“Los hombres superficiales creen en la suerte y las circunstancias. Los fuertes creen en las causas y sus efectos” Henry Ford, fundador de la compañía Ford motor Company.
Los idus eran los días de buenos augurios en la antigüedad. Se celebraban los días 13 de cada mes a excepción de marzo, mayo, julio y octubre meses en los que se celebraban los días 15. Los idus se han conocido por el hecho histórico en torno a Julio César que no hizo caso del vidente que le advirtió: “¡Guárdate de los idus de marzo!”
Pedro Sánchez lleva un mes de julio cojonudo. No podemos afirmar que sea debido a que el día 15 es el día de “buenos augurios” o de los idus, según las civilizaciones antiguas, pero en esto de los buenos o malos augurios nadie puede predecir nada, pues la fortuna: “Es una mujer borracha y antojadiza y, sobre todo, ciega, y así no ve lo que hace, ni sabe a quién eleva o derriba” como decía Cervantes. Primero fue en Europa, adonde Pedro llegaba – en la persona de Nadia Calviño – ufano, sacando pecho, con su sonrisa de cimitarra y su porte cadencioso, absolutamente convencido del éxito que obtendría. La euforia de Sánchez, saboreada durante semanas, se disipó en unos minutos, los necesarios para que los europeos le dieran con la puerta en las narices a su propuesta. Primer fracaso del mes de julio. Pocos días después, Sánchez vio como las expectativas que pregonaba a los cuatro vientos de unos muy buenos resultados en País Vasco y Galicia, se quedaban tan solo en eso, en expectativas. Segundo fracaso en País Vasco. Tercer fracaso en Galicia. “No te fíes Pedro de los idus de este mes de julio” pueden ser el inicio de que, esa suerte que te ha acompañado hasta hora, te dé la espalda. Ten en cuenta, además que los idus no terminan en julio, alcanzan hasta final del año. Piensa bien lo que haces porque lo que vienes haciendo que parecía era lo que te convenía, empieza a mostrar signos de efectos adversos. A ti, Pedro no debería extrañarte el resultado de Bildu en el País Vasco ni el resultado del BNG en Galicia porque has sido tú mismo el que, a lo largo de esta legislatura que empezó con la moción de censura, y hasta hoy mismos has dado valor añadido a esas dos formaciones políticas avalándolas ante los ciudadanos y haciendo ver a estos que son “partidos fiables con los que poder negociar”. Tú no creías ni un ápice en eso, pero los avalabas por su apoyo. Al final ha resultado que tu aval a los independentistas le han hecho más fuertes porque el ciudadano, que podía tener dudas sobre votarlos o no, resolvió esas dudas al comprobar como su presidente los avalaba. Podrán haberte servido para mantenerte en el poder, pero puede que ahora sean un perenne dolor de cabeza para ti y para tu gobierno. Y lo de Podemos es de traca. Tú sumabas los votos de Iglesias con los tuyos para alcanzar lo que presumías alcanzar en Galicia y en el País Vasco, sin embargo, los malditos idus de julio hicieron aflorar las gilipolleces manoseadas y pringosas entre esa Dina y Pablo – que no se puede ser más tonto – y los votantes, no solo no han creído en ti y en tu PSOE, sino que, esa suma comunista que te arrogabas como tuya, se ha ido al carajo tanto en País Vasco como en Galicia. ¿Y dónde han ido esos votos de Podemos que, por afinidad, deberían haber sido para tu PSOE? ¡Joder Pedro!, donde se van a ir si no a los partidos independentistas a los que tú has estado blanqueando y avalando desde tu moción de censura.
Los idus son todos los meses del año, Pedro. Hasta ahora te han ido bien, han sido de buenos augurios, pero tal como dice Cervantes la fortuna es una mujer borracha y antojadiza y puede que en su ceguera derribe a quien antes ha impulsado. Sin embargo, Henry Ford apuesta por los fuertes que no por la fortuna o los idus y los fuertes saben que los efectos producidos son consecuencia de unas causas. Los efectos producidos en Europa, en el País Vasco y en Galicia son el resultado de las causas que los han motivado; tú lo sabes bien, Pedro.