OPINIÓN

Victor Entrialgo De Castro: «Oficial y caballero»

Victor Entrialgo De Castro: "Oficial y caballero"

No tuve ocasión de tomar el té con él pero desde fuera la vida de Felipe de Edimburgo parece un ejemplo de servicio público. Oficial y caballero, llegó a ser lo más que un hombre puede llegar a ser. Lo más difícil de ser. Marido de la Reina de Inglaterra.

Y lo hizo durante 73 años. El duque de Edimburgo, Príncipe de generaciones, ha sido el «consorte» de mayor longevidad y servicio público de la historia del Reino Unido y seguramente de la humanidad, que en palabras de la Reina estoica deja en su vida “un profundo vacío”.

El premier inglés Boris Johnson ha destacado su “ética de lo público», su compromiso con la Armada durante la II Guerra Mundial su excelente hoja de servicios durante los bombardeos alemanes y la invasión de Sicilia y más tarde las innumerables causas que defendió, como la Juventud, los discapacitados o la Naturaleza en los que ha sido un apoyo incondicional para la Reina y la Monarquia.

Desde la Marina, tras conocer a la princesa Isabel en la Escuela naval de Dartmouth adonde ella acudió siendo él cadete, pasó a servir a la Monarquía desde su matrimonio en 1947 que Jorge VI aceptó aunque no fuera “entusiasmadamente”.

Su legado, un esmerado servicio de 73 años como apoyo fundamental a la Reina, preservando la tradición, los valores de la Monarquia y una elegancia personal sin parangón. Todo aquello que envidia esta tropa que aquí han asaltado las instituciones buscando una covachuela, odiando la excelencia, los modales, la contención y los límites.

Aquellos, a buen seguro encontrarán en la condición humana cosas o episodios con que los titanes logran sobrellevar 73 años de servidumbre a la Reina y a la Corona. Los mismos ignorantes que piden aquí y allí piden que Napoleón, -además de ser Napoleón-, tendría que haber llevado a sus hijos a la guardería.

Desde su infancia difícil en Grecia, prácticamente sin progenitores,que quizás explique una cierta distancia con sus hijos, con la llegada del régimen nazi pasó cinco años en un internado en Escocia, hoy una de las instituciones educativas de mayoría prestigio del Reino Unido, donde no recibió la visita de ningún familiar, para enrolarse a continuación en la Marina con un brillante desempeño.

Con profunda tristeza anunció su muerte el Palacio de Buckingham y la reina Isabel: He «passed away» ha dado el paso tranquilamente, en el Castillo de Windsor.

Sabia mucho y le interesaba todo.

Contagiaba su entusiasmo allá donde iba. Con su cercanía con la gente joven, el duque de Edimburgo los alentaba a salir a la naturaleza y hacer «cualquier actividad», deportiva, recreativa, cultural. Esto que podría parecer una tontería, en España sería toda una revolución educativa y cultural.

Y «después de las condolencias, termina Boris Johnson, damos las gracias por la vida y el servicio del Príncipe Felipe, Duque de Edimburgo». Frente a la miopía de los simples, puede columbrarse que no ha sido fácil ser el marido de la Reina de Inglaterra. Donde los podemitas sólo ven lujo y comodidades, muchos ven enormes servidumbres.

Se ha muerto el abuelo de un Reino Unido y el último servicio a la Monarquia será a buen seguro la discreta ceremonia familiar de despedida, el modo de irse en un Land Rover…

Despues de llegar a ser lo más difícil, consorte de la Reina de Inglaterra, a punto de cumplir los cien, se ha ido uno de los hombres más elegantes del mundo.

Se ha muerto el Duque de Edimburgo.

Oficial y caballero.

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