OPINIÓN

Luis Quiles: «A su barco lo llamó Libertad»

Luis Quiles: "A su barco lo llamó Libertad"

L´histoire de la libération est derrière nous.

L´histoire de la liberté commence”

Marcel Gauchet

Estas palabras del filosofo francés Marcel Gauchet vienen recogidas en su libro “ L´Avènement de la démocratie”. Con nosotros comienza la historia de la libertad; pero ¿qué libertad?

¿La libertad según Marx; una contraposición a la irracionalidad del azar, una libertad colectiva y contraria al pluralismo?

¿La libertad según Santo Tomás de Aquino; que considera que la libertad es esa facultad de la voluntad y la razón?

Martínez Llorca prefería decir que: “ la libertad es la búsqueda constante para ayudar a vivir mejor; menos encadenados”. Esta será la definición a la que nos ceñiremos hoy. La búsqueda de una vida mejor.

Asistimos a unos tiempos en los que la palabra libertad, igual que la palabra fascista, carece de un fondo que avale el correcto uso del término en discursos, artículos y proclamas partidistas. La libertad, y más en el último año, está prostituida. Vivimos en un país con 17 libertades diferentes. El sevillano que es libre para tomar una cerveza a las 16h, no lo es para hacerlo a las 20h como si puede hacerlo un madrileño. E incluso un vecino de Pontevedra no goza de la misma libertad que uno de Ciudad Real. ¿Ven? La libertad está prostituida. Lo está cuando a eso lo llamamos libertad, a poder tener una vida normal.

Isabel Diaz Ayuso ha optado por ese término, la libertad, para lanzarse a la campaña y como era de esperar, sus detractores han caído en la trampa. Han optado por la definición banal de la libertad, la que les acabo de describir, la de tomar una caña.

Isabel no usa la libertad en términos banales y carentes de sentido o fondo que doten de fuerza a la palabra. Ella sabe que usando la palabra libertad, usa la palabra Madrid, y ahora detallaré eso.

Marco Tulio Cicerón le escribió a su hermano, Quinto, en una de sus cartas lo siguiente:

“…Valora y sopesa la situación, y escríbeme la verdad como la representan nuestras circunstancias y no tu amor por mí.”

Cicerón en las cartas a su hermano estaba dejando el mayor y mejor manual de campaña electoral que vamos a encontrar y que hoy día sigue vigente.

Estas palabras explican la función que debe tener un director de campaña, contar la situación a su candidato tal y como es, sin florituras añadidas por cariño o amistad.
Ayuso tiene un frente complicado abierto. Tiene dos, para ser exactos.

Con estas elecciones, planteadas como un plebiscito, busca ser el contrapeso a Moncloa; ser dique de contención de las ocurrencias socialistas y de Iglesias que dinamitan todo lo que Madrid representa. Y además tiene que conseguir recuperar un electorado que ha estado disperso en tres marcas distintas y que necesita ser reunificado bajo un proyecto, bajo Ayuso.

La estrategia que parte de Moncloa, en mi opinión, es la antesala de unas elecciones generales adelantadas en las que Podemos necesita escenificar la ruptura con el PSOE para poder construir un relato electoral que le permita en campaña hacer oposición a su propio gobierno, y de ese modo, tratar de salvar unos trastos que le permitan reeditar el pacto de gobierno. Unas elecciones estando juntos en el gobierno, serían un lastre para la inexistente credibilidad de Iglesias. Su electorado está regresando a PSOE y tiene que frenar eso. De ahí el salto para enfrentarse cara a cara con la actual representante del centroderecha español.

Usar palabra libertad, como ya he dicho antes, es usar la palabra Madrid.

Y lo es porque no se entiende Madrid sin libertad de elección en tus médicos, en la educación de tus hijos, libertad (véase facilidades burocráticas y fiscales) para crear empresas e invertir en la comunidad y libertad para ser quien uno quiera ser. La libertad es tratar de que la gente viva mejor, con menos cadenas e imposiciones. Fiscales, normativas y burocráticos. Y sí, también libertad para tomarte una caña, respetando las medidas, en una terraza.

La libertad como la plantea Ayuso en esta campaña va más allá del uso banal en el que han caído desde la izquierda patria. Hasta para eso, los ha dado libertad ella.

“Quieren apagar mi luz (…) tengo libertad y salud”

Dellafuente.

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