Rafael López Charques: «Democracia dictatorial»

Rafael López Charques: "Democracia dictatorial"

Siempre entendimos que la democracia es la forma de gobierno en el poder político es ejercido por los ciudadanos, directamente o a través de sus representantes. Por el contrario en una dictadura el poder, por la fuerza o violencia se concentra en una persona o grupo, que reprime los derechos y libertades individuales.

Nuestro país es teóricamente una democracia, pero las actuaciones del gobierno y los consecuentes hechos que están aconteciendo cada vez con mayor frecuencia, nos llevan a pensar que, cada vez más, nos acercamos a una dictadura disfrazada de democracia.

Los gallegos podríamos abreviar el título del presente comentario hablando de una “demo-dicta”. Efectivamente, “demo” es la traducción gallega de demonio, por lo que estaríamos afirmando que el ángel maléfico está dictando sus actos a muchos de nuestros políticos, y creemos no equivocarnos.

Nuestra Constitución proclama que los ciudadanos y los poderes públicos están sujetos al ordenamiento jurídico, la libertad e igualdad del individuo, garantiza el principio de legalidad, la interdicción de la arbitrariedad de los poderes públicos, etc. Sin embrago parece que varios de esos principios, básicos para el orden político y la paz social, últimamente se están quedando en el papel. Si a lo dicho añadimos la falta de transparencia del gobierno y las frecuentes mentiras por parte de varios de sus miembros, el panorama es desolador. Tanto que cuando nos hablan de democracia, sospechamos que se burlan de nosotros.

Desde hace días, hay un ciudadano gallego sentando con una pancarta delante de su Ayuntamiento, como protesta de que a pesar de sus múltiples denuncias a sus vecinos del piso superior, estos siguen con sus diarias juergas escandalosas hasta las tres de la madrugada. Hasta ahora se ha tenido que aguantar. Sin embargo en un ejemplo de igualdad democrática, nadie puede acrecerse a la dacha de cierto político, menos hacer ruido que puedan oír sus habitantes (es contaminación acústica), e incluso exhibir una bandera nacional a diez metros de la muralla que rodea dicha mansión. El que lo hace, multado. Huele a dictadura.

El declarar secreto o materia reservada es muy utilizado por el gobierno. ¿Dónde está la transparencia que debe ser primordial en democracia? No hubo rueda de prensa después del último consejo de ministros, cosa que no ocurría desde hace seis años, pero se inunda con subvenciones a determinados medios de comunicación para que sean fieles y tenerlos controlados.

Ciertos políticos que de algún modo se comprometieron a ser leales con la monarquía, ahora quieren promover un referéndum sobre la misma. Ello implica traicionar a su palabra y no haberse leído al artículo 168 de la Constitución. El gobierno, como tal, muy democráticamente no dice ni palabra.

Se aprueba acercar a un doble asesino etarra a su tierra. La única razón real es hacer la pelota a los vascos con vistas a las elecciones ¿Democracia?

Nuestra democracia nos lleva a pasarnos por el forro una sentencia del Tribunal Supremo que fija como doctrina el que dado el deber de objetividad y neutralidad de las Administraciones Públicas, no pueden ni ocasionalmente utilizar banderas no oficiales en su exterior y sus espacios. Recientemente muchas lo han incumplido, pero como eso le supondrá votos de un colectivo, se hace y a vivir.

Todo lo anterior, y más que podríamos añadir, nos lleva a la conclusión de que no estamos en una democracia, pues si bien tenemos una Constitución y unas leyes, cada vez con más frecuencia gran parte de la clase política no las aplica, y menos a ellos mismos, pero que si deben cumplir los ciudadanos.

No se olviden, en definitiva esto es una “demo-dicta”

TIENDAS

TODO DE TU TIENDA FAVORITA

Encuentra las mejores ofertas de tu tienda online favorita

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Lo más leído