OPINIÓN

Anián Berto: ‘El Gobierno social-comunista de Sánchez de social nada y de ‘común – istmo’ menos’

Anián Berto: 'El Gobierno social-comunista de Sánchez de social nada y de 'común - istmo' menos'

Los inmigrantes ilegales exigen casas y papeles, y dicen que España es ‘muy racista’. Estarán satisfechos en Cruz Roja y Salvamento Marítimo, pero su esfuerzo merece más justa actitud con su país

No, los inmigrantes que llegan a España no vienen insultando y lleno de dinero. Vienen pidiendo pisos y papeles directamente. Así lo demuestra un video que corre cómo la pólvora por las redes sociales, donde unos subsaharianos en España explican públicamente que ‘este pais es muy racista’. El documento viral es claramente elocuente cuando manifiestan ‘que si la gente no quieren que hagan más chatarra, no lo harán más, pero tienen que dar a esta gente papeles y casa’. Dejando entre ver las probables causas reales de incendios y alarmas sociales en nuestro país. Claramente, y cómo condición sine qua non, transmiten su ‘grito de guerra’, en el más amplio sentido de chantaje a los paisanos españoles. Es contenido textual de la explicación del grupo en representación pública con motivo del incendio de la nave en Badalona, donde se alojaban grupos de inmigrantes irregulares, y que quedó hecho chatarra.

Uno de los portavoces deja clara la intención de permanecer en España, mientras  continúa señalando su clara decisión de vivir en la calle antes de hacerlo en centros de acogidas. ‘Queremos casa. Preferimos vivir en la calle antes que en albergues’. Asimismo, dicen que hambre no padecen ni ropa les faltan. Las imágenes terminan con palabras demoledoras para la noble actitud del país más acogedor, cosmopolita y tolerante de Europa y, sin duda, con relación a todo el continente africano. Proclama, señalando a España y a los cuatro vientos que, ‘tenemos que decir que este país es muy racista’.

Es probable que la amplia infraestructura y organización de rescate y acogida de inmigrantes ilegales en España se sienta compungido y decepcionado por estas declaraciones y el concepto de país racista que sentencian y condenan esas palabras, sin pudor alguno ni reconocimiento de la labor y esfuerzo de los españoles. Es seguro que Cruz Roja no se verá reflejada, ni identifica a la Comisión Nacional de Rescate Marítimo esas declaraciones de exigencias y prepotencia que muestran frente al esfuerzo de sus rescatadores. Reclaman unos ‘privilegios’ que muchos españoles no disfrutan y por contra forman parte de la vergonzosa ‘cola del hambre’. Un 25 % de los españoles vive en riesgo de pobreza y exclusión social. Más de 12 millones de conciudadanos no tienen que comer, tampoco recursos primarios de salud ni probalidades esenciales de vida, cómo vivienda, luz o agua. Sin embargo, contamos con el doble de políticos con respecto a países de nuestro entorno, duplicidades en los poderes del Estado: Congreso, Senado, Gobiernos Autonómicos, Diputaciones, Mancomunidades o Ayuntamientos, pagas vitalicias, despachos inútiles, edificios inservibles y Ministerios que ‘igual-da’. Las iniciales V. P. O. a este Gobierno le suena a melancolía.

En multitud de ocasiones, la palabrería de políticos ineptos y desmemoriados, se refieren inconscientemente a la ‘dudosa’ capacidad de hospitalidad de España. Sirvan de referencia los miembros del Gobierno social-comunista de Sánchez. Qué de social nada y de común-istmo menos. Estos no demuestran la categoría de ‘lengua que unen dos continentes’, que de ello se trata. Lo dejan claro, cuando no respetan las normas y leyes de un país con respecto a otro. La cultura y tradiciones son conceptos sagrados y no violables. El respeto y la convivencia son formas y principios imperturbables. Es necesario que en los presupuestos económicos en materia de inmigración se dejen caer algunos millones para invertir en pedagogía, cultura y técnicas de adaptación pública. Pero ya no solo para aplicar a los inmigrantes ilegales, sino para estos descerebrados que enajenan lo que a ellos no les pertenece, es de dominio general y ganado con sudor y sangre. A la Historia de España me remito.

Sí, es cierto que muchos españoles emigramos alrededor de los años sesenta. La maldita Guerra Civil y la posguerra hicieron estragos en la población. Pero no deja de ser verdad que la práctica totalidad de los españoles volvíamos diciendo ‘Labe Deutschland’. Ese ‘viva Alemania’ encerraba disciplina, dificultad y fatiga. Los países recepcionistas de la emigración española exigían respeto y ofertaban trabajo, sin olvidar que siempre se imponía la legalidad y el acatamiento de las normas del país que acogía. En cuanto a la salud, para asegurar el rendimiento y evitar contagios, se conocen testimonios reales verdaderamente significantes. En este sentido la emigrante Paqui Carrasco, de 98 años en la actualidad, narra que sufrió estas medidas de la época en Europa (año 1.962), hasta el punto de volver a recorrer miles de kilómetros; ‘Hicimos el viaje desde Cádiz hasta la frontera de Francia. Y después de cruzar toda España me volvieron por qué me detectaron una muela picada’. Imposible preveer delinquir en otro país, deambular sin brújula y, menos aún, deshonrar a su gente o símbolos. Así España ‘también’ fue emigrante, nada comparable con las invasiones despavoridas que soportamos, y que nuestro Gobierno incentiva, ayuda y promociona con ‘el efecto llamada’. Un agravio comparativo que los propios emigrantes regularizados, que sí hay que agradecerles, definen cómo ‘intrusos de las mafias’ y víctimas de poderes y regímenes dictatoriales, considerándose monedas de cambio y planes clientelares de políticos sin escrúpulos con vistas a las elecciones y perdurar ‘acaudalado’ en el poder.

Tenemos menos salud, somos más pobres y nos quitan la libertad. ¿Qué más puede ocurrir?.

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