OPINIÓN

José Manuel García Albarrán: “Ave Caesar, morituri te salutant”

José Manuel García Albarrán: “Ave Caesar, morituri te salutant”

Esta frase en latín, ha sido tradicionalmente atribuida a los delincuentes ajusticiados en el ‘circo romano’ como si fuesen gladiadores y que antes de comenzar el combate, en el que luchaban hasta morir, se dirigían  al ‘César’ espada en alto con este saludo, que traducido literalmente decía:

¡Salve César, los que van a morir te saludan!

No obstante, el historiador romano -Suetonio- en su obra ‘Los doce Césares’, aclara el verdadero origen de dicha frase siendo este, al parecer, el de las ‘Naumaquias’ o batallas navales que se celebraban en el ‘lago Fucino’, sometido a una faraónica obra de drenaje durante el mandato del Emperador Claudio (52 d. C.) quién, en su inauguración, invitó a presenciar las batallas cuyos protagonistas eran criminales destinados a morir en combate, liberando a los supervivientes.

Me imagino que los lectores, tras esta pincelada histórica, habrán intentado relacionarla, de alguna manera, con nuestro tiempo y con las circunstancias actuales.

Pues bien, atendiendo a esta demanda, voy a procurar establecer una comparación extrapolando las posibles similitudes, salvando las distancias, de aquella época del Imperio Romano con la actual.

La Política.

Pudiéramos comparar las intrigas, traiciones, envidias, ansias de poder y egolatría de los distintos Emperadores, Césares, Senadores, Cónsules, Gobernadores y Jefes de la guardia pretoriana que en frecuentes ocasiones, eran los artífices o las víctimas de los más viles y execrables asesinatos por parte de los opositores, enemigos, parientes, familiares e incluso de su propia Guardia Pretoriana.

En la época política actual, de todo lo citado, solo podríamos sustraer los asesinatos, porque de lo demás ha habido y hay evidentes pruebas personificadas en esos que se pasean por los pasillos de la ‘Curia’ -actual Parlamento- con ‘la daga escondida bajo la toga’ dispuestos a traicionar, no solo al ‘Emperador’, sino a todo el que pretenda cruzarse en el camino de sus intereses económicos y políticos, por este orden.

El pueblo.

Sufrió el pueblo Romano, según Galeno -eminente médico y cirujano- lo que denominó ‘la gran plaga’, refiriéndose a la ‘peste antonina’ – ‘la viruela’- que se desató en el año 165 (d. C.) y se propagó sin freno por todo el territorio del Imperio romano,  muriendo más de siete millones de ciudadanos.

Clama igualmente el pueblo en nuestra época, sumido en una especie de ‘peste negra’ con casi 3,5 millones de contagios, más de 100.000 muertos y con una parte importante de sus ciudadanos, que les falta lo más elemental para subsistir…

‘el trabajo’ y ‘el pan’.

No obstante ‘el César’ con sus Cónsules, Gobernadores y el  Jefe de la Guardia pretoriana, se empeña en dar una cada vez menos creíble, ‘imagen de normalidad’ y de ‘resurgimiento’ elucubrando con el número de ‘vacunados’ y con ‘el mantra’ insoportable y cansino de  “estamos ante el principio del fin”…  ¿A qué fin se refiere?

Todo ello a riesgo de sumar un más que seguro nuevo fracaso e incumplimiento.

La economía.

Aquella que llamó Galeno ‘la gran plaga’ y las pandemias que la sucedieron, como la ‘peste bubónica’ y la ‘peste negra’, junto con las intrigas y egoísmos de la clase política de la época, provocaron la ruina y a la postre fueron las causantes de la caída del Imperio Romano.

En la actualidad las Pymes, la hostelería, el turismo, las empresas de viajes, las compañías aéreas, las empresas de automoción, las de moda y un largo etc., vuelven a gritar en España ante ‘el César’…

¡Ave Caesar, morituri te salutant!

Los impuestos.

Peculiar paralelismo podemos encontrar entre los impuestos en los distintos gobiernos del Imperio Romano y los actuales.

El emperador romano nombraba a un gobernador (procurador) que estaba a cargo de recaudar  y contratar a gente local -publicanos- con ese fin.

Estos ‘publicanos’ recaudaban mucho más de lo que debían entregar a los romanos y se quedaban con el resto…

¡Pícaros, bribones y defraudadores los hubo, los hay y los habrá!

Actualmente, los ciudadanos nos vemos sometidos a una presión fiscal insoportable y para nada acorde con la situación laboral y económica que vivimos.

¿Porqué al importe de nuestras pensiones se le sigue aplicando la retención del IRPF?

¿No se nos retuvo ya durante nuestra longeva vida laboral?

Mientras expertos economistas nacionales e internacionales abogan por una bajada de impuestos (directos e indirectos) como remedio para activar la inversión y mitigar la tremenda deuda que ya supera el 120% del PIB, este ‘gobierno del despilfarro’, haciendo oídos sordos, pretende cobrar hasta los que en 2020 ‘han malvivido’ a costa de los ERTES (ese ente abstracto que explicó ‘tan clarito’ la ministra Yolanda Díaz) basándose en ‘la excusa’ del ‘doble pagador’, por lo que tienen que presentar la declaración si han superado los 14.000 €.  ¡Qué vergüenza!

¡Eso sí pueden pagar a plazos!

Y finalizo dirigiéndome a Ud., señor “César Imperator” con el ‘saludo’ que da título a este artículo y que, si no lo remedia, puede ser el grito unánime de una gran mayoría de sus ciudadanos…los españoles.

¡Ave Caesar, morituri te salutant!

José Manuel García Albarrán

Médico jubilado

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