¿Qué les dará…? ¿Qué les dará…? se preguntan sin cesar todos los expertos en economía de consumo acerca del reconocido éxito comercial de la cadena de supermercados de alimentación, propiedad de Juan Roig Alfonso, de todos conocida como Mercadona.
En primer lugar hay que tener en cuenta lo adecuado de la denominación comercial: Mercadona. “Merca” de mercado o mercar y “dona” de mujer o dama. Sólo con eso, se ha echado al bolsillo a millones y millones de mujeres, especialmente las amas de casa, verdaderas gestoras de la economía doméstica de las que creo que tendría que aprender bastante nuestro ministro de Consumo, Alberto Garzón, incapaz de comprender los valores comerciales de nuestro sector turístico y por ende creo que tampoco del negocio del señor Roig.
Pero de lo que ahora se trata (nunca se entienda el término “trata” aquí en ningún otro sentido) es del carrusel de “donas” con las que ha tenido relación sentimental el jefe del citado Alberto Garzón y hoy Vicepresidente del Gobierno de España, Pablo Iglesias, y del favorable bienestar económico, social y protector que a su lado han conseguido. Otra cosa es como hayan terminado.
Comenzando por el final, su actual pareja, Irene Montero, fue nombrada ministra de Igualdad del actual gobierno del cual ya hemos dicho que Pablo Iglesias es Vicepresidente, siendo hasta ahora inaudito por “decencia política” el que los dos miembros de una pareja formen parte de un mismo gobierno. Pero les da “igual”; yo creo que de ahí la titularidad del ministerio que se mercaron para Irene.
Anteriormente la pareja sentimental de Iglesias fue Tania Sánchez. Asociada políticamente a Izquierda Unida desde hace casi veinte años y siendo diputada de Izquierda Unida por la Comunidad de Madrid, en las elecciones generales de 2011 conoció a Pablo Iglesias con quien entabló una relación de pareja. En 2015 fundó un nuevo partido, Convocatoria por Madrid, desde donde aterrizó en Podemos obteniendo escaño en las generales de ese año, obviamente de la mano de Pablo Iglesias. De una de las manos de Pablo Iglesias, porque de la otra dejó de formar parte habitual de muchas tertulias políticas en televisión para acabar resituada en el hemiciclo de los diputados “detrás de una columna”, coincidiendo todo ello con el fin de su relación sentimental con Iglesias. Pero bueno, “que nos quiten lo bailao”. Hoy es diputada autonómica por Mas País en la Asamblea de Madrid y vuelve a participar en tertulias políticas de televisión, gracias al tirón que de ella pegó en su momento su adorable “protector”.
Para terminar, ahora salta a la palestra el caso de Dina Bousselham, marroquí trasladada a Madrid donde estudió ciencias políticas en la Complutense de Madrid, donde conoció a Pablo Iglesias que la nombró jefa de su gabinete de asesores como miembro del Parlamento Europeo por el que fue elegido en las elecciones de 2014. Posteriormente Dina ocupó cargos relevantes dentro de la estructura interna de Podemos hasta que en 2020 ha pasado a dirigir el periódico digital La Ultima Hora. De última hora es que abierto el caso “Dina Bousselham” por el robo del teléfono móvil que ésta sufrió y en el que se ha visto implicado Pablo Iglesias, éste ha animado a los suyos a realizar una suscripción económica a favor del citado medio de comunicación poniendo como ejemplo sus 10 euros mensuales. Ahí está el tío.
Poco más o menos que una clara intención de comprar el silencio de Bousselham, pobrecita ella, pues al caer en poder de Iglesias la tarjeta del móvil robado a aquella, no quiso agobiarla con decirle la sensible información que por ahí circulaba porque es una mujer que “apenas contaba con treinta años”. Eso sí, se la devolvió meses después ya pasada por el microondas con un lio de por medio de cloacas, compadreo de fiscales y abogados defensores, acusaciones a medios y profesionales de la comunicación que ya veremos en qué queda todo esto.
Pues hasta aquí, de momento, el caso “Mercadonas” Iglesias.
¿Qué les dará…? Yo creo que el único que se puede acercar algo a la respuesta es Juan Roig.
