LA IZQUIERDA NO SABE GANAR ELECCIONES LIMPIAMENTE, SIEMPRE NECESITA LA TRAMPA

¡Cuidado!, algo muy gordo se puede estar preparando en Madrid

¡Cuidado!, algo muy gordo se puede estar preparando en Madrid

Huele a cloaca que apesta. La izquierda no se resigna a perder. Por eso, desde hace días llega un hedor pestilente que se huele a lo lejos. Algo se está cociendo en las alcantarillas muy en la línea que acostumbran: mentiras, calumnias, ataques personales, datos de dosieres clandestinos creados para la ocasión, acoso a las sedes  y manifestaciones en las calles, cuando no masacres o atentados de encargo. Todo vale con tal de poner al pueblo en estado de shock y bombardearlo con el veneno mediático de las teles amigas, que son todas, con periodistas sicarios sin moral ni nada bueno que resaltar. Podríamos hacer una extensa lista. ¡Qué vergüenza de profesión!

El tema de las balas es un invento más del mentiroso Iglesias, como el cuento del teléfono de Dina o cuando denunció que le estaban persiguiendo. Pero esto no fue improvisado. Es cierto que nadie se estaba fijando en su moño piojoso y demodé, y menos en las falacias de siempre de comunismo rancio y trasnochado. Le ha venido muy bien convertirse en la reina del baile por un par de días a causa de la truculenta historia falsa de los sobres con balas. Gracias a eso está consiguiendo chupar cámara y desviar la atención de lo que realmente interesa estos días, que es la campaña electoral de estas elecciones anticipadas que, recordemos, se convocaron –por los pelos— para evitar la moción de censura de la izquierda, incluidos los naranjitos de ciudadanos, que no sé por qué algunos les siguen llamando los de la foto de Colón. Si algún día lo fueron, de eso no quedan ni las raspas. Solo la pequeña banda de la Lilith Inés, bandita para ser más exactos, entregada a lo más radical y extremista que ha pasado por la política de las últimas décadas. Pero no seamos ingenuos: la intención de Pablo Iglesias va mucho más allá. Se trata de una trama negra y siniestra, que une al propio Iglesias, al Ministerio del Interior y a la Guardia Civil, es decir, a Pedro Sánchez con toda la artillería pesada. Todos a una contra el fascismo, contra los partidos no democráticos, es decir, los que defienden la Constitución y valores que ellos se pasan por el forro. La situación es más que peligrosa. Por eso tememos que algo ocurra en Madrid en los días próximos a las elecciones. No tenemos datos para aventurar  nada. Desconocemos qué pueden estar organizando las cloacas. Quizá un acto de sabotaje en alguna empresa de servicio público, con muertos, para poner al pueblo en shock emocional y perjudicar a Ayuso, que sube en todas las encuestas mientras la enrabietada izquierda baja. No creo que se conformen con injurias y calumnias al uso, vertidas en la Sexta y ad láteres. Quieren Madrid a toda costa y no dudarán en ir más allá. Sabemos que el pucherazo les va a ser más difícil porque hay partidos que, si fuera necesario, van a exigir contar los votos a mano antes de destruirlos, y repasar acta por acta.

En cuanto al fake de las balas, no cuadra el histórico. Que el escáner de Correos no haya detectado ninguno de los sobres suena a trampa, y que se hayan puesto a disposición de una emisora de radio en lugar de acudir a la policía o al juez, a complot, a ganas de show mediático y a precalentamiento para los disturbios sociales. Hay que decir que Correos, respetable hasta hace poco, está en entredicho, no por este “despiste”, o lo que sea, que también, sino desde el nombramiento del íntimo de Pedro Sánchez en las elecciones generales pasadas, para cubrir el fraude  del voto por correo. ¿Recuerdan? Me refiero a Juan Manuel Serrano, carente de formación académica para el cargo, y que ya denunciamos en su día. Los desaguisados de las elecciones del 28-A son de sobra conocidos, aunque la prensa oficialista no le hincó el diente al algoritmo y al tema de los múltiplos. Nunca sabremos por qué. Conclusión: de Correos no podemos fiarnos ni un pelo cuando están de por medio los complots de la política, lo mismo que del resto de las instituciones desde que la corrupción absoluta de Sánchez las controla.

