A mi padre, a los padres, a los buenos valores

Proverbios 1: 8: “Audi, fili mi, disciplinam patris tui, et ne dimittas legem matris tuae” – “Hijo mío, escucha los buenos y justos consejos de tus padres”

Con motivo del Día del Padre, el 19 de marzo, Día de San José, quiero rendir, un justo y muy merecido homenaje a mi padre, Eladio Cancio Mon (al igual que, en su día, hice, el “Día de la Madre”, con mi madre Lydia Alvarez González) de Vegadeo (población, en enero 2021, 3.926 habitantes y que llego a tener, en el siglo XIX y en su cota máxima poblacional, 7.487 habitantes; Vegadeo, Asturias-España, la zona astur-galaica de los maravillosos Occidente asturiano y la Mariña lucense-Galicia/España), a los buenos padres y defender los buenos, justos y necesarios valores.

Con el tiempo y al aprender, tratar de saber aprender, siempre, con deontología, honradez, mucha humildad y rigor, de los errores, fallos y fracasos propios y ajenos en la búsqueda, lucha justa por el mejor desarrollo deontológico, honrado, democrático, constitucional, legal, integrador, humano, eficiente, creativo, de juego, competencia y cooperación limpios, rentable-enriquecedor económica, social, humana, medioambiental, ética, espiritualmente, etc., por la verdad responsable, por el bien; con el tiempo, uno, si es honrado, responsable, humilde, se da cuenta, debe darse cuenta de cosas, hechos, realidades, experiencias, enseñanzas, consejos, etc., que no había sabido valorar y reconocer como es debido, de forma fundada y con la debida, justa reflexión y análisis positivo de las cosas, de la vida, el mundo, el más acá, allá, y de lo que, personas como mi padre, con muy buen criterio y gran amor, muy justa preocupación familiar y social, nos daban cuenta, llamaban, permanentemente, la atención sobre ello.

Mi padre, a partir del negocio de mi abuelo Leandro Cancio, por eso le llamaban Leandrín, puso en marcha en Vegadeo, el negocio “Hijo de Leandro Cancio” y después  “Cancio”, llamado popularmente “El Leandrín”, Café-Bar, Confitería, Estanco (había un buzón oficial de Correos donde se podían echar las cartas), Helados, Sala de Juegos tradicionales (baraja, dominó, parchís, ajedrez, damas, futbolín, billar, etc.), Sala de Maquinas (“Pinball”, “Flipper”, etc.), donde estaba también la “Sinfonola” (“Jukebox”), el tocadiscos de monedas y que, a partir, de los años 60 tenia la mejor música, la mas actual, diversificada, moderna, tradicional, nacional, internacional, de diversas tendencias.

