Antonio Morales: «El falaz revisionismo histórico»

Antonio Morales: "El falaz revisionismo histórico"

Tras el homicidio de Minneapolis que provocó las revueltas callejeras, denunciando el racismo persistente en EEUU, la izquierda más cerril e inculta y sus terminales mediáticas se activaron, incluyendo las redes sociales, comenzaron a difundir el falaz planteamiento del mal llamado revisionismo histórico. Analizar la Historia y sus consecuencias desde una perspectiva actual, supone un error infame y aberrante. Examinar hechos pretéritos sin valorar circunstancias colaterales y contextos sociales, supone una manipulación tan vergonzante y prevaricadora que solo unos descerebrados lo pueden creer. De tal forma que turbas de salvajes y fanáticos incontrolados comenzaron a profanar y derribar símbolos y personajes de la Historia que hasta hoy eran respetados y recordados, héroes del progreso y el conocimiento de la humanidad. Simple y llanamente porque desde el mantra actual que estos sujetos han impuesto, dichos acontecimientos no son políticamente correctos para los bien-pensantes ideólogos de la «Nueva normalidad», ese palabro que han inventado estos funambulistas de la retórica vacua.

De tal despropósito, han sido destruidas estatuas de Cristóbal Colón y otros exploradores, así como Fray Junípero Serra y otros destacados misioneros que difundieron el cristianismo y la cultura. Esta tropa de analfabetos y violentos gamberros actúan sin criterio, manipulados por la ideología izquierdista que les seducen con slogans y agravios manipulados, cuando no son falsos o inventados. Theodore Roosevelt ha sido la última víctima de este dislate de majaderos, su estatua en Nueva York ha sido retirada por precaución. El próximo puede ser Abraham Lincoln si encuentran la más mínima escusa escrutando su vida pero, se atreverán con sus idolatrados: Che Guevara, Fidel Castro, Mao, Lenin y Stalin. Pues esos sí que están entre los más grandes genocidas reconocidos por la Historia. Mucho me temo que no, porque estos presuntuosos listillos no aceptan que el comunismo sea una lacra para la humanidad.

Por otro lado, parece ser que hay cretinos inquisidores dispuestos a censurar películas, libros, y otras obras de arte, con la prosaica escusa de que son racistas, juzgando de forma arbitraria según su absurdo criterio, a ciertas etnias y pueblos, ciertos seres humanos que con la adecuada tergiversación aparecen como víctimas de, no se qué genocidios. Una de ellas ha sido “Lo que el viento se llevó”, pues la dueña de sus derechos de emisión, la muy ponderada HBO anunció que la retiraba de su catálogo. Yo me pregunto si estos ejecutivos han visto o leído lo que censuran, pues no es más que una apasionante historia de amor plena de conflictos en un contexto histórico determinado y maravillosamente recreado, sin tomar partido alguno. En todo caso me quedo con la sentencia de Rhett Butler, su escéptico y mundano protagonista (Clark Gable): “El Norte tiene fábricas, astilleros y minas; mientras nosotros, algodón, esclavos y arrogancia”. Cuando quemen el libro de Margaret Mitchell, quizás el próximo objetivo sea “El Quijote”, por la tiranía de Alonso Quijano hacia Sancho, o quizás intenten prohibir el “Don Juan Tenorio” de Zorrilla por machista, también la ópera “Don Giovanni” de Mozart, por libertino. Pero el ejemplo más vil y lacerante fue la revanchista y sectaria ley de Memoria histórica perpetrada por el infausto Zapatero, que supuso un atropello a la razón resucitando rencores y odios, ha vuelto a dividir a los españoles abriendo las heridas de la Guerra Civil que habían cicatrizado gracias a la transición y la Constitución del 78.

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