Manuel del Rosal: «Al señor Gay de Liébana»

Manuel del Rosal: "Al señor Gay de Liébana"

“Empiezo a creer que el gobierno pretende hundir la economía española”. Gay de Liébana, economista

Añade el profesor: “Da la impresión que, desde las esferas gubernamentales, se quiere arrasar nuestra economía productiva conduciendo a la bancarrota a empresas y autónomos, haciendo que todo quisque viva subsidiado por el Estado y desembocando, no en una economía intervenida como ahora, sino en una economía sovietizada…Pero ahí está la docilidad de los españoles que aguantan estoicamente, sin rechistar.

Sr. Gay de Liébana: va a ser difícil eliminar la industria política debido a que media España vive de esa industria sin dar un palo al agua. Es una pena.

Yo estoy totalmente de acuerdo con las palabras de usted, menos en la última frase referente a la docilidad de los españoles. Los españoles a los que usted llama dóciles no son tales, son esas dos últimas generaciones cuyos mayores sueños y ambiciones son ser subsidiados de por vida; es por eso que esperan ansiosos y entregados a que un gobierno les permita cumplirlos, y como muy bien usted dice, a este gobierno la economía productiva no le interesa y mucho menos a estos españoles porque eso de producir les produce hernias discales. Y, claro, en comunión con este gobierno, permanecen callados mientras España se desangra.

Creo, sr. Gay de Liébana, que usted no conoce al menos a la mitad de los ciudadanos de este país. No es que yo me arrogue su conocimiento, pero debido a mi profesión, algo sí que conozco. He pateado pueblos y ciudades, he apoyado mis brazos en muchas barras de bar, he comido en platos de barro y en platos de plata y me he sentado en mesas de hombres humildes y en mesas de hombres conspicuos; en resumen, he conocido mucha de la fauna ibérica y puedo asegurarle que, al menos, la mitad de los españoles de hoy y desde hace años, no es que sean dóciles y estoicos, son cómodos y acomodaticios; blandos y ausentes de responsabilidades. No hay nada que más asuste a esos ciudadanos que la responsabilidad y el trabajo; si, el trabajo. Hoy y desde hace años esos ciudadanos que yo calculo son la mitad tienen como objetivo y anhelo de sus vidas el ser subsidiados. Están contentos con recibir los huesos y las migajas del banquete que se montan los políticos. No les importa vivir de la limosna que, desde la altura de sus cargos, les arroja el gobierno; para ellos vivir consiste en respirar y no tener que preocuparse por nada, sobre todo, no tener que preocuparse de la responsabilidad que conlleva un trabajo.

Usted, señor Gay Liébana es compañero de tertulia en El cascabel del sociólogo Narciso Michavila; le propongo que le sugiera hacer una encuesta en toda España a las personas en el rango de edad que va de 18 a 50 años con la siguiente pregunta: “¿Prefiere un trabajo que le permita vivir dignamente y con cierta holgura y la responsabilidad que conlleva o un subsidio de por vida de 400 euros sin tener ninguna obligación de trabajar, ni ninguna responsabilidad? Le puedo asegurar que el resultado sería, como mínimo, llamativo.

Sr. Gay de Liébana: Le deseo lo mejor y le envío “Abrazos virtuales”

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