OPINIÓN

Rafael López Charques: «Lotería o política»

Rafael López Charques: "Lotería o política"

Estimamos que la mayoría de las personas quieren, y es muy lícito siempre que actúen honestamente, llegar a ser ricos y si es posible millonarios. Para ello cada uno sigue el camino que considera más adecuado para lograrlo, dadas sus posibilidades, lo que nos parece totalmente respetable, siempre y cuando actúen éticamente.

Si observamos lo que acontece en nuestro país, sospechamos que en el mismo hay dos vías para tener una economía súper saneada.

Una de ellas es muy antigua, consiste en jugar a la lotería y que le toque un premio de los grandes. Cierto es que las probabilidades son muy pocas, pero también lo es que el agraciado tenía las mismas pocas probabilidades.

La otra vía es dedicarse a la política. Si, como lo leen, y no se extrañen. En un tiempo había políticos cuyo verdadero objetivo era el servicio público, en todos los partidos, también en los de izquierdas. No olvidemos a aquel comunista cordobés, que durante su período de alcalde de su ciudad se ganó el apodo del califa rojo de Córdoba. Cuando se retiró de la vida pública renunció a toda pensión que por la misma pudiera corresponderle, alegando que con su jubilación de maestro y su modesto utilitario tenía suficiente para vivir. ¡Qué tiempos y que personas aquellas!
Igualito que ahora.

Lo comentado viene a cuento porque, hace unos días, se ha conocido el patrimonio declarado de ministros y altos cargos. ¡Nos quedamos asombrados! Resulta que en comparación con la media de los ciudadanos, estamos gobernados por ricos, algunos muy ricos. ¿Cómo es posible? Quizás es que quieran mostrarnos el grado de riqueza al que nos llevarán a todos los españoles, si seguimos permitiéndoles sus mentiras y chanchullos.

No solo nos asombra la realidad de lo dicho, sino aún más la rapidez con que algunos han conseguido su posición económica.

Nos referimos principalmente, a la pareja de jefes morados. Algunos cálculos estiman que han multiplicado por diez su patrimonio desde que están en la política. Lo que sí es cierto es que de vivir el jefe en un modesto piso en un barrio de la capital, que podemos calificar de humilde, ahora viven en una dacha que está al alcance de muy poco ciudadanos. Todo ello en muy pocos años. Nos gustaría que nos explicase cómo es posible, máxime si tenemos en cuenta sus declaraciones de que no cobraría más del triple del salario mínimo.

Eso no es todo. Según rumores la nueva ministra, también morada, ha cuadruplicado su patrimonio desde que se estrenó como diputada nacional hace seis años.

Los demás miembros del gobierno no son precisamente pobres trabajadores asalariados. Muchos disfrutan tranquilamente de todas las prebendas que pueden conseguir con sus cargos, como cintas para correr, viajes, etc. Los ejemplos sobran, total pagan los españoles, y como dijo hace años la actual primera viceministra, el dinero público no es de nadie.

No obstante hay que reconocer que algunos políticos se preocupan por los gastos. Recientemente los hay que han pedido explicaciones por los treinta y cuatro mil euros gastados en libros y discos con motivo del centenario de La Legión, cuerpo militar ejemplar en todo el mundo y orgullo de España. Están en su derecho. Sin embargo lo que nos extraña es que esos mismos no digan nada de las cantidades infinitamente mayores que se gastan todos los años en auténticas chorradas, ya sea en informes que no valen ni el papel en que están escritos, ONG inútiles, asociaciones de vividores, etc.

Resumen si quiere ser rico lo más fácil, la lotería o la política.

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