Mi padre puso en marcha, también, la Sala de Comedias, de Magia, de Baile, de todo tipo de actividades, también benéficas. Incluso, y entre otras muchas cosas, “El Leandrín” fue lugar de concentración de los equipos de remeros de Vegadeo con el gran alcalde y amigo, Don Paco Graña, donde se vestían los jugadores del equipo de futbol de Vegadeo, donde se concentraba el equipo del barrio “El Palacio” de Vegadeo; tuvo, también, una peña deportiva y con equipo de fútbol; donde se exponían obras de grandes artistas de Vegadeo y la zona (Lagos; Legazpi Gayol; etc.); donde, en la cuadra, donde estaba el cerdo para la matanza, se guardaban burros, mulos y caballos de los que venían al gran mercado de ganado, de productos de la zona, etc., de los sábados, donde abogados, los sábados, Día de la Feria de Ganado y del Gran Mercado en Vegadeo (una/o de los mas importantes de la zona astur-galaica), celebraban sus consultas; donde grandes sanadores-curanderos como Carzana trataban a sus pacientes; donde en la comida, en la cocina, entorno a mi padre, casi todos los días, se celebraban grandes tertulias con amigos del pueblo como el gran alcalde de Vegadeo, Braulio Pereira y otros grandes hombres, amigos; tertulias que duraban bastante tiempo a la hora de comer y en las que mi hermana (Carmen Cancio) y el que suscribe (Miguel Cancio), estábamos maravillados y aprendimos mucho, en esta gran universidad de la vida y el mundo que, con gran imaginación (incluso, el día anterior de los Reyes Magos, cuando éramos pequeños, mis padres, de forma mágica, por una chimenea que daba a la cocina, hacían que los Reyes Magos se pusiesen en contacto con nosotros y nos mostrasen juguetes que habíamos pedido, nos preguntaban si nos habíamos portado bien y hacían toda una  deslumbrante representación teatral en la que participaban varios amigos clientes del “Leandrín”); como estábamos diciendo, mi padre, con gran imaginación e ilusión, había sabido crear, en “El Leandrín”, una gran universidad de la vida y el mundo entorno a nosotros, sus hijos, los clientes, las actividades del mismo y que se continuaba, entre otros lugares, instancias, en la gran “Casa de Cultura” del pueblo de Vegadeo (levantada en los años 50), con planta baja-salón de actos, cine,  etc. y gran planta alta con chimenea de leña donde estaba la gran biblioteca de Vegadeo (muy importante para nuestra formación, socialización), que se llevó una gran riada y donde se celebraban todo tipo de actividades para pequeños y grandes, muy positivas, de gran riqueza formativa, humana, convivencial, encarnadoras y socializadoras de lo mejor.

Las maravillosas tertulias del “Leandrín”, que, después de la comida y antes y después de la cena, seguían en el Bar, duraban mucho tiempo y en las que se trataba, por diversas y muy enriquecedoras personas de toda la zona, sobre lo divino y humano, próximo y lejano, sobre los valores de una y otra época, sobre los problemas de pueblo, su mejor desarrollo, de la zona, la provincia, España, el mundo, la política, la economía, la agricultura, el trabajo, la educación, la cultura, el deporte, de los emigrantes que, de Vegadeo y toda la zona, a partir de los años 60, muchos emigraron a diversos puntos de España (sobre todo a Barcelona-Cataluña, a la “SEAT/Sociedad Española de Automóviles de Turismo”, etc.), Europa y, también, algunos a Australia y Estados Unidos, y que, al volver de vacaciones, daban cuenta de sus experiencias en estas excelentes tertulias del “Leandrín”. También, participaban en las tertulias, jornadas muy enriquecedoras, de gran capital social, convivencial, contextual, histórico, de experiencias, vivencias, personas del pueblo, de la zona y que ellos o sus familias habían emigrado a Cuba, Argentina, Estados Unidos, etc.

Se trataba de un pueblo, Vegadeo, que, aunque en la época, estaba muy, muy lejos de “grandes” ciudades como Lugo (a 80 kilómetros) y Oviedo (a 160 kilómetros), a las que llevaba mucho tiempo llegar, adonde debíamos ir a examinarnos de los estudios del bachillerato, al medico especialista, etc., sin embargo, Vegadeo, llegó a tener una excelente escuela de monjas y con una gran actividad formativa y social, también la muy positiva escuela del “Comadrón”, además de la escuela pública, una gran iglesia parroquial (de la que, alguna vez, fui monaguillo y a cuyo campanario subía con amigos de la infancia para ver la gran campana de bronce y maravillosas vistas de nuestro pueblo), con grandes celebraciones (como la primera comunión, la Semana Santa de Piantón-parroquia de Vegadeo, el Corpus, las Fiestas Patronales del 15 de Agosto, las de la gran Feria de La Silvallana, de los barrios, etc.), procesiones (en las que mi hermana y el que suscribe, como otros niños, portamos santos), a lo que se se unía la iglesia de las monjas y la capilla de la Cal, un liceo donde nos preparábamos por libre para el bachillerato de lo que debíamos ir a examinarnos, como hemos dicho, primero, a Lugo-Galicia (de ingreso), después y del bachillerato, a Oviedo (Asturias) y, por ultimo, a Luarca (Asturias).

