La Ley de Memoria de socialistas y podemitas

Para Carmen Calvo y el PSOE de Sánchez la matanza de Paracuellos no fue un crimen de lesa humanidad

Solo en la ciudad de Madrid hubo 225 checas y en ellas se torturó o asesinó a más de 5.000 personas

Para Carmen Calvo y el PSOE de Sánchez la matanza de Paracuellos no fue un crimen de lesa humanidad
Milicianos republicanos haciéndose fotos con cadáveres de fusilados PD

El PSOE de Sánchez ya no distingue entre víctimas y verdugos. El infamante pacto alcanzado entre el Gobierno socialcomunista y los proetarras de Bildu para la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado lo deja claro.

Y no es lo único. Ni siquiera, en su borrachera sectaria, los socialistas y sus compinches son capaces de asumir la Historia y sus matices.

La vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo, ha desestimado todas las alegaciones que no le gustaban a su nueva Ley de Memoria Democrática (antes Memoria Histórica) y sólo ha recogido los postulados que iban en línea con las tesis de PSOE, Podemos, golpistas catalanes, proetarras vascos y otras yerbas.

Como explica Fernán González en Okdiario este 17 de noviembre de 2020, el equipo del Ministerio de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática ha emitido una «Nota de valoración de las aportaciones ciudadanas recibidas en consulta pública» en la que se estiman las ideas que apuntalan la visión sectaria del Gobierno y se rechazan las demás.

Toda una demostración de pluralidad.

Así, se rechaza la propuesta de «reconocer que muchos crímenes cometidos en nombre del comunismo en España deben ser calificados como crímenes de lesa humanidad, y en particular las matanzas de Paracuellos del Jarama y las Checas del Frente Popular».

La antigua carretera de Madrid a Belvis ya no existe. Pero un tramo maldito de la historia de España, unos 500 metros desde el pinar hasta el cruce con arroyo de San José y el cerro de San Miguel, que remacha ahora la ladera con una gran cruz blanca en la tierra, se preserva casi intacto.

Evoca el horror que vivieron los que iban a ser «evacuados» a Valencia, como les dijeron sus asesinos, cuando les sacaron de las cárceles de Madrid con el pretexto de un traslado.

Por ella transitaron, y se detuvieron, los camiones y autobuses repletos de los que fueron apresados en Madrid por las fuerzas de la República desde el golpe del 18 de julio de 1936. Eran sospechosos de ser simpatizantes, «quintacolumnistas» de los militares rebeldes.

Su destino eran los fusiles y las fosas.

Todo ocurrió entre el 7 de noviembre y el 4 de diciembre, con algunas interrupciones, pero con un calculado programa de ejecución en masa que se cobró más de 2.500 víctimas, incluido el abuelo del escritor Alfonso Ussia.

Tampoco queda rastro de las chekas, las cárceles privadas controladas por los partidos políticos y las organizaciones de izquierda, donde se torturaba y se asesinaba. Ahora son bares, restaurantes, teatros o salas de reuniones, como eran antes de convertirse en centros de horror.

Solo en la ciudad de Madrid hubo 225 checas y en ellas se torturó o asesinó a más de 5.000 personas.

Y todo eso, Paracuello, las chekas y lo demás, no es relevante para el Gobierno Sánchez y sus compinches.

RECHAZO TOTAL

En total se han recibido 369 observaciones. Más de una veintena hacen referencia a los delitos cometidos por el bando republicano, pero estas aportaciones no merecen el comentario del Ministerio.

La asociación de Memoria Histórica Raíces, que trabaja para el reconocimiento de todas las víctimas, también pedía incluir en el articulado de la Ley puntos como: «La introducción de una legislación que permita a los tribunales de justicia juzgar y condenar a los culpables de los crímenes comunistas en España y compensar a las víctimas del comunismo y a sus familiares» o «La formulación de un enfoque común respecto de los crímenes comunistas a fin de definir claramente una actitud común frente a sus crímenes en España». Naturalmente, el Gobierno socialcomunista ha dicho que nones.».

Sobre las alegaciones que sí contempla, el Ministerio de Carmen Calvo detalla que «muchas aportaciones se han centrado en cuestiones muy diversas destacando entre las mismas la búsqueda de desaparecidos, la sistematización de la información, la retirada de vestigios y símbolos franquistas, el acceso a los fondos de los archivos públicos y privados, los medios para la identificación de desaparecidos, el tratamiento de distintos lugares de Memoria, medidas de reconocimiento y homenaje a todas las víctimas, medidas en materia de educación, la nulidad de las sentencias dictadas por razones políticas durante la Guerra Civil y el franquismo, la restitución de la incautación de bienes durante el franquismo o sobre el futuro o proyectos de resignificación del Valle de los Caídos».

La «Memoria Democrática» del Gobierno tiene muy poco de democrática y mucho de sectaria.

Y a las pruebas nos remitimos.

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