OPINIÓN

Pedro Manuel Hernández López: «¿Por qué le llaman “armonización” cuando quieren decir “subida” de impuestos?»

María Jesús Montero

¿No les recuerda al título de esa película española de comedia, dirigida en 1993 por Manuel Gómez Pereira, protagonizada por Verónica Forqué y Jorge Sanz?, entre los actores principales, y titulada ¿Por qué lo llaman amor cuando quieren decir sexo?

María Jesús Montero, la ministra sevillana de Hacienda y portavo-za del Gobierno socialcomunista de Sánchez, en amor y compañía de sus bolcheviques socios nos ha bombardeado hasta la saciedad –por activa, pasiva y perifrástica—con cuatro palabras: armonización, impuestos, dumping y fiscal. Con ellas han puesta toda la carne en el asador para formar una frase con la que quieren obligar a la comunidad de Madrid a que suba sus impuestos. ¿Para qué…? Pues simple y llanamente para “la armonización de impuestos y evitar caer en un dumping fiscal” y, sobre todo, para que Madrid –solo Madrid– deje de ser ese utópico “paraíso fiscal” que ellos se enervan en denominar por espurios intereses políticos y en contra de Díaz Ayuso, Martínez-Almeida y Fernández-Lasquetty. Esas palabras, desde hace unos días, han alcanzado la cresta de la ola en popularidad post-moderna, o –como dicen ahora los que saben—se han convertida en “trending-topic”.

Como se pueden imaginar, me estoy refiriendo al mantra de la “armonización” de impuestos para no caer en un “dumping fiscal”, repetida por todos y cada uno de los miembros del Gobierno y hasta por el “Rufián” de turno…Solo nos falta que también las emplee ese líder de EH- Bildu, condenado por pertenencia a banda armada, un tal Arnaldo Otegui, el que dijo –años después del más sanguinario acto terrorista de ETA en España, el atentado de HIPERCOR– “que la intención no era matar, sino solamente avisar”.¡¡¡ Menos mal que no querían matar…porque si hubieran querido, no hubieran puesto solo un coche bomba…sino, dos o tres …por si acaso!!!

Desde la perspectiva fiscal se entiende por armonización “el proceso de aproximación o convergencia de los sistemas fiscales vigentes en un grupo de países”. Aunque su uso se encuentra muy estrechamente ligado al ámbito de la Unión Europea y comenzó en 1957 con la firma del “Tratado de Roma”, en el que se establecía como objetivo primordial, entre otros, la creación de un “Mercado Común”, suele usarse también en España para tratar de armonizar los sistemas fiscales de sus distintas Comunidades Autónomas.

Armonizar los impuestos en todo el territorio nacional es algo que está en la agenda del Gobierno desde que Pedro Sánchez llegó a La Moncloa en 2018 y en la de su portavo-za. Sin embargo, el tema ha vuelto a saltar a la palestra estos días por la presión que están ejerciendo Esquerra Republicana de Cataluña (ERC) y EH-Bildu para que el Gobierno acometa esta reforma de forma inmediata, a cambio de apoyar los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2021.

Para los médicos –que de teoría económica sabemos lo justo e incluso menos– la palabra “dumping” va siempre asociada al “Síndrome de vaciamiento”, que es el conjunto de signos y síntomas del vaciamiento rápido del estómago, que se produce en algunos pacientes sometidos a cirugía bariátrica y a gastrectomías (sobre todo, Billroth II) o a procedimientos de drenaje del estómago (gastroyeyunostomía y piloroplastia). Cuando oí a la ministra Montero hablar del “dumping fiscal “, me sobresalté, los oídos me pitaron y los ojos me hicieron chiribitas…pero luego a base de oír este “palabro” en boca de todos los políticos de casi todos los partidos, uno se ha ido acostumbrando y, oye, cuando la escucho ya ni me sobresalto, ni tengo tinnitus (zumbido en los oídos) ni chiribitas (destellos o lucecitas temporales que se ven incluso con los ojos cerrados).