Vegadeo tuvo, también, tres excelentes cines (en Vegadeo, en los años 60, se celebró un muy famoso y de gran nivel, Cine Forum, con gran repercusión en toda la zona astur-galaica) una gran, espectacular “Casa de Cultura”, inaugurada en los años 50, una Feria-recinto ferial, para el ganado, un gran mercado de los sábados en la gran plaza central del pueblo, el parque y toda la zona limítrofe, un gran campo de futbol, equipos de remeros, ciclistas, atletas, ajedrez, de futbol, etc.

Vegadeo, Tres Ríos (Suarón, Monjardín y Rio-Ría del Eo que desemboca en el Mar Cantábrico y por el que, en las lanchas de Meredo, Fico, Paulino, las gentes de mi pueblo íbamos a las playas de Las Figueras-Castropol-Asturias y, a veces, quedábamos varados al bajar la marea. En estos ríos-ría lo pasé muy bien. Vegadeo se construyó ganando terreno, sobre todo, a los ríos Suarón y Eo. De ahí, las grandes inundaciones), Tres Nombres (Vegadeo, La Vega, A Veiga), Tres Montes (Escandón Silvela, Presa. En estos montes lo pasé muy bien), donde, entre otras muchas cosas, se celebraban, como hemos dicho, grandes Fiestas Patronales del 15 de agosto con las mejores orquestas de la época (en las que pudimos escuchar al gran Pucho Boedo con “Los Trovadores” de La Coruña, etc.) , de la Feria de Silvallana, de barrios, con grandes actos religiosos, grandes desfiles de carrozas, orquestas, grandes verbenas con las mejores galas, actividades deportivas, actividades múltiples, bailes en la “Sala de Fiestas Parque Los Pinos” (de la mejor talla internacional y donde, entre otros, actuaron el muy famoso y mejicano “Trio Calaveras”, “Los Iruñako”; la gran “Orquesta Los Satélites” fue la orquesta titular del “Festival del Eo de Vegadeo” donde, entre otras grandes figuras de la época, actuó la cantante Massiel en 1965 y que ganaría el Festival de Eurovisión de 1968, etc.), grandes Jiras Campestres, etc., etc.

Vegadeo, además de su gran mercado de los sábados, se movilizó, muy amplia, intensa y positivamente, para conseguir una gran “Feria de Muestras” y para completar la Feria de ganado de los sábados, venida a menos.

Mi padre (nuestros padres Eladio Cancio Mon “Leandrín» y Lydia Alvarez Gonzalez, es decir, “Lyeandrín”), se volcaron, hicieron grandes, inmensos sacrificios, esfuerzos, para que mi hermana y el que suscribe tuviésemos la mejor formación y pudiésemos competir al mejor nivel no solo nacional sino internacional. Mi hermana y el que suscribe ampliamos estudios en París (Francia), además, en una época en que la capital francesa era una gran fiesta intelectual, cultural y con gran repercusión internacional. Lo que, en aquellas épocas, en los años 70, ampliar estudios en París, no era nada fácil y menos en personas procedentes de pequeños y alejados pueblos, y cuyos padres tenían estudios primarios.

