Un periodo económico, en el cual reinan el caos y el desgaste de la intensa globalización experimentada durante las últimas décadas, acaba de iniciarse. Un estudio presentado por el Deutsche Bank lo ha denominado “La Era del Desorden”.
El documento señala que, aunque el COVID-19 no es el responsable de tal ciclo, hizo que este llegase antes de lo esperado. Además, menciona cinco “superciclos” en la economía moderna: Primera era de la globalización (1860-1914), I y II Guerra Mundial y Gran Depresión (1914-1945), Acuerdos de Bretton Woods (1945-1971), Periodo de alta inflación (1970-1980) y Segunda era de la globalización (1980-2020).
El año 2020 marca el inicio de la “Era del Desorden”, caracterizada por aspectos fundamentales que han incidido en el comportamiento económico global. Entre ellos vale hacer mención de algunos como:
1.Tensiones comerciales entre Estados Unidos y China. El gigante asiático ha amenazado la hegemonía económica de Estados Unidos, país que ha respondido la afrenta con una serie de medidas. El país norteamericano resguarda sus intereses con mayores dosis de proteccionismo, retiro de acuerdos comerciales internacionales y devolución de empleos industriales a territorio estadounidense. Por su parte, China pretende ser menos dependiente del mercado internacional y se vuelca al desarrollo de su demanda interna. Ambos buscan liderar el avance tecnológico del mundo.
2. ¿Consolidación o deterioro de la Unión Europea? En este particular, es imposible determinar cuál será la respuesta a la interrogante. Lo que suceda posterior al Brexit, la estrategia común de apoyo a los países con mayores dificultades económicas y el plan para enfrentar los efectos postpandemia serán determinantes para integrar a sus miembros o estancar las relaciones entre ellos.
3. Incremento de la deuda y generalización de la Teoría Monetaria Moderna. Este es un aspecto ampliamente discutido, en el cual subyacen aspectos como el incremento de la deuda a nivel mundial, y la llamada “Teoría Monetaria Moderna” (TMM), planteamiento que ha recibido críticas debido a lo polémico de su principio. Según la TMM, un país con moneda propia no debería preocuparse por tener una deuda elevada, ya que siempre existe la opción de imprimir una mayor cantidad de dinero, físico o digital. La inflación sería el marcador. De acuerdo con sus detractores, ello traería incertidumbre y desorden en los mercados financieros internacionales.
4. ¿Inflación o deflación? La deflación se produce cuando la oferta de bienes y servicios es superior a la demanda. El desplome en la demanda de bienes y servicios en sectores como el turismo, aéreo y hostelería es un ejemplo de este concepto. Caen los precios, las empresas venden menos, se minimizan los beneficios, desciende el empleo y el consumo se va al piso, trayendo como consecuencia nuevamente la disminución de la demanda. Y ello también acarrea que, en un plazo no muy largo, el fenómeno de la inflación se haga presente en razón de los estímulos monetarios de los bancos centrales que, en este panorama, añaden más inestabilidad a la economía local.
Además de estas características, también se han identificado otras variables, como el incremento de la desigualdad, conflicto intergeneracional, debate sobre el cambio climático y el impacto de la tecnología, que serán otros marcadores que evidenciarán que estamos ante la presencia de la “Era del Desorden”.
¿Se cumplirán los pronósticos? Aún es muy complicado predecir si el mundo y la economía se comportarán tal y como señala el informe del banco alemán. La pandemia vino a enseñarnos que siempre una situación puede tomarnos por sorpresa y cambiar el curso de los acontecimientos.