La verdad es que a todo se acostumbra uno, menos a las mentiras , a las felonías y a la petera que han tomado el Gobierno y sus socios independentistas y republicanos –los Rufianes, Oteguis y demás miembros del Procés—(pronúnciese “prusés” por aquello del qué dirán) en que la Comunidad de Madrid suba, “sí o sí”, los impuestos a los madrileños para igualarse “al alza” al resto de Comunidades Autónomas, pese a que en estas circunstancias, tan anómalas y coronavíricas, todos los economistas, de dentro y de fuera, aconsejan, junto con la mayoría de países de la UE, rebajarlos para así acelerar el consumo y recuperar la economía en general. Gay de Liébana, Marc Vidal y Daniel Lacalle han destapado la realidad de la subida de impuestos en Madrid y han afirmado que:

«En Madrid se recaudan más impuestos sobre la renta y más impuestos directos que en Cataluña. Todas las comunidades autónomas tienen libertad para gestionar los impuestos como Madrid. Una bajada de impuestos fortalecería a las familias, eliminaría los desincentivos a la contratación y, además de atraer mucha más inversión, acabaría con los escollos que impiden que las empresas crezcan y ganen tamaño”

«¡Delenda est Carthago!», la frase que –con insistente monotonía y obsesiva repetición recalcaba en el año 150 a. C., Catón el Viejo, al concluir cada uno de sus discursos ante el Senado romano, tuviera o no que ver con el debate que le hiciera intervenir– ellos la han cambiado por «¡Delendus est Madrid!” (¡Madrid debe ser destruido!) para así expresar melifluamente el odio y el desprecio que sienten por todos y cada uno de los políticos del PP y por como gobiernan la ciudad capitalina, y no paran de repetirla y de poner todas las condiciones necesarias para que Madrid sea destruido política, económica, sanitaria, legal y fiscalmente hablando. La histórica y guerra-civilista, “Batalla de Madrid” de noviembre de 1936, está de nuevo en el candelero gracias a la “Ley de la venganza histórica” de ZP.

Sus socios capitalistas” –Podemos, ERC y EH-Bildu– conscientes de la vital importancia de sus votos, han aprovechado la debilidad de Sánchez para prometerle y jurarle su apoyo en la aprobación de los ya improrrogables PGE de 2021, a cambio de implantar esa “armonización fiscal” en todas las Autonomías y, en especial, obligando a subir los impuestos, en la de Madrid.

Esquerra ha vendido el acuerdo a su electorado como un ataque solo contra la “Comunidad de Madrid”, y de nuevo la frase actualizada: ¡Delendusus est Madrid! ¡Delendus est Madrid! Sin embargo, lo pactado no consistirá en subir los impuestos solo a los madrileños, sino que implicará igualar en todas las comunidades esos tributos o, al menos, fijar unas franjas que no se puedan rebasar ni al alza ni a la baja (unos topes máximos y mínimos de tributación a los que tendrán que ceñirse).Si esto se lleva adelante, supondrá una subida de impuestos para los contribuyentes de las comunidades con fiscalidad más baja –no sólo para los residentes en la Comunidad de Madrid–, y también implicará una bajada para aquellas que tienen impuestos más altos, en las que los contribuyentes saldrían beneficiados. De ahí los temores de las Comunidades de Madrid, Andalucía, Galicia y Murcia.

En resumen, ¿tienen que bajar o subir los impuestos en España…? Para los expertos economistas –antes citados—habría que bajar los impuestos de sociedades, los de las cotizaciones sociales (de empleo y salarios de los trabajadores) y los del ahorro (el de patrimonio y de capital). Y deben subir los de las tasas y precios públicos y algunos impuestos especiales (los tipos del IVA sobre algunos bienes y servicios). A nadie se le escapa la dificultad política de esta tarea. Pero otros países, la mayoría de la UE, ya la han llevado a cabo. La única forma de sostener el “Estado de Bienestar” es crear más riqueza y empleo. Subir impuestos cuando los agentes económicos están ahogados no defiende los servicios públicos, los pone en peligro. Hay que bajar impuestos para adecuar nuestra fiscalidad a nuestra realidad económica y empresarial y, con ello, recaudar más y mejor.

Sería deseable que en España haya un Gobierno –más pronto que tarde—capaz de hacer políticamente posible lo que es económicamente deseable y necesario. ¿Por qué le llaman “armonización” cuando quieren decir “subida de impuestos…? Porque el Gobierno que tenemos, por su naturaleza, por desventura y por unos aberrantes pactos contra natura, nos sigue mintiendo…a pesar de las palabras que Rubalcaba solía repetir –cuando quien gobernaba era el PP—afirmando que “Ni España, ni los españoles se merecen un Gobierno que les mienta”.

Pedro Manuel Hernández López es Médico, Periodista y ex Senador del PP por Murcia.

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