Además de la formación académica y para lo que nuestros padres buscaron grandes profesores particulares como la Excelente, Muy Buena, Ejemplar Profesora, Valentina “Tina” Guzman de Vegadeo (profesora de latín, matemáticas, ciencias duras, etc. y que fue muy importante y positiva para el pueblo, su mejor formación), en “El Leandrín” contribuían, también, a hacer nuestras tareas escolares, a nuestra formación, varios y muy queridos clientes; ademas de la formación “formal” académica, estaba la muy importante formación “informal” interdisciplinaria, recibida en nuestra casa, en “El Leandrín”, y que fue, absolutamente, fundamental, maravillosa, de gran nivel, calidad, unida, también, a la de nuestro pueblo y de toda la zona, pero bajo la guía de nuestros padres y su infinito esfuerzo, sacrificio (nunca tuvieron vacaciones; tuvieron unas pensiones muy bajas como autónomos; lo dieron todo y mucho mas por sus hijos), insistencia para que trabajásemos duro, bien y pudiésemos salir adelante de la mejor manera, sin olvidar nunca la justa, necesaria y responsable lucha por Vegadeo y los pueblos de la zona, por España, la gran nación española, por “los pueblos de la Tierra” (como dice nuestra vigente Constitución democrática de Monarquía parlamentaria de 1978 y por la que algunos luchamos democráticamente de forma muy activa. Recuerdo que fui, de Santiago de Compostela a Vegadeo, donde estaba censado, para votar Sí a la Constitución junto a mis padres. La Constitución española debe ser reformada por acuerdo de las fuerzas democráticas constitucionales realmente españolas y para defender mejor a España, a la gran nación española, su mejor desarrollo deontológico democrático, integrador, eficiente, etc., de los españoles, ciudadanos de bien, por el bien, etc.), por el el bien.

Como dice el gran filósofo y musicólogo Vladímir Jankélévitch (al que mi hermana y el que suscribe, entre otros, tuvimos la suerte de escuchar en la Universidad de la Sorbona en París. Ibamos, también, a escuchar a grandes profesores, investigadores al “Collège de France”, la “École  Pratique des Hautes Etudes” y que, después, se transformó en la “École des Hautes Études en Sciences Sociales”, etc.): “La mort es plus fort que le corps, mais l’amour est plus fort que la mort” -“La muerte es mas fuerte que el cuerpo, pero el amor es mas fuerte que al muerte”; cita que dedico a mis queridos padres (Eladio Cancio Mon y Lydia Álvarez González), a los buenos padres y a los buenos, justos y muy necesarios valores como la deontología, la honradez, mucha humildad y rigor, es decir, saber, deber saber, siempre, aprender de los errores, fallos y fracasos propios y ajenos en la búsqueda, justa lucha por el mejor desarrollo deontológico, por la verdad responsable, por el bien…

Muchas Gracias, papá, siempre te recuerdo, te tengo muy presente y te manifiesto mi infinito agradecimiento por lo mucho, bueno y bien que nos aportaste (al igual que mamá). Y, en el Día del Padre, San José, te honro y recuerdo con todo merecimiento.

Publio Terencio, “Adelphi” (“Los hermanos o Adelfos”), 1,1, 49: “Hoc patrium est, potius consuefácere filium/ sua sponte recte fácere, quam alieno metu” – “Este es el deber de los padres: acostumbrar a los hijos a que hagan bien las cosas, más por propia voluntad que por miedo ajeno”

Nota: se puede ver en Internet mi escrito, publicado en varios medios, con motivo del “Día de la Madre”, titulado: “A mi madre, a las madres y los buenos valores”

Fdo. Miguel de Lyeandrín (Lydia y Leandrín), Miguel Cancio, socio fundador del Foro Constitucional Compostelano, economista y sociólogo, profesor jubilado de Sociología (40 años de profesor) de la Universidad de Santiago de Compostela; Página Web: miguelcancio.com; Blog: miguelcancio.blogspot.com; miércoles 18-03-21, Santiago de Compostela (Galicia-España): Camino Universal, Ciudad Universal, Campo de Estrellas, Principio y Fin del Camino de Santiago, El Buen Camino-“O Bo Camiño”, Camino largo, Camino de nuestras vidas en el más acá y más allá por El Bien – Camiño longo, Camiño das nosas vidas no máis acó e máis alá polo Ben…

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Autor

Miguel Cancio

Miguel Cancio, profesor universitario durante 40 años y luchador infatigable por la libertad y la inteligencia.

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