OPINIÓN

Victor Entrialgo De Castro: «Pura estrategia»

Victor Entrialgo De Castro: "Pura estrategia"

Nos conviene tensionar el ambiente”.

Zapatero a Iñaki Gabilondo,
Debate previo a las elecciones generales marzo 2008.

Cuando todo es pura estrategia, todo acaba en una farsa. Ángels Barceló, más partidista y partidaria que moderadora, se acordará a buen seguro de esta torpe frase de Zapatero en el debate previo a las elecciones de marzo de 2008. De aquellos polvos vienen estos lodos.

Desconocemos aún quién está detrás de toda esta lamentable historia de las amenazas que, como otros desgraciados sucesos anteriores, tienen lugar “curiosamente”, días antes de unas elecciones.

Pero lo que no parece de recibo es que un leninista que utiliza cualquier arma e incluso defiende la mentira como arma revolucionaria, pretenda emplear el leninismo para lo que le conviene y sujetarnos a los demás a lo que él entiende por democracia.

Puro leninismo. Democracia para lo que conviene y para lo demás no. Servirse de las normas de la democracia para someterla luego a las suyas. Chavismo, madurismo y leninismo en estado puro.

Si hay una persona concreta detrás de las cartas deberá responder por ello pero el vil arma que ha utilizado quien sea, surtirá o no efecto en pocos días, en las elecciones, siempre, curiosamente, en vísperas.

La pregunta es siempre la misma: ¿Qui prodest? ¿A quien beneficia?

Parece cuando menos extraño que alguien que, según los expertos, ha pensado detenidamente esta lamentable o execrable acción, lo haga días antes de las elecciones, de los famosos “doce días” a los que se refirió, casualmente sin duda, el candidato Gabilondo.

Lo que resulta sin embargo incuestionable es que, quien ha venido enfangando la Nación con provocaciones y desafíos sin número, quien como comunista da a la estrategia un papel estelar por no decir único en la actividad política, ante el riesgo cierto de perder gran parte de su poder y el de su organización, continúe su farsa y representación continua, con su entonación falsaria de siempre, esta vez colocándose como única víctima de una lamentable servidumbre del poder sufrida por decenas, sí no centenares de políticos en éste y otros muchos países.

Quien, desquiciado por los números de las encuestas, ha pactado con terroristas y separatistas usando la provocación constante en busca de cada vez mayor espacio político, ha infringido flagrantemente normas y costumbres democráticas en favor de sus intereses. Hasta el punto de utilizar su consigna leninista favorita “la mentira es un arma revolucionaria” para dar covachuela a unos cuantos esbirros, socavar los fundamentos de nuestra democracia y tomar el pelo a sus votantes haciendo lo que afirmó no haría nunca, cambiar el barrio de Vallecas por una villa en Galapagar.

Pablo Iglesias ha justificado cualquier cosa con tal de llegar al poder y está haciendo lo que sea por no perderlo, sin preocuparle en absoluto emponzoñar la vida pública española.

A la espera de que se aclaren los hechos totalmente y no sólo en parte, según interese, antes de las elecciones, los irresponsables políticos no justifican pero son copartícipes en un cierto grado, que no es éste momento de cuantificar, del enrarecimiento del clima político. Y algunos más que otros. Por eso, resulta cuando menos chocante que un farsante trate de instrumentalizar éstos hechos, colocándose de víctima, días antes de las elecciones y ante unas oscuras expectativas, él que ha sido el máximo responsable del ambiente que se ha empeñado en generar.

¿A quien conviene tensionar el ambiente con pura estrategia?

El coronel chavista nos dice ahora que sí tiene quien le escriba.

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