OPINIÓN

Pablo González: «Alto y claro»

Pablo González: "Alto y claro"

No se pueden contar el desarrollo de los acontecimientos relacionados con el dichoso virus de una manera más clara y nítida que como lo hizo días atrás la Presidenta de la Comunidad de Madrid, por una parte como se han ido produciendo los sucesos puntuales y de otra que actitud ha tenido el gobierno, queda meridianamente claro que este último ha lanzado torpedos continuamente a la línea de flotación de la mencionada Comunidad Madrid y como consecuencia a sus habitantes, difícilmente se pueden encontrar explicaciones coherentes excepto las políticas, que son únicamente las que mueven a todos los que dirigen nuestro país, quieren conseguir a toda costa manejar a su antojo la capital de España y Madrid es un diamante que les falta; han utilizado todo tipo de artimañas con el fin de desprestigiarla y a continuación eliminarla, en todo momento desde hace un año han ido tomando decisiones, dependiendo del daño político que pretendieran hacer, sin importarles para nada el más preciado bien que intentamos mantener desde nuestro nacimiento: LA SALUD, no se trata de SALUD O ECONOMÍA, si la gestión es correcta se puede conseguir un equilibrio sostenible dentro de la dificultad enorme que supone el Coronavirus, pero parece que no han intentado hacer buenos ninguno de los dos conceptos, no tenemos NI SALUD NI ECONOMÍA y además han echado leña sobre las ascuas para que la hoguera tenga mucha más fuerza y nos abrasemos todos; en la vida hay todos los tipos de personalidades y por lo tanto uno de los grupos es el los INEPTOS, sale uno al que el tiempo y los tribunales le juzgarán diciendo que la Presidenta de la Comunidad pide ayuda porque no sabe hacer lo que Madrid necesita, que política más asquerosa, que lenguaje más venenoso, a lo mejor si se muerde la lengua tiene un problema serio; la Sra. Ayuso lleva pidiendo ayudas por falta de medios un año y cada vez las han recortado más, optando por la estrategia política de culparla para intentar conseguir el mayor beneficio de votos futuros, cuando los culpables está muy claro quiénes son, da igual el número de vidas que se comprometen, ellos quieren su esplendoroso bienestar y se acabó, no cabe duda que incluso con todo lo que hemos escuchado en algún momento dirán: “Hemos vencido al virus”, no mencionarán la cantidad de personas que han fallecido por las pésimas medidas que se tomaron y se siguen tomando. Eso sí, no se les olvida enviar a sus secuaces a organizar manifestaciones en hospitales o donde crean que son eficaces; lo último que nos faltaba es que se confirme el comentado sabotaje al nuevo hospital que se inauguró sin la presencia de responsables sanitarios del gobierno de la nación, si fuera así nos lo vamos a pasar fenomenal intentando buscar quienes son los culpables, no tendrán ni nombre ni apellidos, no pertenecerán a ningún partido, no habrán obedecido órdenes de nadie, seguramente apelando a la justicia lo sabremos dentro de muchos años.

Es muy difícil por no decir imposible, independientemente del pensamiento político de cada uno, entender el nulo valor que dan a la vida de otros, no sólo los de arriba sino todos aquellos que forman los interminables equipos de asesores que tienen, esa responsabilidad es de todos ellos también, porque una de sus funciones es analizar cada situación con la antelación suficiente para después contar y convencer a sus jefes de las acciones a realizar para que se cumplan las estrategias fijadas, por lo tanto su culpabilidad está más que clara.

Todos los sanitarios que atienden a los pacientes que tienen el famoso virus están desarrollando una enorme labor profesional y humana muy por encima de los límites que pudiéramos imaginar y son las segundas víctimas de todas las decisiones que se han tomado desde hace un año, porque están atendiendo a un número enorme de personas contagiadas, muy superior al que debería ser si los que mandan hubieran hecho bien su trabajo.

Sabemos que haber mantenido el aeropuerto de Barajas abierto en momentos cruciales ha sido una mecha para encender la pólvora de la bomba que ha estallado otra vez más y además ya no sabemos que velocidad vamos a tener en la vacuna porque suponemos que la de crucero tan nombrada por el fugitivo era si teníamos vacunas, es decir dosis suficientes para vacunar, seguramente en vez de dividir por 2 las dosis para obtener el número de vacunas que se pueden administrar, no es descabellado pensar que si hacemos la raíz cuadrada estaremos cerca del número real y más ahora que vamos a tener dos semanas de descanso unido a las declaraciones que hemos escuchado muy recientemente en las que se manifestaba que en las próximas semanas vamos a tener otra vacuna, ¿Cuál es la próxima semana? ¿La 3, la 15, la 27?, así han hecho todos los cálculos, siempre aciertan porque nunca adquieren un compromiso que les suponga alguna responsabilidad, es inimaginable que nombre aplicarán a la nueva velocidad y mientras tanto más contagiados y como consecuencia más muertos.

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