esta mañana –una semana antes de su jubilación– presentó la dimisión el general Laurentino Ceña, director adjunto de la Guardia Civil, que formaba parte del equipo encargado de leer lo que hemos denominado el “parte de guerra” del Gobierno en los primeros momentos de la epidemia. Su dimisión formará parte de su libro de honores. El general Ceña dejó de tener presencia pública tras caer enfermo, lugar que ocupó el general Santiago, de infausto recuerdo por sus palabras –escritas por el Gobierno— sobre el rastreo y persecución por parte de la Guardia Civil no solo de los bulos sino de las opiniones contrarias a la gestión del Ejecutivo, lo cual supuso un mayúsculo escándalo. ¿Por qué cuándo gobiernan los socialistas siempre existen problemas con las fuerzas del orden? La respuesta es clara.

Marlaska tendrá que acudir al Parlamento a dar explicaciones, pero todo se quedará en nada, porque la mentira es el elemento en el que se mueve el Gobierno. Por eso les viene muy bien el estado de alarma para continuar con el Parlamento cerrado. Ya de paso, que dé explicaciones sobre la media docena de coches de la Guardia Civil que custodia, no solo el casoplón de los marqueses, sino toda la calle, con la advertencia de no hablar alto no vayan a perturbar la quietud del damo, la dama y los damitos. Si estos comunistas temen tanto por su vida, que se paguen su propia seguridad. ¿Por qué hay que poner a la Guardia Civil a su servicio, máxime cuando son íntimos de Bildu, de los del tiro en la nuca? ¿Hemos olvidado que a Iglesias la mascarilla que le gusta es la de los etarras? Es un dato que hay que tener presente. A ver si entre todos conseguimos echar a esta gentuza antes de que coloquen en las cúpulas de las instituciones a sus todos sus cercanos corruptos. Con las urnas o a cacerolada limpia.

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Autor

Magdalena del Amo

Periodista, escritora y editora, especialista en el Nuevo Orden Mundial y en la “Ideología de género”. En la actualidad es directora de La Regla de Oro Ediciones.

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