El teatro de la cadena Ser es de vergüenza, arrullando al desvalido y amenazado Pablo Iglesias. Rocío Monasterio, que no le pasa ni una al comunista y le dice en su cara que no se cree lo de los sobres, ni en nada que venga de “este Gobierno” fue el pretexto para suspender los debates, alegando que no se puede debatir con partidos «antidemocráticos». Muchos están viendo una repetición de la intoxicación del 11-M. Incluso hemos recordado estos días al concejal socialista “sacrificado” Isaías Carrasco, víctima de la ETA dos días antes de las elecciones del 2008, en plena negociación con la banda armada. Pero había que demostrar que los terroristas eran sus enemigos y que no estaban negociando. Media España sabía que sí, pero la performance tuvo su rédito. En la capilla ardiente estaba la hija del finado, que entre lágrimas e insultos expulsó a Rajoy del acto. Toda una escenificación electoral con muerto presente. Esto olió a podrido en aquel tiempo y sigue el hedor. La izquierda necesita pucherazos o situaciones anómalas. Desde unos días antes de la llegada de ZP a la Moncloa en un tren de cercanías, no son capaces de respetar el día de reflexión, ni de ganar elecciones limpiamente.

Ellos, los del jarabe democrático, que no solo no condenan, sino que incluso justifican la violencia y el asesinato, que creen que a las mujeres de derechas se las puede acosar, incluso violar o torturarlas hasta sangrar, van de demócratas impartiendo clases de moral y de civismo. Ellos que tienen escándalos de prostitución de menores  acogidas en Baleares y Valencia, en esta región nada menos que por parte del marido de Mónica Oltra, se atreven a hablar de la pobreza de los niños de Madrid. Que esta gente se atreva a abrir la boca con el historial que van teniendo en sus cortas vidas políticas, manda güevos. Porque lo cierto es que llevan velocidad de crucero, tanto para enriquecerse como para la comisión de cuanto delito hay.

En este momento, VOX está siendo el punto de mira. Hay una consigna general para demonizar cualquier gesto que hagan o digan. No creo que sea exagerar decir que están siendo perseguidos y que se pretende su ilegalización tildándolos de fascistas.

Lo más preocupante de estas elecciones es la aparición de Pedro Sánchez en los mítines, en plan apisonadora, haciendo uso de un discurso agresivo, insultante y matón. Con un matonismo propio del que se siente todopoderoso. Esta gente es peligrosa en sí misma, por su condición de psicópatas, con el peligro añadido de estar protegidos por ciertas cúpulas de poder en la sombra, pero esto sería entrar en honduras geopolíticas. Resumiendo para vislumbrar su alcance, se trata del mismo poder que tumbó a Donald Trump robándole las elecciones a la vista del mundo, cosa que confesaron a través de un medio de comunicación, dando como razón que era para “salvar la democracia”. Si se han atrevido a cometer este atraco en Estados Unidos, qué no intentarán aquí.

Los próximos días van a ser duros, pero claves y decisivos. Me atrevo a decir que históricos. Sé que es casi pedir un milagro, pero espero que tanto Ayuso como VOX estén preparados para la tortura que viene, y también que, pase lo que pase, la sociedad no se deje manipular ni intimidar por la revuelta que los enemigos de España y el orden están preparando, para antes y para después. Quieren infundir la ira en los suyos para que salgan a votar masivamente, y el miedo en la derecha para que se quede en casa. Sería su única manera de ganar y hay que impedirlo. No se puede perder Madrid.

NOTA. Si algún youtuber desea reproducir este texto o parte de él para la locución de su vídeo, debe pedir autorización y citar la fuente al principio de la narración.

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Autor

Magdalena del Amo

Periodista, escritora y editora, especialista en el Nuevo Orden Mundial y en la “Ideología de género”. En la actualidad es directora de La Regla de Oro Ediciones.

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